lunes, 20 de junio de 2016

AMELIA BLOOMER

Amelia Jenks nació en Homer, cerca de New Cork (Estados Unidos), en 1818 y contrajo matrimonio con Dexter Bloomer, un abogado liberal, de amplias miras, convencido de que la mujer, como ser humano, debía gozar de los mismos derechos (y obligaciones) que el hombre.

Propietario del periódico The Seneca Falls Courier animó a su esposa a que publicara lo que ella pensaba y a que formara parte de organizaciones feministas. En 1848, Amelia Bloomer asistió a una asamblea en la que se sacó a la luz un escrito: "Declaration of Sentiments", que recogía los derechos de la mujer.

Con el impulso de Dexter y ayudada por unas amigas se atrevío a sacar su propio periódico, "The Lily", dirigido sólo a la mujer (desde la moda a la política).

 En él, entre otras muchas cosas, presentó una nueva moda para mujeres que se adecuaba más al momento en el que vivían. Fue la creadora del "bloomer" (pantalón bombacho), cómodo, elegante y saludable, que causó furor, a pesar de las durísimas críticas masculinas y de parte de muchas mujeres.

Inspirándose en los pantalones turcos, se ponían debajo de una falda corta que permitía verlos (un verdadero escándalo para las mentes cerradas y retrógradas).

Eran una auténtica declaración de intenciones; ya no encajaban "el corsé", ni las pesadas faldas, ni los tacones altos, ni los historiados sombreros... La nueva forma de vida necesitaba más ligereza y libertad de movimiento (mental y estético).

Las feministas, debido a la relación que había entre el bloomer y las agrias y feroces burlas hacia la mujer, se alejaron de él de forma drástica, pero se seguía utilizando por las que ya lo habían incluído en su forma de vestir habitual.

En 1890 llegaron "las bicicletas" y resucitaron la prenda que volvió a los armarios de las señoras con más fuerza. Desaparecía la falda superpuesta y se quedaba sólo el pantalón y la chaqueta (mayor facilidad para el pedaleo).

En algunas conferencias que dio Amelia en Inglaterra, tuvo auténticos enfrentamientos verbales y a través de la prensa. En el "Correo de la Moda" se publicó un artículo que decía: "el bloomerismo no pasa de ser una tentativa extravagante que seguirá la suerte de todas las utopías contra naturales que abundan en estos tiempos. Perecerá muy pronto porque tiene en su contra la gracia, el buen gusto, el pudor, la decencia, el coquetismo..."

Pero Amelia contaba con una legión de mujeres dispuestas a ir a por todas y a no retroceder un paso ni para coger impulso. No sólo montaban en bici, sino que jugaban al tenis y a otros deportes y, además, "el bloomer" era parte esencial del nuevo traje de baño... Murió (1894) con la satisfacción de la misión cumplida y de haber contribuído a la evolución de la Humanidad.

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