sábado, 9 de abril de 2016

MAEVE BINCHY

Para muchos, esta escritora irlandesa es parecida a la inglesa Rosamunde Pilcher por su calidez y talento. Es cierto que, cuando las lees, parece que te envuelven en una  manta de pura lana escocesa mientras te ofrecen una taza de té. Sin embargo, ni una ni otra son cursis o sensibleras sino inteligentes y sensibles, es decir, son mujeres sabias (la mujer sabia de la novela de Maeve titulada "Círculo de amigos").
Son escritoras de la vida cotidiana y los lectores nos identificamos tanto con sus personajes que parece que podemos mantener un diálogo con ellos y, cuando al final terminamos el libro que tenemos entre manos, nos da verdadera pena despedirnos de ellos.

Maeve hace un retrato de la Irlanda de los años cincuenta que, aunque permanecía apegada al viejo orden, se empezaba a abrir a las nuevas costumbres. Ella misma vivó ese cambio, pues nació en Dalkey y se graduó en el University College de Dublín. Trabajó como maestra y periodista del Irish Time, hasta que decidió dedicarse a la escritura a tiempo completo.


 "Enciende una vela" fue su primera novela y la publícó en 1982. Su protagonista, una tímida joven inglesa, deja Londres en plena Postguerra y se instala en Irlanda con la excéntrica y ruidosa familia O´Connor; allí conoce a Aisling, que se conviete en su mejor amiga, creándose un vínculo inquebrantable entre las dos que permanecerá toda su vida.

En "Los bosques de Withethorn" es un hombre, Fynn de Rossmore, quien tiene que ponerse a favor o en contra de una carretera de circunvalación que tendrá que atravesar el pueblo y destrozar el bosque, así como su "Pozo de Santa Ana" (en la novela es un lugar de culto para los irlandeses).

"El lago de cristal" trata de un encantador pueblecito irlandés, situado junto a un lago de aguas cristalinas, en el que Helen McMahon lleva una vida aparentemente perfecta. Casada con el farmaceútico y con dos niños adorables nadie sospecharía que vive atormentada por los recuerdos de una antigua relación. Una noche, oscura y tormentosa, desaparece a orillas del lago y todos piensan que ha fallecido. Años más tarde, su hija Kit recibe una carta de una amiga de su madre dando fín a todos los misterios y suposiciones. En la adolescencia, tal vez, pueda conocer la verdad...


En todos sus libros encontramos una buena descripción de los personajes, una narración fluída con un toque de humor muy sutil y el reflejo tanto de su carácter como de su propia vida. En el año 2000 decidió hacer una vida sencilla y dedicar más tiempo a su marido (escritor de literatura infantil). A pesar de una terrible artritis, jamás perdió la sonrisa y agradecía que no le hubiera impedido dedicarse a su auténtica pasión: la escritura.

Se percibe la lucha entre el catolicismo y el protestantismo y la apuesta que hace por superar las tradiciones caducas y encorsetadoras, dando un gran margen de apertura y comprensión con las debilidades humanas. Para ella los lazos entre las personas y la familia son fundamentales y se basa en sólidos valores.

Falleció en 1912, a los 72 años, dejando una obra importante. En la National Gallery Portrait de Londres se puede ver una fotografía suya.





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