domingo, 5 de julio de 2015

¿DESCONECTARSE ES UN LUJO?

Muchos de los "cerebros" de Silicon Valley envían a sus hijos a un colegio privado sin ordenadores. El correo está chequeado, no hay teles ni PC, sólo tiza y pizarra; sus niños aprenden a tejer, a coser, a hornear pan... y se les eseña informática a partir de los 13 años.

Está en la zona sur de la Bahía de San Francisco (al norte de California) y aloja a las mejores corporaciones de teconología del mundo así como a miles de pequeñas empresas en formación. Allí se instalaron los fabricantes de"chips de silicio" (de ahí su nombre). Es un centro líder para la innovación y la alta tecnología recibiendo la tercera parte del total de inversión del capital de riesgo en los Estado Unidos de América.

Según un artículo que leí en el periódico francés "Le Monde" sobre la nueva tendencia tech de la "desconexión", la escuela la eligen los hiperconectados empleados de Google, Apple y otras empresas punta para que sus niños se eduquen alejados de todo tipo de pantalla. Uno de los padres decía: "el ordenador no es más que una herramienta; el que solo tiene un martillo piensa que todos los problemas son clavos. Para aprender a escribir es importante poder efectuar grandes gestos; las matemáticas pasan por la visualización del espacio. La pantalla perturba el aprendizaje porque disminuye las experiencias físicas y emocionales". 

Otro de los padres añadía: "no sabemos como será el mundo dentro de 15 años, seguramente las herramientas habrán cambiado muchas veces, pero sabemos por experiencia que los softwares tienen muy fácil acceso".

Un gurú del tema opinaba: "la mayor parte del tiempo no tengo internet; sólo me conecto dos o tres veces al día para recibir o enviar mis mails y "siempre" los releo antes de enviarlos".

Actualmente hay ya un excesivo número de personas que sufren de "nomofobia" (miedo a no estar conectado al teléfono, a internet...) y otros empiezan a dar la vuelta para recuperar el placer de "la desconexión".

Se ha creado un programa que bloquea el acceso a internet durante ocho horas, obligando a concectar para reiniciar el servicio. La gente siente la imperiosa necesidad (de nuevo) de poder escribir sin distracciones (como facebook o twitter) y pretenden recuperar el rol del ordenador como máquina de escribir.

Cada vez más personas piden asistencia para "desconectarse" pero dentro de los sectores más acomodados y cultivados. "Algunos tienen el poder para desconectarse y otros el deber de estar conectados". Los "pobres" de la tecnología son los que no pueden eludir la responsabilidad de responder en el acto. Los más poderosos pueden filtrar o instaurar distancia a esta interpelación. Lo mismo que ocurrió con "la tele", el "sobreconsumo" se produjo entre las clases más populares.

Reflexión: me aterra pensar cómo cantidad de personas pierden libertad de forma inconsciente dejándose manejar pos hilos invisibles que cada vez ejercen más poder y control en la vida cotidiana. No podemos dejarnos controlar por nada ni por nadie; la tecnología es maravillosa siempre que esté a nuestro servicio, pero nunca al revés. Vamos a pensar con calma y a recapacitar si "este enganche" favorece nuestra calidad de vida...
 

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