sábado, 6 de febrero de 2016

HANAMI

Hanami (hana (flor) miru (ver)) es una fiesta que consiste en la contemplación del cerezo en Japón. Lo que empezó siendo un entretenimiento imperial aristocrático en la Época de Edo se extendió a la clase Samurai y al pueblo llano; actualmente es uno de los acontecimientos más esperados. Durante un breve período de tiempo, los cerezos se cubren de flores para anunciar el fín de la estación hivernal y la promesa de un tiempo más cálido. Es el comienzo de una nueva etapa más fructífera y bella que la anterior en la que la flor del "sakura" (cerezo) aparece en todo su esplendor pero con una duración de unos diez días.

Se organizan pic-nics debajo de los árboles para sentirse rodeados por un bello paisaje y flores blancas, rojas y violáceas. Se disfruta en grupo o en familia e incluso los oficinistas llegan muy temprano para reservar un buen sitio a sus superiores...

El "yozakura" se prolonga hasta la noche en parques y templos, que se iluminan con farolillos colocados para la ocasión. Es una preciosa tradición que se lleva a cabo desde la Época Nara (siglo VII) y su belleza ha sido plasmada en textos literarios, poéticos y pinturas.

 Es un valiosísimo legado de la filosofía sintoísta y budista centrado en el pensamiento filosófico-religioso del país. El "sintoísmo" otorga un lugar central a la veneración de la naturaleza y sus acontecimientos y el "budismo" habla de lo efímero de la existencia. "La corta vida de la bella flor del cerezo representa a la perfección la brevedad de la existencia y el pasar incesante del tiempo".

El genial arquitecto Toyo Ito ha confesado que, en algunas de sus obras, se ha inspirado en la sensación de estar bajo la copa de un cerezo en flor, como lo demuestra esta biblioteca. Aunque poco comprendido en Occidente, a mí me transmite la sensación de paz y de lugar acogedor y una perfecta simbiosis entre lo bello y lo útil.
En estos momentos tan convulsos que vivimos es un verdadero soplo de aire fresco detenernos a contemplar lo que la vida nos ofrece, pero para ello se necesita calma, tiempo y sabiduría...

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