domingo, 21 de febrero de 2016

DOÑA PERFECTA

Don Benito Pérez Galdós escribió en abril de 1876 una de sus primeras novelas sociales. La comenzó sin saber cómo iba a desarrollar el tema y resultó ser un "proyectil de largo alcance", la más leída y estudiada dentro y fuera de España (fue traducida en Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Uruguay, Rusia, Paraguay, Argentina, México... con muchas ediciones en distintas versiones); estoy hablando de "Doña Perfecta", que muchos han llegado a comparar (por ser obra temprana) con el "Picwick" (de Dickens).

María Cassalt, pintora norteamericana que acercó el Impresionismo a su país, pintó un cuadro que también se llamaba "Doña Perfecta", quizá inspirándose en la protagonista de la famosa novela...

Cuando Leopoldo Alas Clarín le preguntó a su amigo Galdós sobre esta obra, el escritor le confesó que la había llevado a cabo a trompicones, pero con enorme facilidad. Nació como novela de encargo para la "Revista de España" y fue apareciendo en cinco entregas (de marzo a mayo de 1876) con palabras muy escogidas y una narración organizada.

Tuvo tal aceptación que se editó el libro ese mismo mes de mayo y en junio ya se había agotado la edición. Sin duda el éxito se debía a la humanización de sus personajes y que a lo que ponía en movimiento la novela no era lo ideológico o abstracto, sino su naturaleza concreta y personal.

En 1902 salía a la luz la décima edición, esmeradamente corregida por el autor. Su contenido era más preciso y simplificado y aportaba más detalles en algunas descripciones. En realidad era una novela social considerada por muchos como una obra maestra, la más discutida, la más leída y la más trabajada.

Seguramente la clave estaba en su universalidad: era la confrontación entre el progresismo y el conservadurismo que estaba latente en todo el mundo.

España (Rosario) era la víctima inocente de la situación: por un lado, la parte regional, fanática y oscurantista (Doña Perfecta) y por otro, la liberal, europeísta e igualitaria (Pepe Rey).

Todo ello me lleva a reflexionar sobre el momento que estamos viviendo en nuestro país: la pobre España, una vez más, es la que sufre las consecuencias de unos enfrentamientos que considero muy peligrosos. Estamos en pleno siglo XXI y parece que el escenario es el mismo. ¿No hemos avanzado? Me temo que no...

Mi abuela paterna se llamaba "Perfecta" y siempre ha sido para mí un referente de integridad, fundamento y sentido común. Nada que ver con el estereotipo galdosiano, sino una mujer con las ideas muy claras y sin concesiones a la sensiblería ni a la negligencia. Hay que tender a la perfección, a lo bien hecho, aunque ahora se intente ridicularizar confundiéndolo con el "perfeccionismo". ¡Nada que ver! Ideas claras, corazón limpio y ¡a trabajar en serio!, ¡basta ya de dar tanta importancia al continente y tan poca al contenido!

1 comentario:

  1. Me has leído el pensamiento.
    Quería leer algo de Galdós,ya lo tengo claro,será Doña Perfecta!
    No se si hay alguna edición especial y recomendable,ya me dirás.💟

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