miércoles, 1 de noviembre de 2017

SER ATRACTIVO

Hace poco me preguntaban que qué es para mi ser atractivo y lo cierto es que no me resultó nada fácil responder. Últimamente se nos proporcionan fórmulas para producir fascinación y derrochar encanto a diestra y siniestra y se nos brindan claves para tener un éxito asegurado, pero me temo que para ser atractivo es esencial (como en todo) la fe, el trabajo y el tiempo o el tiempo, el trabajo y la fe, pues la persona realmente atractiva no nace sino que se hace. Ella se propone ser atractiva y lo consigue.
Me resultan muy atractivas las personas que saben escuchar de forma activa, poniendo interés en lo que se les cuenta como si, en ese momento, sólo el que les habla existiera en el mundo.
Si, además de escuchar, la persona es natural, espontánea, lejos de marcas y apariencias deslumbrantes, empatizo mucho mejor con ella y me da la posibilidad de que yo actúe de la misma forma.
¿Escucha, es sencilla  y educada? Va aumantando su atractivo por momentos. Se nota que domina su temperamento, que goza de buen humor, que demuestra calma ante los imprevistos, que sabe contar hasta mil antes de decir una impertinencia y que emana equilibrio. En definitiva, es una persona pulida, cultivada y esforzada en mejorar.
¿Se interesa de verdad por los demás?, ¿es optimista?, ¿está disponible cuando es cierto que se la necesita?, ¿tiene en cuenta a los otros?, ¿sonríe más que menos?...
Todos esos ingredientes forman parte de lo que yo considero "ser atractivo".
Normalmente, la persona atractiva va envejeciendo bien, pues tiene ante la vida un buen talante, seguridad en sí misma y mucho temple. Ella da más importancia a lo auténtico y mira de lejos cualquier cosa que le pueda ensombrecer su "joie de vivre".
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Y es que, las personas realmente atractivas lo son porque son interesantes, porque tienen vida propia y aportan su personalidad, saben dar su nota y lo hacen con soltura y sin ningún tipo de afectación.
Generalmente son grandes lectores y están acostumbrados a vivir muchas vidas, a viajar por muchos lugares, a romper moldes, barreras y esquemas. Son libres y ese es para mí el verdadero secreto de su atractivo: su libertad.

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