sábado, 3 de diciembre de 2016

JOAN-CARLO Y MAURICE

Si algún día me ves triste, no me digas nada, 
sólo quiéreme.
Si me encuentras en la soledad de la oscura noche, no me preguntes nada,
sólo acompáñame.
Si me miras y no te miro, no pienses nada,
compréndeme.
Si lo que necesitas es amor, no tengas miedo,
ámame.
Pero si alguna vez dejaras de quererme, no me digas nada,
recuérdame.

 Cuando alguna vez te sientas solo y veas alrededor sólo vacío y no puedas llorar,
yo estoy contigo.
Y cuando alguna vez te sientas triste y sientas la verdad como una herida y que todo está muerto,
yo soy la vida.
Y cuando alguna vez no sientas nada y quieras sonreír, pero no puedas y quieras escapar,
yo soy la puerta. 

Estos versos de Mario Benedetti me parece que expresan la ausencia de seres queridos de forma suave y delicada y nos ayudan a atravesar el drama que supone la ausencia física en el momento de la partida.  

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