viernes, 29 de julio de 2016

CIUDAD JARDÍN

Ebenezer Howard nació en Londres (1850) pero entre 1872-76 trabajó como reportero en Chicago (Estados Unidos) donde pudo apreciar, en vivo y en directo, los estragos de la ciudad
como consecuencia del acinamiento, la degradación de espacios, la especulación del suelo para seguir construyendo casas de pésima calidad para los obreros...
Fue poroso a los poemas de Walt Whitman y al Nuevo Pensamiento de Emerson.

 Con su libro, "To-morrow", escrito en 1898 y reescrito en 1902 como "Garden cities of tomorrow" (ciudades jardín del mañana), logró una obra fundamental del nuevo modelo de urbanismo de principios del siglo XX, que influiría en el concepto de la ciudad suburbana a partir de la década de los cuarenta.
Las nuevas corrientes de pensamiento político y social de finales del XIX le llevaron a soñar con la utopía de una ciudad idónea donde el individuo tuviera calidad de vida y se pudiera desarrollar al máximo (ciudad ideal renacentista). Su planteamineto discurría en paralelo con el Movimiento Arts & Crafts, que tendía a volver a la arquitectura popular.
En el centro se harían los edificios públicos principales y los centros de cultura, insertos en zonas de jardines y comercios, rodeados por el "Crystal Palace", arcada de cristal que protegaría el paseo en los días de lluvia.

Árboles y jardines rodearían el ferrocarril y más lejos estaría el canal. Tanto el tren como los barcos unirían las seis ciudades, formadas por casas unifamiliares con jardín.
Howard, que no era arquitecto, reivindicó una nueva organización social, planteó diagramas y distribuciones, propuso fórmulas de gestión y financiación y definió una estrategia de implantación; pero no se limitó a establecer sus bases teóricas, él era un hombre de acción y se puso en marcha para hacer realidad su sueño.
Contó con Unwin y Parker, que materializarían la utopía.


En 1904 se inició, en el norte de Londres, Letchworth, la "primera ciudad jardín". La difusión internacional y el éxito fueron formidables y se convirtió en uno de los modelos urbanos esenciales en la ciudad del siglo XX. No podemos olvidar que, en la segunda mitad del siglo XIX, tanto el imperio victoriano como Londres llegaron a la cúspide. La capital de la primera potencia mundial aprovechó la ola de la industria innovadora y floreciente lo que le permitió erigirse en el centro financiero internacional y referente del comercio mundial.

No es extraño que las propuestas de Howard tuvieran tanta aceptación en su país, aunque sus planes no se pudieran llevar a cabo con la pureza que a él le habría gustado.
No fue la clase oprimida y trabajadora la que se beneficíaría de esta nueva concepción de la ciudad, pues era "buena, bonita pero muy cara". Allí se trasladó la nueva burguesía emergente que anhelaba la vida del campo sin perder el contacto con el centro de la ciudad.
A partir de 1946 se crearon once ciudades jardín más, lo que imprimió carácter y personalidad a Inglaterra.
Entre Letchworth (a 60 kms) y Londres estaba la segunda ciudad jardín,Welwyn (a 30 kms); a ellas dedicó su vida Howard, en ellas habitó y en ellas murió.
Creo que ahora, a comienzos del siglo XXI, también hay una vuelta al concepto de ciudad jardín, pues las grandes ciudades se convierten en lugares axfisiantes en los que el ser humano pierde un poco su identidad y la posibilidad de desarrollar todo su potencial. No pienso que sea cuestión de poder adquisitivo, sino de mentalidad. Si se tiene claro el orden de preferencias, habría que ser libre y tener coraje para elegir lo mejor.


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