sábado, 28 de junio de 2014

KATE GREENAWAY

Me encanta esta ilustradora y escritora de libros infantiles que nació en Londres en 1846, en la época victoriana, y que fue una avanzada. Su padre, dibujante y grabador de madera, al ver las aptitudes de la niña para el dibujo (le encantaba dibujar muñecas y su vestuario), la estimuló e impulsó mandándola a a una escuela de arte en Kensington. Su madre tenía una tienda de ropa de niños, por lo que no es extraño que la autora escribiera literatura infantil.

Después de estudiar en la Royal School of Arts, publicó una serie de tarjetas navideñas  que pronto se hicieron populares gracias a su estilo delicado y original. Su primer libro, Bajo la Ventana (1879) era una colección de versos infantiles y tuvo tal éxito que en poco tiempo se vendieron las veintemil copias y hubo que reimprimir una nueva edición.

Su influencia dentro del Movimiento Esteticista se debió a que su obra era personal y única, en la que mezclaba con rigor y sensibilidad el detalle prerrafaelista, la sencillez en el trazo y el colorido delicado, lo que ha hecho las delicias de generaciones enteras.

Aunque sus ilustraciones fueron hechas para libros, también se utilizaron para decorar papel de pared, porcelanas, azulejos, tarjetas, calendarios...En 1881 adaptó las rimas de la tradición oral Mother Goose y realizó dibujos para textos de otros autores como Edward Lear, Robert Louis Stevenson, Lewis Carroll.... Intervino en revistas infantiles: Saint Nicholas y Little Folks.

En la Slade School se garantizaba la igualdad de educación para ambos sexos por eso su padre no dudó en matricularla allí para que desarrollara todo su potencial lo que, junto a sus magníficos contactos, la prepararon para moverse en el mejor ambiente. En la empresa de Marcus Warl trabajó durante un tiempo y fue cogiendo oficio, pero al comprobar que se quedaban con sus "originales", la abandonó.

El Jardin de las Caléndulas, El Libro de los Juegos o El Libro de los Cumpleaños le dieron tal fama que no todos los ilustradores reaccionaron igual. Así como Randolph Caldecott la respetó, admiró, impulsó e incluso la pidió alguna colaboración, Walter Crane fue terriblemente crítico con ella y con su obra demostrando sin el menor pudor un total menosprecio... Era difícil, en aquél momento, asimilar a una mujer que se deshizo de los aparatosos corsés, cancanes y polisones tanto físicos como mentales...



Kate prefirió vestir a sus pesonajes a la manera de la Regencia, con vestidos de corte imperio y bonnets, por lo que no es de extrañar que esta magnífica ilustradora guste tanto a los seguidores de Jane Austen...

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