domingo, 22 de enero de 2017

PEMBROKE LODGE

Pembroke Lodge es una mansión georgiana que se halla en el interior de Richmond Park y que, en la actualidad, cuenta con un restaurante de cocina británcia y terrazas desde las que se puede contemplar el valle del Támesis. La forma más fácil de acceder a ella es por Richmond Gate, una de las cinco puertas del parque.
Fue  construída a mediados del siglo XVIII y pertenecía al conde de Pembroke, amigo del rey Jorge III. Amplió el "cottage" inicial y encabezó una larga lista de aristócratas ingleses que han ido disfrutando de la casa a través de los siglos. La reina Victoria se la concedió a Lord John Russell a mediados del siglo XIX y sirvió de cuartel general de un Regimiento durante la Segunda Guerra Mundial. A partir de ahí pasó a manos privadas, convirtiéndose primero en un museo y más tarde (como ahora) en un lugar especial para llevar a cabo eventos sociales. Su entrada está rodeada de maravillosos jardines llenos de color y el edificio discreto, en tonos blancos, tiene dos plantas y maravillosas vistas (a lo lejos se puede ver Saint Paul o el Castillo de Windsor).

Mientras nos tomamos un té por la mañana, en una de sus terrazas, podemos disfrutar de la belleza de esta reserva natural nacional que es el parque de Richmond, lleno de senderos, zonas verdes y una fauna muy variada cuyos protagonistas indiscutibles son sus permanentes moradores, los ciervos.

Richmond es una zona suburbana situada al sur oeste de la capital, pero muy popular y transitada. Es el único distrito (borough) asomado a las orillas del Támesis (Richmond upon Thames), el más verde, regio e histórico de todos y muy bien comunicado con el centro de la ciudad, a unos 20 minutos (en Metro, con la Distric Line; en cercanías, desde Waterloo o en barco desde Westminster).

Todo comenzó con un palacio del siglo XV que fue rehabilitado en el siglo XVI y que era conocido como Richmond Palace. El pueblo fue creciendo en torno al castillo y al río y siempre contó con una zona verde de grandes dimensiones destinada a la caza (el actual Richmond Park). Está configurado como un espacio residencial, con una calle principal (a modo de High Street) y sus edificios más relevantes son la Biblioteca Municipal y el Teatro. Es una delicia callejear por sus calles estrechas y peatronales y llegar hasta Heron Square, una placita en la que nos sábados está el mercado de los granjeros y el domingo el de los artesanos.

Antes de acceder al parque, nos encontramos con Richmond Bridge (el puente de Richmond), el más antiguo de Londres (1777), que cruza el Támesis a su paso por esta localidad; en el área del embarcadero nos encontramos la mayor autenticidad del pueblo. En ambas orillas del río (Richmond Riverside), podemos pasear o ir en bici y descubrir lugares en los que hacer un alto en el camino y tomar algo; en "White Cross" podemos probar el típico "sausage and mash" (salchicha con puré de patata espeso). Más adelante nos encontramos con talleres de artesanos que muestran su forma de trabajar y venden sus productos mientras conversan con los visitantes.
Nos dejamos muchas cosas interesantes para otros paseos, pues es preferible ver, sentir, saborear, descubrir... con cierta calma para que las vivencias se nos queden realmente grabadas, para que la experiencia sea realmente gratificante...




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