martes, 16 de junio de 2015

EL ENCANTO

"Le charme c´est ce qui rend les jolies femmes intelligentes et les moins belles attirantes" ("el encanto es lo que hace inteligentes a las mujeres guapas y atractivas a las menos bellas"), esta es la mejor definición que he encontrado (para mujeres u hombres) acerca de una palabra tan difícil de matizar. Su autora, Marie d´Agoult, fue una interesante escritora francesa del siglo XIX que firmaba sus obras como "Daniel Stern".

Pero no voy a hablar de ella ni de su biografía sino que me voy a centrar en el contenido de la palabra "encanto" (charme). Creo que se nace con más o menos encanto, pero es algo que se puede desarrollar y eso es lo que más me apasiona del tema. En realidad es "el arte de tener una personalidad atractiva" y, así como hay personas que lo muestran en el acto, otras lo van ganando con el tiempo (como el buen vino).  En encanto natural se puede desarrollar y perfeccionar con la práctica de unas buenas costumbres...

 La actitud encantadora es el interesarse de verdad por los demás y hacer cómoda la situación sin importar la circunstancia. El escuchar es el arte más refinado en cualquier relación (personal o de grupo), pues demuestra un gran respeto y consideración hacia la persona que habla, lo que le aumenta su autoestima y le hace sentir interesante (la otra persona siente con él).

Recordar el nombre de los que acaba de conocer, pronunciarlo a lo largo de la conversación y no omitirlo cuando se despide, es un acto de amor hacia el otro que jamás olvida pues le ha sabido distinguir del resto.

La amabilidad (amable viene de amar) genera la más auténtica empatía rompiendo cualquier barrera o niebla a la hora de entablar cualquier tipo de conversación. Hablar de uno mismo, pero para dar pie a que los otros se abran y muestren sus inquietudes e intereses y solo dar pinceladas de intimidad para que el interés no decaiga son destrezas de alta diplomacia que la persona encantadora maneja con gran solura.

Contestar siempre cualquier tipo de comunicación que la otra persona entable con ella es uno de los signos que más admiro en las pesonas encantadoras, pues en el fondo no es más que buena educación de fondo. Me espanta la pseudo-comunicación hipermoderna en la que todo se sobreentiende (mails sin respuestas, comentarios que se los lleva el viento, llamadas postpuestas, mensajes impulsivo-compulsivos en los que se destroza el lenguaje...).

¿No podríamos dedicar un poco más de tiempo a cultivarnos como personas y a mejorar las relaciones humanas?




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