domingo, 31 de julio de 2016

SI TE VAS AL OLVIDO

Si te vas al olvido...
cogeré tu suave mano,
intentando que regreses.
Si te vas al olvido...
entonaré tu nana preferida
lejana como tu infancia que se fue.
Si te vas al olvido...
miraré en tus dulces ojos
suplicando que de nuevo
vuelvas con nosotros otra vez.

Si te vas al olvido...
te contaré los cuentos
que me narraste a su vez.
Si te vas al olvido...
te mostraré tu hermosura
tus vivencias del ayer.
Si te vas al olvido...
te cogeré en mis brazos
te arrullaré como a un niño
cobijando a ese bebé.

Si te vas al olvido...
te cubriré de flores,
ramilletes de amapolas
con lazo de entregaré.
Pero si al olvido te vas
y a pesar de mis pesares
has de irte alguna vez
me prometo firmemente
que también lo aceptaré.

Poema escrito por Esther de Andrés García.

viernes, 29 de julio de 2016

CIUDAD JARDÍN

Ebenezer Howard nació en Londres (1850) pero entre 1872-76 trabajó como reportero en Chicago (Estados Unidos) donde pudo apreciar, en vivo y en directo, los estragos de la ciudad
como consecuencia del acinamiento, la degradación de espacios, la especulación del suelo para seguir construyendo casas de pésima calidad para los obreros...
Fue poroso a los poemas de Walt Whitman y al Nuevo Pensamiento de Emerson.

 Con su libro, "To-morrow", escrito en 1898 y reescrito en 1902 como "Garden cities of tomorrow" (ciudades jardín del mañana), logró una obra fundamental del nuevo modelo de urbanismo de principios del siglo XX, que influiría en el concepto de la ciudad suburbana a partir de la década de los cuarenta.
Las nuevas corrientes de pensamiento político y social de finales del XIX le llevaron a soñar con la utopía de una ciudad idónea donde el individuo tuviera calidad de vida y se pudiera desarrollar al máximo (ciudad ideal renacentista). Su planteamineto discurría en paralelo con el Movimiento Arts & Crafts, que tendía a volver a la arquitectura popular.
En el centro se harían los edificios públicos principales y los centros de cultura, insertos en zonas de jardines y comercios, rodeados por el "Crystal Palace", arcada de cristal que protegaría el paseo en los días de lluvia.

Árboles y jardines rodearían el ferrocarril y más lejos estaría el canal. Tanto el tren como los barcos unirían las seis ciudades, formadas por casas unifamiliares con jardín.
Howard, que no era arquitecto, reivindicó una nueva organización social, planteó diagramas y distribuciones, propuso fórmulas de gestión y financiación y definió una estrategia de implantación; pero no se limitó a establecer sus bases teóricas, él era un hombre de acción y se puso en marcha para hacer realidad su sueño.
Contó con Unwin y Parker, que materializarían la utopía.


En 1904 se inició, en el norte de Londres, Letchworth, la "primera ciudad jardín". La difusión internacional y el éxito fueron formidables y se convirtió en uno de los modelos urbanos esenciales en la ciudad del siglo XX. No podemos olvidar que, en la segunda mitad del siglo XIX, tanto el imperio victoriano como Londres llegaron a la cúspide. La capital de la primera potencia mundial aprovechó la ola de la industria innovadora y floreciente lo que le permitió erigirse en el centro financiero internacional y referente del comercio mundial.

No es extraño que las propuestas de Howard tuvieran tanta aceptación en su país, aunque sus planes no se pudieran llevar a cabo con la pureza que a él le habría gustado.
No fue la clase oprimida y trabajadora la que se beneficíaría de esta nueva concepción de la ciudad, pues era "buena, bonita pero muy cara". Allí se trasladó la nueva burguesía emergente que anhelaba la vida del campo sin perder el contacto con el centro de la ciudad.
A partir de 1946 se crearon once ciudades jardín más, lo que imprimió carácter y personalidad a Inglaterra.
Entre Letchworth (a 60 kms) y Londres estaba la segunda ciudad jardín,Welwyn (a 30 kms); a ellas dedicó su vida Howard, en ellas habitó y en ellas murió.
Creo que ahora, a comienzos del siglo XXI, también hay una vuelta al concepto de ciudad jardín, pues las grandes ciudades se convierten en lugares axfisiantes en los que el ser humano pierde un poco su identidad y la posibilidad de desarrollar todo su potencial. No pienso que sea cuestión de poder adquisitivo, sino de mentalidad. Si se tiene claro el orden de preferencias, habría que ser libre y tener coraje para elegir lo mejor.


martes, 26 de julio de 2016

RASSELAS PRÍNCIPE DE ABISINIA

La madrileña Inés Joyes y Blake (1731-1808) cuando tenía 67 años tradujo al español un libro de Samuel Johnson que se titulaba "Rasselas Príncipe de Abisinia".
Católica burguesa de padre irlandés y madre francesa, dominaba varios idiomas y traducía con mucha soltura.
No es extraño que esta avanzada de la Ilustración española eligiera a Johnson, amigo de muchas escritoras y defensor del talento de la mujer.
Rasselas era una fábula iniciática de corte empírico propio del siglo XVIII inglés. En un escenario idílico, "el valle de la dicha", el emperador de Abisinia aislaba a sus vástagos del mundo exterior, pues la realeza no debía sufrir las desgracias que asolaban al mundo.

Samuel Johnson daba una vuelta de tuerca a la novela moralizante y dejaba un poso entre irónico y desencantado muy interesante. Rasselas, el cuarto hijo del emperador, decidió escapar al exterior junto a un poeta y su hermana.
Su periplo por el fantástico Egipto que Johnson describía le deparó multitud de sorpresas, descubrimientos, concocimientos y sinsabores...
El autor se alejaba del estilo ejemplificador de Rousseau o Voltaire y se limitaba a describir en un relato coherente, intenso y lúcido una historia cargada de escepticismo.
Inés, en el apéndice de esta obra, incluyó la "Apología de las mujeres", un ensayo, escrito en modo epistolar, dedicado a sus hijas y en el que abordaba la situación de la mujer. Denunciaba la desigualdad que padecía, la escasa educación que recibía y la doble moral sexual de la sociedad de su tiempo.
"No puedo sufrir con paciencia el ridículo papel que hacemos las mujeres en el mundo, unas veces idolatradas como deidades y otras despreciadas incluso por hombres que tienen fama de sabios. Somos queridas, aborrecidas, alabadas, vituperadas, celebradas, respetadas, despreciadas y censuradas".


Me ha parecido un hallazgo descubrir a esta mujer, absolutamente desconocida, que supo traer a nuestro país al escritor más querido por los británicos (después de Shakespeare) y al que tanto admiraba Jane Austen por su frivolidad exquisita, la exposición de los sentimientos de su tiempo, el uso de los gerundios (presente continuo) y sus díalogos chispeantes. En aquel momento España estaba volcada en los autores franceses por lo que la aportación de esta atrevida autora es magnífica. Está claro el paralelismo que hace entre Masselas y la mujer que se atreve a salir del mundo conocido y se lanza a lo desconocido, a la libertad y la creatividad. Me gusta mucho que haya editoriales que estén intentando rescatar a mujeres que, habiendo dejado huella, pasan inadvertidas (Perséphone es una de ellas).

lunes, 25 de julio de 2016

MARÍA DE MAEZTU

En este cuadro, pintado por su hermano Gustavo, podemos ver a María de Maeztu, quien, según Madariaga, fue una mujer de calidad excepcional, en extremo culta y con una actividad asombrosa. Rubia, menuda, vibrante, se expresaba con tal locuacidad e hilvanaba tantas cosas en poco tiempo que, a veces, era difícil seguirla...
Sus padres se habían conocido en París; su madre, Jane Whitney, era anglo-francesa, hija de diplomático y, aunque su aspecto era frágil y delicado, tenía una fuerte personalidad. Al fallecer el padre de sus cinco hijos (1898), se trasladó de Vitoria a Bilbao para sacar a su familia adelante.
Montó una residencia de señoritas en la que se podían cursar estudios, completar la educación, aprender o perfeccionar idiomas, protocolo, cultura general...

María estudió Magisterio y Derecho y colaboraba con su madre y su hermana Ángela en la residencia de forma precoz y eficaz. En 1902 ya era maestra de escuela y revolucionó con sus ideas el tipo de educación rancia y obsoleta que se impartía en aquella época; daba clases al aire libre, creó las primeras colonias escolares, empapeló las paredes con dibujos alegres y coloridos hechos por su hermano... llenó a los niños de vida y de amor y en una de sus conferencias dijo: "es verdad el dicho antiguo de que la letra con sangre entra, pero no ha de ser con la del niño, sino con la del maestro".
Su hermano mayor, Ramiro, era muy amigo de Ortega y Gasset, quien pronto se dio cuenta de que había que llevar a María a Madrid par no parar su evolución. Estudió Filosofía y Letras en Salamanca, de la mano de Unamuno y más tarde viajó a Alemania e Inglaterra para conocer de cerca el tipo de educación que se estaba dando en países más desarrollados. Se desenvolvía perfectamente en inglés, francés y alemán, por lo que al volver contaba en charlas y conferencias todo lo que había absorbido en sus viajes.

En 1915 se fundó la "Residencia Internacional de Señoritas" dirigida por María. Se utilizó el primivito edificio de la Residencia de Estudiantes (Fortuny, 14) y se siguieron las mismas normas. Su esencia: "ser el hogar espiritual donde se fragüe y depure, en corazones jóvenes, el sentimiento profundo del amor a la España que se está haciendo, a la que dentro de poco tendremos que hacer con nuestras manos".

A ella acudían estudiantes de toda España y se encontraban con un ambiente cultural y de convivencia que completaba el de la Universidad. Había un pabellón dedicado a intelectuales femeninas extranjeras y las residentes estaban en contacto con profesores, escritores, artistas; asistían a conferencias, conciertos, representaciones, tertulias, visitas a ciudades y pueblos, iban a esquiar a la Sierra...
María, con su prestigio personal y cultural, mantenía el espíritu de la Residencia proporcionando un ambiente grato y muy atractivo. Sus amigos Ortega, Azorín, Menéndez Pidal, Pedro Salinas... eran contertulios habituales. Ella asistía a las comidas y después de cenar se quedaba en el salón conversando.


Actualmente, en el edificio de la calle Fortuny se encuentra la sede de la Fundación Ortega-Marañón, una institución privada dedicada a la difusión cultural, la formación, el debate y la investigación en el ámbito de las ciencias sociales y humanidades, inspirada en el espíritu de sus titulares.
Todavía parece que en sus paredes resuena la voz de María diciendo: "Soy feminista. Me avergonzaría de no serlo porque creo que toda mujer que piensa debe sentir el deseo de colaborar como persona en la obra total de la cultura". La educación no va dirigida ni a la mujer ni al hombre, no distingue entre géneros, va al ser humano, a la persona, al individuo, todos y cada uno diferentes.
Para terminar, recordemos a Emerson: "no vayas por donde el camino te pueda llevar, ve por donde no hay camino y deja tu estela".

miércoles, 20 de julio de 2016

SORPRENDENTE BALZAC

Me ha dejado bastante atónita saber que Honoré de Balzac (1799-1850), considerado por la mayoría el fundador de la novela moderna y preocupado por el detallismo descriptivo, tuviera la costumbre de acostarse al atardecer y mandar que le despertaran a media noche para escribir durante horas, bebiendo tazas y tazas de café y vestido con una túnica blanca...
Dinamizador de las letras francesas, con una personalísima forma de escribir y utilizando un lenguaje revisionista y refinado, hizo un atento estudio de la sociedad que le rodeaba y a la que criticaba con mucha gracia y un gran nivel se suspicacia.
Estudioso de lo moderno y con excelente humor introducía un anecdotario muy divertido; siempre tuvo presente la figura del "dandy" (ese gran sujeto, corsario de guante amarillo y que sigue los dictados de la moda) como uno de sus mejores pasatiempos.
Fue por eso por lo que se decidió a escribir "Tratado de una vida elegante",  un manual para desenvolverse con naturalidad, astucia y sagacidad en sociedad. Lo publicó en 1830 para inaugurar la serie "Patología de la vida social".


Dandismo era una etérea corriente de la moda masculina que alcanzó su esplendor en el Romanticismo y  que se refería a un excesivo atildamiento en el vestir. La exageración de sus rasgos llevó a acuñar la denominación de "petimetre". En su libro llevaba a cabo una peculiar historia de esa corriente, desde sus orígenes (la Regencia inglesa) hasta el decadentismo de finales del siglo XIX.


Con fina ironía y mucho sentido del humor nos presenta el retrato de este personaje social al mismo tiempo que un documento sobre las costumbres de su época. "Un hombre, al hacerse dandy, se convierte en un mueble de tocador, un maniquí extraordinariamente ingenioso, pero un ser pensante... ¡eso jamás"!
Nos ofrece un encuentro ficticio con el príncipe de los dandies, "el Bello Brummell", que se instala en Francia huyendo de sus acreedores.



La Editorial Impedimenta, una vez más, nos ofrece un producto muy cuidado con una magnífica traducción que hará nuestras delicias al comprobar cómo el sesudo narrador de "La Comedia Humana" también era capaz de crear obras menos densas y llenas de humor. Es bueno conocer a los escritores en toda su amplitud, pues de esa forma al releerlos los entendemos más y mejor y les damos el valor que realmente tienen.

lunes, 18 de julio de 2016

ESCRIBIR CARTAS

Me daría una pena tremenda que desparecieran los buzones rojos de Inglaterra, pues junto a las cabinas teléfonicas del mismo color siempre me han parecido como los corazones del paisaje urbano.
En 1852, por recomendación del novelista Anthony Trollope (empleado de la Oficina General de Correos) fueron creadas las famosas cajas cilíndricas en Jersey. Más tarde se extendieron por todo el país. En Liverpool, se aumentó su capacidad y se colocó encima una corona.
Su presencia tranquilizadora y alegre tiene ya un siglo y medio de vida; son como pequeñas obras de arquitectura con un diseño funcional y estético que te puedes encontrar en cualquier zona (de lo más elegante al barrio más recóndito).
Anthony era mejor escritor de cartas que novelista y por eso fue un gran impulsor y promotor del invento.
Es verdad que la vieja correspondencia epistolar se ha venido diluyendo entre los medios tecnológicos de los que disponemos en la actualidad, pero hubo una época en que las cartas eran el único medio que unía a las personas en la distancia...

Se cuenta que Oscar Wilde, cuando terminaba la carta la metía en un sobre, pegaba el sello, especificaba remitente y receptor y la tiraba por la ventana de su casa de Chelsea, confiando en que cualquier transeúnte la recogiera para llevarla a correos (al ver que iba firmada por "él"). Le daba magnífico resultado y ahorraba tiempo...
Emily Dickinson enviaba cartas poéticas, enigmáticas y espirituales (como su propia escritura) y veía el correo como un vículo celestial para las personas. Fue precursora de los clubs de lectura por correspondencia.

Lewis Carroll inventó el "Wonderland case for postage-stamps", una pequeña carterita de piel con departamentos para los sellos de diferente valor que además se vendía con dos ilustraciones inéditas de Alice in Wonderland y algunos consejos del autor sobre cómo escribir cartas (lo hacía desde el supuesto de que el lector no había escrito una carta en su vida...).


Por su parte, Pedro Salinas, durante su exilio norteamericano en los años cuarenta, reparó en unos letreros que decían: "wire, don´t write" (telegrafíe, no escriba), algo que encontró subversivo y peligroso, pues se pretendía acabar con el delicioso producto de los los seres humanos que son sus cartas, símbolos de una vida relativamente civilizada, y fue entonces cuando se decidió a escribir su libro "Defensa de la carta, misiva y la correspondencia epistolar" (1948). Pensó que no sólo peligraba el baluarte de la libertad individual sino un espacio que, gracias a la escritura, contribuía a enriquecer el diálogo entre las personas.

Creo que, como en todo, ambas cosas se pueden complementar. Confieso abiertamente que ya no escribo cartas a mano, pero sí utilizo el correo electrónico de forma personal. Hago una mezcla entre la carta y el nuevo formato, pero tengo el lujo de poderlo enriquecer con un montón de recursos que a mano serían impensables. La misma emoción contenida con la que abría el buzón físico de mi casa me embarga ahora cuando me llega un "recibido". Porque lo más importante para mí es "la alegría que me proporciona el sentirme vivida".




domingo, 17 de julio de 2016

EL TEJIDO DE LA VIDA, HILO A HILO

Las mujeres han ido ligadas en la historia a la labor cotidiana de tejer, hilar y coser, cosa que vale la pena considerar desde un presente en el que los robots las reemplazan. Visto desde hoy, todo lo que rodea la costura adquiere un aire mágico y misterioso, acaso sólo accesible a un mundo de iniciados.
En nuestro actual mundo tecnificado, especializado y global cabe subrayar que las mujeres no saben coser y que el no necesitar manos expertas no debe llevarnos a olvidar la sabiduría que otorga la capacidad de hacer cosas con las propias manos.
Hilar, tejer y coser producen el gozo de ver una tarea terminada como fruto del propio esfuerzo y además hacer tareas con las manos es pensar. Sus caras, concentradas en la labor, esconden secretas reflexiones. ¿Qué piensa una hacendosa mujer? El hilo de la vida y acaso el del destino pasa por esas manos que cosen, hilan o tejen.
En los oscuros momentos en que todo estaba por descubrir, el hilo - un simple hilo como símbolo de una evolución inteligente - fue un invento estratégico. Tras el hilo llegaron muchas cosas. Llegó el tejido, la rueca, el telar, la costura: detrás de cada invento hay muchos ensayos y muchas mujeres cosiendo, experimentando, descubriendo. El invento es tan antiguo que apenas se puede datar con precisión; fueron los pintores quienes documentaron la evolución de los primeros hilos...
Tras aquel hilo creció la variedad, la estética, la moda, la elegancia, la distinción, el arte. Toda la cultura occidental gira en torno a este simbólico hilo universal que está en las seguras manos de mujeres.
Si, en épocas antiguas, a las mujeres que perdían el hilo se las tenía por poco virtuosas y fácilmente seducibles, hoy esa posibilidad nos hace sonreir.

Hago esta pequeña reflexión ante la atónita mirada de las mujeres que se sorprenden, asustan, escandalizan y llegan a criticar la escena de una o varias mujeres cosiendo, hilando o tejiendo al pensar que se han quedado ancladas en un pasado remoto. Otras, por el contrario, admiran, valoran, respetan y se interesan porque, en el fondo de su subconsciente, se dan cuenta de que esa escena representa de una forma muy plástica el que "las mujeres aún guardamos el hilo de la vida" (sepamos coser o no).

sábado, 16 de julio de 2016

MADELEINE DE SCUDÉRY


A pesar de que escribió novelas heroicas y galantes, además de una pequeña obra poética, Madeleine de Scudéry es conocida por su "Carte de Tendre" (el mapa de la ternura) que incluyó en el primer volumen de su novela Clelia.
Se trata de una representación alegórica del amplio territorio del amor que recuerda un tablero. Es el símbolo de un nuevo código femenino de comportamiento amoroso, en el que la pasión de los sentidos es eclipsada por la afinidad de las almas.
Ese mapa enseña, a quien es inexperto en cosas del amor, el camino peligroso que debe recorrer, limitado a la izquierda por el mar de la enemistad y a la derecha por el lago de la indiferencia, para acceder a los tres tipos de amor: el amor como reconocimiento, el amor como estima y el amor como inclinación.

Al amor como inclinación (la forma más deseable) se accede directamente, sin etapa intermedia, por el río de la inclinación, que atraviesa el mapa de un extremo a otro y desemboca más allá de la ciudad del amor tierno, en el mar peligroso, detrás del cual se perfilan las provincias aún desconocidas del amor.

Los esfuerzos de las mujeres por adentrarse en el mundo de la literatura, un reino dominado por los hombres, van acompañados de tentativas destinadas a oponer nuevas y más refinadas concepciones a la imagen masculina del amor, que oscila entre la idealización de la mujer (como en los poemas cortesanos), la voluntad de disponer de ella y el desprecio.


En este contexto, sinceridad e integridad son erigidas en valores de una estética femenina que vincula estrechamente modo de vida y literatura. "Las Preciosas" (siglo XVIII) tan ridiculizadas por Molière y entre las que se encontraba Madeleine de Scudéry, veían en el matrimonio, que sólo concedía al hombre la libre elección de su pareja, una institución de odio y de sufrimiento y abogaban por limitarlo en el tiempo.
Madeleine escogió el celibato y logró librarse de la tutela de su hermano mayor. Se inscribió en la tradición de la antigua poetisa Safo y abrió su propio salón, donde se cultivaba conversación elevada y un flirteo civilizado.
Me maravilla la creatividad de esta gran mujer para explicar algo tan profundo como el amor y el ingenio para plasmarlo en un mapa de ternura. Es muy importante no perder de vista que las mujeres que más han hecho por el feminismo son las que más han respetado, cuidado, valorado y potenciado la "feminidad". No imitemos los roles ni modos masculinos, somos complementarias de los hombres, jamás rivales...


martes, 12 de julio de 2016

LOS PAPELES DE PICKWICK

Charles Dickens, a pesar de pertenecer al siglo XIX (1812-1870) está de plena actualidad. La creación de personajes memorables, su sentido del humor y la forma de describir a la sociedad británica de su tiempo, hace que su obra tenga una gran acogida entre los lectores contemporáneos.
Es famoso en cualquier lengua; algunos de sus títulos y ciertos personajes forman ya parte del imaginario cultural (Scrooge descubre la Navidad).

En la presentación de "Los Papeles de Pickwick", el narrador observa que "los grandes hombres rara vez se distinguen por la escrupulosidad de su indumentaria". Es una de las novelas de humor más populares desde su primera publicación en formato de serie por entregas en una revista (1836); divertida, de fácil lectura, rica en personajes y con valores humanos positivos es una auténtica delicia para el paladar de un buen lector.
En esencia es seria, pues el autor nos muestra la vida en su cruda realidad aunque suavizándola con una fina ironía, mostrándonos los placeres sencillos y pintándonos un mundo ideal repleto de inocencia y benevolencia pero jugando con los contrastes de la miseria, las traiciones, la pobreza, los sentimientos mezquinos... Intentaba educar haciendo pasar buenos momentos mostrando la complejidad de una sociedad llena de contradicciones. Ponía cosas muy transcendentes de relieve, pero sin asperezas ni brusquedades, con una pizca de mordacidad, mucho sentido del humor y, a veces, un amargo sarcasmo. Rechazaba la explotación del hombre por el hombre.

En aquella época, los editores de una revista o periódico, solicitaban a un escritor poco conocido que trabajara sobre un argumento y cada semana o quincena entregase un capítulo de la historia. El joven Dickens, cuando tenía 24 años fue contratado por Chapman & Hall para que escribiera sobre el género de "narración de viaje doméstico de una delegación de caballeros de una sociedad diletante típicamente inglesa". Sus escritos debían someterse a los dibujos del famoso Robert Seymour (aunque ocurrió lo contrario).

La fórmula de entregas facilitaba la aceptación (o no) por parte del público, lo que permitía hacer cambios sustanciales. Por ejemplo, introdujo a Sam Weller, quien con su lenguaje "cockney" (propio de las clases bajas), su picardía, gracia y astucia era el contrapunto perfecto del idealista filántropo Mr Pickwick, que disfrutaba de la vida de la mano de la risa, el honor y de la burla ante quienes no entendían su forma de ver el mundo, siendo duramente juzgado por algunas personas.
Su argumento es el siguiente:  el Club Pickwick decide fundar una Sociedad de Viajes en la que cuatro miembros se desplazan alrededor de Inglaterra y hacen reportajes de sus aventuras. Pickwick, es un amable hombre de negocios, al que le gusta filosofar y va acompañado por: un apasionado por las mujeres (de muy escasas conquistas), un poeta (que jamás escribe un poema), un deportista (a quien le sobra la ineptitud) y Sam Weller, el criado, que es el único que aporta un poco de la cordura que escasea en la pequeña troupe.

 Me imagino lo maravilloso que sería ver y escuchar al mismísimo Dickens leyendo en voz alta (read along) sus Papeles de Pickwick. Había intentando ser actor antes de decidirse por el periodismo y fue una manera de canalizar esa vocación frustrada. Él no estaba sentado, sino de pie y moviendo el brazo, la mano y las piernas. Utilizaba una gama enorme de expresiones, pero jamás desagradables. Con sus gestos, actitud, palabra y entonación imitaba con fidelidad al ingenioso Pickwick, al abogado charlatán, al devoto hipócrita, al amante tímido, al especulador desvergonzado, al pobre hambriento...
Fue un verdadero activista social tanto en su obra como en su vida. Hizo campañas para mejorar la educación, la sanidad y un centro para mujeres marginadas. Tras una extenuante gira de lecturas falleció a los 58 años. Tuvo diez hijos y se recorrió Inglaterra y los Estados Unidos, donde no fue muy aceptado por ir frontalmente contra la esclavitud.

"Amigo, precisamente, no. Cierto que es mi criado, pero yo le permito muchas libertades; porque, de usted para mí, me agrada su originalidad y estoy algo orgulloso de él" decía Mr Pickwick (nuestro Quijote) a Sam Weller (nuestro Sancho Panza), pues no podemos perder de vista la enorme influencia que tuvo Cervantes en este magnífico autor.


domingo, 10 de julio de 2016

MIRAR LA PINTURA


La mirada se convierte en un acto transcendente cuando se funde la contemplación y la estimación, el juicio espontáneo y el sentimiento. En "la mirada" lo contemplado y el contemplador se fusionan dando lugar al momento que justifica la tarea del creador de la obra de arte.
El "arte" no reproduce la naturaleza sino que la interpreta y en la búsqueda de esta interpretación reside el arte, no en la aplicación de una servil y vana copia.
Ver no es tratar las cosas sino de manera utilitaria, pero "mirar un cuadro" es otra cosa...
En su contemplación, hay que aislar los demás sentidos y centrarse en el de la vista, como el melómano cierra los ojos para escuchar bien una melodía. Permitiremos así al sentido de la vista la captación de la imagen dejando que los estímulos visuales se fundan libremente en nuestro interior despertando toda una gama de emociones y sentimientos que la percepción ponga en marcha.

El autor de este cuadro es Philip Wilson Steer (1860-1942), uno de los primeros impresionistas británicos que se fue a París a estudiar en la muy conocida Academia Julian; en la ciudad de la luz, conoció y admiró a Monet y a Degas (entre otros). En 1884 volvía a Londres con aires renovados y fue uno de los miembros fundadores del prestigioso "Club Inglés del Nuevo Arte". Sus magníficos cuadros se pueden ver en la Galería Tate, en el Museo Británico, en el Victoria y Alberto y en numerosas colecciones privadas de Londres.

Hago este pequeña reflexión porque compruebo un poco asombrada como la cultura, en general, se está convirtiendo en un objeto de consumo y se da más importancia a la cantidad que a la calidad. Es imposible ver cuadros, en el lugar que sea, yendo al trote y sacando fotos. La contemplación es un arte en sí mismo y requiere una pequeña preparación para poderlo apreciar en toda su dimensión.
¿Por qué la gente siempre tiene prisa?, ¿qué es lo que le espera con tanta urgencia?, ¿no es posible sosegarse, de vez en cuando, para no perder uno de los mayores placeres? Me estoy refiriendo al "placer estético".

MARIO BENEDETTI

. Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y lo hace.

. Me gusta la gente que cultiva los sueños hasta que esos sueños se apoderan de la realidad.

. Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien se permite huir de los consejos sensatos dejando las soluciones en manos de Dios.

. Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma, la que es capaz de agradecer un nuevo día cuando amanezca (llueva, truene o haga sol...).

. La sensibilidad, el coraje, la solidaridad, el respeto, la tranquilidad, los valores, la alegría, la humildad, la fe, la felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, el agradecimiento, la sabiduría, los sueños, el arrepentimiento y el amor para los demás y propio son cosas fundamentales para llamarse "gente".

. Con gente como ésa me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mí me doy por bien retribuído". (Mario Benedetti)


Nada como determinados autores para ayudar a discernir, a ver claro, a no vacilar y a hacer la elección más adecuada cuando la vida te pone en una encrucijada como en la que yo me encuentro. Una vez más la palabra y su contenido me ayudan a comprender la realidad que me rodea, a ordenarla y, espero, a tomar la decisión más acertada...

viernes, 8 de julio de 2016

KAMISHIBAI

Se cuenta que, en 1930, en una de las calles más concurridas de Tokio, a lo lejos, se vio llegar a un hombre en bicicleta; se apeó de ella y con unos "hyoshigi" (palitos de madera) llamó la atención de numerosos niños que se colocaron a su alrededor. Vendía golosinas, pero traía consigo un "kamishibai", un teatrillo de madera, del tamaño de un maletín, por el que comenzó a deslizar unas láminas con unos dibujos de trazos gruesos y sencillos; detrás estaba el texto, con rápidas descripciones y vivaces diálogos, que el hombre leía mientras los niños escuchaban con atención y contemplaban con los ojos muy abiertos; unas veces reían, otras lloraban, otras manifestaban tener miedo... pero  lo hacían juntos, en grupo. Él se iba adecuando, con el tono y los gestos, al público concreto.
En Japón estaban en plena crisis económica de finales de los años veinte y como la necesidad agudiza el ingenio, pensó que tras el éxito de la representación y dejando a los espectadores muy contentos, vendería sus golosinas con mucha más facilidad (como así fue).
En los últimos años, el kamishibai (drama de papel) ha resurgido como actividad lúdica y pedagógica y lo ha hecho con tanta fuerza que su magia se ha extendido desde el país del Sol Naciente a otros continentes. Es todo un universo repleto de historias sencillas y ricas tanto en sentimientos como en enseñanzas y fascina a la audiencia. Une la magia de las palabras con el encanto de las imágenes y su componente teatral va más allá de la simple lectura pues ayuda a conseguir un efecto de concentración en torno al cuento mucho más fácilmente que con otras técnicas.


Al interpretarlo, se produce una gozosa interacción compartida entre los miembros de la audiencia y entre éstos y el intérprete, así como entre ambos y el mensaje que el autor quiere transmitir. Juntos, están predispuestos a compartir los mismos sentimientos experimentando la sensación de grupo. Es una forma natural y sencilla de recuperar la tradición oral y de despertar la imaginación y la fantasía de los niños. Les fomenta el gusto por la lectura y la escritura y a familarizarse con cuentos de otros países y sus propios idiomas (interculturalidad). Además, los niños un poco mayores pueden ser a su vez intérpretes y creadores de sus historias, participando en el grupo de forma más responsable dando ejemplo a los más chiquitines, que pronto quieren ser también los protagonistas...



Me parece que sería un regalo estupendo para los niños y adultos este verano. Es muy barato, ocupa poquísimo espacio y sus beneficios pueden tener una enorme repercusión. Lo he dicho muchas veces, pero lo mejor que podemos brindar a nuestros pequeños es tiempo, dedicación, paciencia, mucho cariño y pasárnoslo en grande con ellos. Como dicen los franceses, allons-y!!

lunes, 4 de julio de 2016

EFFIE GRAY

Effie Gray era una joven de la alta sociedad que se casó con John Ruskin en Escocia en 1848.  A pesar de que los padres del novio estaban contentos con Effie y conocían a su familia, no acudieron al enlace matrimonial por el enorme disgusto que les daba su único hijo dejando el hogar paterno. Lo habían tenido a una edad avanzada y estaba superprotegido. Su posición muy acomodada de ricos comerciantes había servido para estimular al joven John su pasión por el arte, la literatura y los viajes, pero el hecho de que los abandonara era difícil de superar...
 La seducción, por parte de él, antes de la boda, fue a través de cartas y poesías en las que hablaba a su enamorada de su belleza e infinitas cualidades. Ambos habían caído en un espejismo estético (más que amoroso), pero pronto la realidad rompió todo el encanto cuando llegó la noche de bodas y él vio el primer desnudo de su vida. Tenía "una noción infantil de la feminidad, mitad gatito, mitad reina de las hadas" y se negó a consumar el matrimonio huyendo aterrorizado...

Ruskin era el crítico de arte más importante de Inglaterra, además de escritor y sociólogo. Se le llegó a considerar un auténtico "Maestro Estético". Introdujo  el neogótico en Inglaterra, fue paladín del Prerrafaelismo y el descubridor de William Turner, a quien le dedicó un ensayo.
Muy influído por los Socialistas de Sheffield, como su amigo Morris, fundó la Company of St George para la mejora social y artes útiles (ornamentales), pues pensaba que había una estrecha relación entre la moral y el arte.


Cuando habían pasado ya cinco años y convivían como compañeros (no como matrimonio) el pintor John Everett Millais (prerrafaelita) pidió a Effie que posara para un cuadro, que tuvo un gran éxito. Mientras posaba, se llegaron a hacer grandes amigos y ella le fue contando sus intimidades. La presión de los padres de Ruskin (para que ella no interrumpiera el ascenso de su hijo a todos los niveles) y las continuas cartas de amor de su marido cuando no estaba en casa, provocaban a Effie un desgaste psicológico y eomocional que le estaban destruyendo la salud y el buen humor del que siempre había gozado...

Después de grandes problemas Effie consiguió la anulación matrimonial, alegando la  impotencia de su esposo, y rompió con las convenciones victorianas. Se casó con Millais y tuvieron ocho hijos, lo que, paradójicamente, fue muy bien aceptado por la sociedad pues, incluso, frecuentaban a la familia real. Quizá, era una forma muy sutil de castigar y doblegar al "contestatario Ruskin" que tanto removió los más sólidos cimientos del arte, la política, la sociedad y el gusto victorianos...

domingo, 3 de julio de 2016

EL TESORO DE LA CIUDAD DE LAS DAMAS

"Pensé que multiplicaría esta obra difundiendo copias en el mundo entero, cueste lo que cueste, ofreciéndolas a  reinas, princesas y nobles damas, para que, gracias al esfuerzo de esas honorables damas tan dignas de elogio, circulara mejor entre las mujeres de toda condición. Ya he iniciado el proceso para que este libro, pese a estar escrito en lengua francesa, sea examinado, leído y publicado en todos los países". Esta declaración de Cristina de Pizán pertenece a su libro "El Tesoro de la Ciudad de las Damas", dedicado a la duquesa Margarita de Borgoña y escrito el mismo año (1405) que La Ciudad de las Damas, desde una perspectiva más práctica: dar consejos a las mujeres para mejorar su vida cotidiana.


Hoy, como cuando lo leí por primera vez, me sigue asombrando la claridad con la que la autora afirma su principal objetivo: "la circulación de sus obras", teniendo en cuenta que se trataba de manuscritos compuestos en un taller femenino de miniaturistas, pues todavía no había nacido la imprenta. Ella había entrado en el ruedo como "femme des lettres", pues vivía y sostenía económicamente a toda su familia después de quedarse viuda. La mayor novedad es que llevó a cabo su proyecto sin ayuda de ningún mecenas, como lo subraya orgullosamente con la metáfora que emplea en su libro autobiográfico La mutación de Fortuna: ella es "el Patrono de la nave".

Ha tardado cinco siglos en encontrarse con ese numeroso público con el que soñaba. Yo guardo con Cristina un enlace permanente: suelo volver a abrir sus libros por cualquier página (método que os recomiendo) y siempre me encuentro con un acertado consejo o una observación aguda. Ha pasado, para mí, a ser un "clásico" porque los clásicos siempre nos miran desde la eternidad.


Toda lectura de un clásico es en realidad una relectura. Es un libro que nunca termina de decir lo que quiere decir. Es clásico lo que tiende a relegar la actualidad a la categoría de ruido de fondo, pero al mismo tiempo no puede prescindir de ese ruido de fondo. Me encanta poder contribuír a difundir la obra de esta magnífica mujer, referente para mí no sólo desde el punto de vista literario sino personal. Está más viva que nunca y su modernidad es ejemplar. Son este tipo de mujeres las que nos ayudan a no desfallecer cuando el camino se pone difícil...
Si queréis profundizar en la autora, os remito a mi post titulado "Christine de Pisan" y publicado, en este blog, el 30 de junio de 2014.