miércoles, 20 de agosto de 2014

LA MARQUESA DE PARABERE

Toda la vida he oído en mi casa hablar de la famosa Marquesa de Parabere, que se llamaba María Mestayer Jacquet (1887). Pertenecía a una familia muy conocida de Bilbao y viajó por toda Europa junto a sus padres, conociendo a personajes notables de su tiempo, como Marcel Proust o la princesa Tatiana (entre otros).
Desde muy pequeña, su padre (cónsul francés y amante de la buena mesa) la introdujo en el mundo de la gastronomía, llevándola más tarde a magníficos restaurantes. Pero no sólo eso, sino que contaban con una buena y nutrida biblioteca, siendo la combinación de buenos medios y su curiosidad innata lo que la condujo a convertirse en voraz lectora y auténtica experta en historia y gastronomía (sus dos pasiones).

Casada con el abogado Ramón Echagüe y Churruca, madre de ocho hijos y llena de ingenio, gracia y personalidad ("txirene") llevó una vida muy distinta a la que se esperaba de alguien de su posición. Al poco tiempo de iniciar su vida de casada, se dio cuenta de que la mejor manera de que su marido viniera a casa a comer y no se quedara en su club, era haciendo ella misma platos deliciosos (con resultados óptimos...).

 Gran aficionada de la literatura gastronómica adquirió una serie de recetarios franceses, visitó los templos de la gastronomía y mantuvo una gran amistad y estrecha correspondencia con los mejores cocineros. Una vez que se vio realmente capacitada y preparada para hacerlo, se puso a dar clases de cocina en la parraquia bilbaina de San Vicente.

Ella misma se fue convirtiendo en una estupenda escritoria culinaria. Primero, escribió muchos artículos y más tarde llegó a ser la autora de los libros de cocina más importantes del siglo XX en España.

Sus artículos, recetas y comentarios históricos sobre la cocina se publicaron en el Excelsior (Bilbao), El Diario Vasco (San Sebastián), la Nación (Buenos Aires)... y siempre firmaba como Maritxu.

También colaboraba con Acción Catolica y daba sus clases en conventos y sociedades de emakumes (mujeres).

Más tarde, saltándose los prejuicios sociales y no estando muy de acuerdo con la mentalidad de su marido, se trasladó a Madrid para abrir su propio restaurante de lujo, "El Parabere", con la fatalidad de que, a los pocos meses estallaba la Guerra Civil en España viéndose obligada a cerrarlo.

Mujer de coraje y tesón admirables, repitió la experiencia, pero en la postguerra era imposible mantenerlo y, de nuevo, tuvo que abandonar el proyecto...

Se retiró a su domicilio madrileño y siguió escribiendo libros de cocina y colaborando en numerosas revistas. En ellos plasmaba que era una mujer culta, refinada, educada y discreta. Sus libros, además de estar perfectamente documentados, tenían una auténtica vocación pedagógica.

A pesar de que ella no era marquesa, tuvo el acierto de adoptar el título de una antepasada francesa que escribía sobre temas culinarios en Versalles. Pero, de toda su obra, el libro más completo e importante es "La Cocina Completa".

Admiro profundamente a estas mujeres que tuvieron la habilidad de "salir al ruedo" a través de temas aparentemente domésticos, pero cuyo profundo calado permanece para la eternidad. Romper barreras, despejar nieblas, hacer lo que uno cree que tiene que hacer, es algo que nos enriquece a todos a corto, medio y largo plazo... Como dicen los americanos: "el que tenga la cualidad, que tenga la oportunidad" y yo me permito añadir: "el que tenga la cualidad que no deje pasar la ocasión".



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