jueves, 11 de agosto de 2016

CONFUCIO

La cultura china es la que más ha perdurado en la Historia de la Humanidad y todavía hoy continúa vigente. La filosofía de Confucio, cuyos principios fueron asumidos por la población, se transmitieron generación tras generación a través de las cuatro artes primordiales: música, poesía, caligrafía y pintura.
Nació (551-479 AC) en una época convulsa en la que la decadencia del sistema feudal y la pérdida de poder del emperador le impulsó a propugnar un sistema filosófico que permitió organizar la sociedad china de una forma tan eficaz como duradera.
Según él, el ser humano forma parte del orden cósmico, es una parte del todo como cualquier otra, pero tiene que responsabilizarse de "su parcela" puesto que si una parte del universo pierde el equilibrio se afecta el conjunto entero.

Para no alterar este orden cósmico debe seguir tres pasos: ren, li y dào. Ren: perfección, calidad interior, suma de todas las virtudes; se consigue con el cultivo de uno mismo, relacionándose con los demás y aprendiendo de ello. Li: calidad en la conducta en su interrelación con los demás. Debe coexistir con el ren, pues de nada sirve una apariencia noble si no hay bondad en el interior. Ambas cualidades irán conformando nuestro dào, el camino correcto hacia el perfeccionamiento progresivo que requiere esfuerzo, voluntad y disciplina (estudiando, aprendiendo y practicando el mayor conocimiento posible).

 ¿Qué resulta de todo lo anterior? Según Confucio un "junzy" era un hombre superior: virtuoso, abierto de miras, solidario, educado, noble, humilde, sabio...pero entendiendo la nobleza como concepto ético basado en la calidad intelectual y moral del individuo o "caballero" que puede pertenecer a cualquier clase social.
Las cuatro flores junzy eran: el crisantemo, ciruelo, orquídea y bambú y representaban la alegría, la perfección, la sabiduría y la honestidad
Para cultivarse hay que gozar de tiempo, pues no sólo se aprende de los libros sino a través de las artes.

La pintura servía para inspirar y estimular la personalidad de los asistentes que acudían a conciertos de pintura en vivo; provocaba emociones o inspiraba procesos cognoscitivos y había que admirarla "con las manos limpias" pues rara vez estaba colgada. En una obra podían participar uno o más pintores, añadir poemas y acompañarla de música (integración de las artes). Las artes se convertían así en catalizadores y vehículos del desarrollo ético e intelectual de la sociedad.


"Tres cosas distinguen a un ser humano superior: siendo virtuoso, está libre de ansiedad; siendo sabio, está libre de perplejidad y siendo valiente, está libre de temor".
"El agua es la cosa más suave y aún así puede penetrar montañas y tierra. Esto muestra claramente el principio de que la suavidad supera la dureza".
La grandeza de este pensador es que su pensamiento iba dirigido al ser humano, a la persona, sin distinguir entre hombre y mujer, lo que nos demuestra que, desde su origen, la buena filosofía no hace distinciones... éstas llegaron mucho después.

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