sábado, 25 de julio de 2015

LA CATEDRAL DE CHARTRES

La Catedral de Chartres siempre es preciosa, pero gana al atardecer... Está en una colina en la que había unos dólmenes junto a un pozo sagrado de 33 mts de profundidad. Desde el año 360 varios templos se fueron construyendo en ese lugar hasta que, a principios del siglo XII se inició el actual templo gótico (finalizado en 1260) que conservó del anterior templo románico "la cripta" (en la que se halla el "pozo sagrado") y la fachada oeste con el "Pórtico Real".

Esta catedral forma parte de un conjunto que fueron erigidas al norte de Francia a finales del siglo XII con un estilo que, hasta el siglo XVI era conocido como "el estilo francés". Su disposición sobre el mapa recrea la forma del rombo central de la Constelación de Virgo y la catedral de Chartres corresponde a la estrella "Spica".

Spica o Espiga es la estrella de ocho puntas (Venus romana o Esther hebrea), el símbolo más antiguo de la Gran Diosa que se usa como protectora de las aguas y las cosechas. Se la representa como una espiga de trigo en la mano izquierda de una doncella.

También conocida como la diosa de la fertilidad, desaparecía el 15 de agosto (recogida de la cosecha del trigo seco y maduro) y el 8 de septiembre volvía a aparecer (coincidiendo con la siembra). Es por eso por lo que se la asociaba con la agricultura. La naturaleza es fértil y fecunda porque es pura, virgen e inocente; su función no es concebir el mal sino hacer brotar el bien.

Cada 21 de junio, en el solsticio de verano, un rayo de sol penetra a las 12 de la mañana a través de un punto concreto practicado sobre el vitral de San Apolinar e ilumina con increíble precisión una espiga de metal brillante, ligeramente dorado, marcada sobre una piedra rectangular empotrada junto al resto de losas cuya blancura resalta sobre el matíz gris del enlosado.

Entrar por la puerta occidental descalza y avanzar hasta el laberinto grabado en piedra en el suelo, te permite percibir la acumulación de energía en tu interior. Al llegar al punto central del crucero te sientes inundada por la luz de tres vidrieras policramadas experimentando todo el poder alquímico que existe allí expresado a través de palabras, números, música y geometría sagrada de la que está impregnado todo el edificio.

No en vano su construcción está basada en el número de oro y todas las distancias son múltiplos de él. Por un lado, su construcción te tira hacia arriba, en busca de la luz, pero una irresistible fuerza de la tierra te tira hacia abajo. Es la combinación de ambas fuerzas (la cósmica y la telúrica) la que te transporta a un nivel de conciencia superior.

 No me cabe la menor duda de que fue cubierta, con creces, la necesidad imperiosa que tuvieron los Templarios de plasmar toda la información que trajeron de Oriente para dejar huella de una época en la que, a pesar de la miseria, las pestes, la pobreza y la hambruna de la mayoría, el pueblo necesitaba transcender a realidades no visibles que les ayudasen a  soportar tanto sufrimiento. Fue entonces cuando se llegó al nivel más alto de la "unión del cielo con la tierra" y por eso la arquitectura gótica siempre nos recordará la necesidad que el ser humano tiene de lo espiritual...

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