sábado, 12 de noviembre de 2016

LA REVOLUCIÓN DE LA ESPERANZA

Este cuadro es un autorretrato de una mujer a la que admiro mucho: Cristina de Jos´h. Con una gran inquietud artística, ha sabido canalizar todo lo que lleva dentro, a lo largo de los años, de una forma sabia (con inteligencia y sensibilidad).
Siendo muy joven, empezó realizando muñecos de trapo únicos y especiales; más tarde, se interesó por el diseño textil y la ropa del hogar, con líneas personalizadas y confeccionadas de forma totalmente artesanal. No se paró ahí, sino que se lanzó a escribir libros y a pintar cuadros... y, en todo lo que emprende, alcanza el "éxito".

¿Por qué? Porque ama la vida y se ha lanzado a todas sus empresas con amor, con coraje y con esperanza. Pero, ¿qué es la "esperanza"? pues la esperanza es un talante, un estado, una forma de ser, una disposición interna, un "estar listo para actuar".
Los ingleses hacen una diferencia interesante entre activeness (actitud o estado anímico) y activity (actividad): la espera no es pasiva, sino estar preparado en todo momento para que lo que todavía no ha nacido, pero está en condiciones de hacerlo, nazca.
La esperanza está enlazada con la fe, la fortaleza y la compasión. La fe es la convicción de que lo que se está gestando como una semilla brotará en el momento adecuado; es el pilar de la esperanza, su base. La fortaleza es el coraje de vivir, lo que nos hace vencer la tentación de comprometer la esperanza y la fe convirtiéndolas en un optimismo vacío, hueco, insustancial o una fe irracional. La compasión (sentir con), como la ternura o el amor, es un sentimiento exquisito que nos lleva a interesarnos por todo lo que nos rodea (interés: ser entre).
Según Erich Fromm, la base del amor, la ternura, la compasión, el interés y la responsabilidad es la de "ser versus tener": me vacío mi yo, me empobrezco para volverme rico.
Cristina, con su talante vital, nos muestra que los cambios sí son posibles y que las buenas ideas que llegan al corazón tienen un gran poder pues son capaces de crear entusiasmo y dedicación.
Es un ejemplo a seguir entre tanta gente aburrida, pasiva, insensible, extremadamente racionalista y un verdadero antídoto contra la depresión, la despersonalización, la indiferencia ante la vida...

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