viernes, 20 de noviembre de 2015

EL DESEO

¿Qué misterio hace que una isla medio despoblada, en el confín de Europa, posea la más alta concentración de escritores de talento en el mundo?

Lo cierto es que su literatura es única: tuvo su propio alfabeto ("el ogham") y su tradición abarca dieciséis siglos. La literatura vernácula de los ciclos del Ulster y de Finn, fueron anteriores a la era cristiana. Los monjes continuaron con los relatos paganos, poniéndolos por escrito, a partir del siglo V. En la Edad Media tiñeron los grandes temas amorosos e influyeron en el romance artúrico.

Liam O´Flaherty (1869-1984) es una figua muy representativa de la narrativa irlandesa contemporánea. Al final de su vida publicó una de las mejores obras escritas en gaélico. Se trata de un volumen de cuentos donde se halla el paisaje, la naturaleza y el desamparo del ser humano ante las fuerzas que le sobrepasan (las telúricas y las de un firmamento hostil); pero también encontramos el humor, la delicadeza, la animosa melancolía.

Estos cuentos tienen una fuerza arrolladora; son narraciones sencillas, intensas, pero siempre conmovedoras. La tónica del libro y su mejor virtud es la capacidad del autor para captar y volcar en palabras lo que los protagonistas de sus cuentos sienten.

Son 18 relatos de temas diversos cuyo hilo conductor es "el deseo" (así se titula el primero): un bebé gatea por primera vez hacia un rayo de sol y descubre, a través de la puerta del jardín, la vastedad del universo. El lector comprueba con qué acierto el autor penetra en los pensamientos de un ser que apenas despierta a la razón.


También hay deseo entre un niño y un soñado traje nuevo; entre el gato y el ratón que ansía cazar; entre el sediento y la botella de cerveza... Nos muestra la ralacion del hombre con la naturaleza pero como formando parte de ella. De todos, el que más me gusta es el que se llama "La laguna encantada" o "El agua hechizada" (ulisce faoi dhraioch), que representa el agua que brota de la literatura irlandesa.

 Deseo (Dúil) fue editado (por primera vez fuera de Irlanda) en España por Nórdica y traducido al español por Antonio Rivero Taravillo. Gracias a ello podemos disfrutar de este libro que nos expresa con tanta claridad la forma de ser del irlandés.

La alegría primigenia que siempre aflora ante el peligro; su gran espíritu de lucha nacido entre las nieblas, los montes, los bulliciosos arroyos y el clamor del mar. La lucha del hombre con el mundo y su afán por conseguir la felicidad. La vida misma, con su dureza y belleza. "El deseo que mueve nuestra existencia".

Además, Liam retrata como nadie las clases populares de Dublín y a la gente del campo. Sus historias suelen girar en torno a un protagonista, rebelde, que se opone a vínculos morales, políticos y sociales que el ambiente le impone.

John Ford llevó al cine una de sus novelas, "El delator", que trata de la guerra de la independencia irlandesa.

A medida que me voy acercando, desde la distancia física, a Irlanda y los irlandeses, intuyo que cuando pise su suelo de verdad, me encontraré con gente que tiene asimilado hace siglos que "lo que no sale del corazón, no llega a la cabeza", lo que, unido a su sentido del humor, sus bailes y su cerveza, acrecienta "mi deseo de estar allí".


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