Beatriz "dadora de felicidad o beatitud, delicada, hermosa y más divina que terrena por su belleza y fuerza".
Beatriz Portinari fue la joven florentina que encadenó con su amor a Dante Alighieri y una de las mujeres más amadas e idealizadas de la literartura.
Cuando Dante la conoció (ella tenía ocho años y él 9) sintió que su corazón se rompía y con lágrimas en los ojos vio que aquélla encantadora niña iba a ser el centro de su existencia. Desde aquél preciso momento, "el amor se adueñó de su alma".
A lo largo de su vida no se veían, no se hablaban, pero ella marcó para siempre la inspiración de sus obras ("Muestrasé tan amable a quien la mira
que al alma infunde una dulzura nueva
que solo aquél que la sintió lo sabe
saludo a Beatríz en vida nueva").
En 1290 la dama falleció a causa de la peste bubónica y Dante se lanzó a todo tipo de desmanes con verdadero desenfreno. No olvidándola jamás le pide que le conduzca a su lado y en ella se inspira para escribir su magnífica obra "Vida Nueva".
Siente hacia ella sentimientos amorosos, pero de una forma sublime e idealista:
"Lleva en sus ojos el amor sin duda
la que embellece todo lo que mira;
y tal respeto su presencia inspira
que el corazón le tiembla al que saluda".
"Toda dulzura, toda venturanza
nace el alma del que hablar la siente;
más si en sus labios la sonrisa brilla
se muestran tal que ni la lengua alcanza
nunca a decir, ni a comprender la mente
tan nueva a increíble maravilla" (Alabanza de Beatriz, La Vida Nueva)
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