Jugar es la razón de ser de la infancia, es de vital imortancia y por eso el niño tiene derecho al juego, al esparcimiento, según La Convención de los Derechos del Niño establecida por las Naciones Unidas.
Por su parte, la UNESCO dice que todos los niños del mundo juegan y que jugar condiciona el desarrollo armonioso del cuerpo, de la inteligencia y de la afectividad. "El niño que no juega es un enfermo en cuerpo y en espíritu".
El juego forma parte y está en la base misma de la cultura.
Me da mucha pena que "la soledad" sea la más grave enfermedad de muchos niños actualmente.
Está demostrado que las familias de alto poder adquisitivo programan la vida de sus hijos como si fueran adultos: no les dejan un segundo libre para, en realidad, no hacer nada; obligan a los niños a vivir sin existir como lo que realmente son: ¡niños!
Es importante que los adultos aprendamos a mirar el mundo con los ojos del niño, darle voz para que denuncie los errores que cometemos con ellos.
¿De qué le sirve a un pequeño tener un cuarto maravilloso si no hay nadie que le acompañe a la cama, le lea un cuento y le de el último beso antes de dormir?
Desde que son muy chiquitines se ven sometidos a aprender "de todo" a gran velocidad (idiomas, informática, música, bailes...), pero no les queda tiempo para jugar. Jugando, desarrollan la capacidad motora, emocional, social y cognitiva; son más comunicativos, creativos, llevan a cabo tareas y hábitos y ellos mismos van creando un mundo en el que van ensayando la realidad que les rodea.
Si vemos a través de sus ojos, podremos sonreír, identificarnos, indignarnos y querer cambiar el mundo; podremos dejar escapar una lágrima o apretar los puños, mientras el corazón acelera su marcha...
"Pero lo que no podemos hacer es mantenernos indiferentes".
viernes, 30 de septiembre de 2016
domingo, 25 de septiembre de 2016
LOS PASEOS DEL ARTE
Ahora que acabamos de estrenar el otoño, sale a la luz una idea que hace tiempo venía madurando: "Los Paseos del Arte". Ellos me servirán para tener un contacto directo con mis lectores mientras los acompaño. A lo largo de una hora, iremos viendo los lugares de los que hablo en mi libro "A mi manera" (1º de la colección El Escorial: luz y arte) y comentaremos la Historia, la arquitectura, el paisaje y el paisanaje de El Escorial (tanto de San Lorenzo como de la Villa). La ilustración es del pintor Borja Echevarría.
Éste año, la emblemática escritora y periodista Jane Jacobs, muy sensibilizada con el urbanismo, habría cumplido 100 años el 4 de mayo (nació en 1916). Siempre la he admirado por haberse enfrentado al mismísimo Robert Moses (el master builder de principios del siglo XX: autopistas, ciudades dormitorio y fragmentadas sin barrios, sin calles...) con la fuerza que le daba el sentido común y el civismo avanzado.
Como ella, creo que es muy importante sentirse bien en el lugar en el que se vive formando parte de una comunidad, pues el ser humano es sociable por naturaleza y el bienestar emocional personal repercute en el colectivo. Además, tanto callejeando como paseando por jardines o por el campo, mi lema es: "aprender paseando y pasear aprendiendo", pero de una forma dinámica y divertida, viviendo la cultura como algo cercano e interesante, sintiendo el pulso de la vida cotidiana e ir aplicando una crítica constructiva.
Como decía Confucio: "dímelo y lo olvidaré, muéstramelo y lo recordaré, involucramé y aprenderé".
. Primer Paseo del Arte: sábado 1 de octubre, de 12 a 1. Se partirá del kiosco de libros "El Molino de Papel" (c/ Floridablanca, 3, San Lorenzo de El Escorial) y allí terminará el trayecto. De 1 a 2: firmaré libros y charlaré con los lectores-paseantes.
. "No importa la lentitud con la que avancemos siempre y cuando no nos detengamos".
Éste año, la emblemática escritora y periodista Jane Jacobs, muy sensibilizada con el urbanismo, habría cumplido 100 años el 4 de mayo (nació en 1916). Siempre la he admirado por haberse enfrentado al mismísimo Robert Moses (el master builder de principios del siglo XX: autopistas, ciudades dormitorio y fragmentadas sin barrios, sin calles...) con la fuerza que le daba el sentido común y el civismo avanzado.
Como ella, creo que es muy importante sentirse bien en el lugar en el que se vive formando parte de una comunidad, pues el ser humano es sociable por naturaleza y el bienestar emocional personal repercute en el colectivo. Además, tanto callejeando como paseando por jardines o por el campo, mi lema es: "aprender paseando y pasear aprendiendo", pero de una forma dinámica y divertida, viviendo la cultura como algo cercano e interesante, sintiendo el pulso de la vida cotidiana e ir aplicando una crítica constructiva.
Como decía Confucio: "dímelo y lo olvidaré, muéstramelo y lo recordaré, involucramé y aprenderé".
. Primer Paseo del Arte: sábado 1 de octubre, de 12 a 1. Se partirá del kiosco de libros "El Molino de Papel" (c/ Floridablanca, 3, San Lorenzo de El Escorial) y allí terminará el trayecto. De 1 a 2: firmaré libros y charlaré con los lectores-paseantes.
. "No importa la lentitud con la que avancemos siempre y cuando no nos detengamos".
sábado, 24 de septiembre de 2016
CUCA ARSUAGA
Recibo, llena de emoción, esta invitación de mi querida Cuca, hija de mi gran amiga Isabel Acaso, y no puedo evitar recordar cómo y cuánto me hablaba de ella su madre cuando yo aún no la conocía porque estaba en Barcelona. La noto muy ilusionada por volver a su ciudad de origen y con la satisfacción de haber llevado a cabo una trayectoria muy interesante, pues lleva ya tres años y medio exponiendo (en 27 ocasiones) en las Comunidades Autónomas de Madrid, Castilla-León y Valencia y todas con éxito.
Jamás olvidaré con qué cariño me brindó este maravilloso cuadro de San Lorenzo de El Escorial, para hacer el cartel de mi tercer libro. Es el pueblo en el que vivimos y en el que tenemos nuestros (escasos pero intensos) encuentros. Aquí tiene su Estudio y aquí es donde vive y trabaja muy cerca de su numerosa y entrañable familia.
Me parece oportuno recordar algunas frases de Gaudí:
. "Para hacer las cosas bien es necesario: primero, el amor; segundo, la técnica".
. "La gloria es la luz, la luz da gozo y el gozo es la alegría del espíritu".
. "La belleza es el resplandor de la verdad y como el arte es belleza, sin verdad no hay arte".
. "La arquitectura es el pimer arte plástico; la escultura y la pintura necesitan de la primera. Toda su excelencia viene de la luz. La arquitectura es la ordenación de la luz".
. "La originalidad consiste en volver al origen".
Estoy convencida de que nos brindará una obra impregnada por el pensamiento del genial arquitecto.
. lugar: Ronda de Barcelona (espacio cultural)
c/ Consell de Cent, 382
Barcelona
Jamás olvidaré con qué cariño me brindó este maravilloso cuadro de San Lorenzo de El Escorial, para hacer el cartel de mi tercer libro. Es el pueblo en el que vivimos y en el que tenemos nuestros (escasos pero intensos) encuentros. Aquí tiene su Estudio y aquí es donde vive y trabaja muy cerca de su numerosa y entrañable familia.
Me parece oportuno recordar algunas frases de Gaudí:
. "Para hacer las cosas bien es necesario: primero, el amor; segundo, la técnica".
. "La gloria es la luz, la luz da gozo y el gozo es la alegría del espíritu".
. "La belleza es el resplandor de la verdad y como el arte es belleza, sin verdad no hay arte".
. "La arquitectura es el pimer arte plástico; la escultura y la pintura necesitan de la primera. Toda su excelencia viene de la luz. La arquitectura es la ordenación de la luz".
. "La originalidad consiste en volver al origen".
Estoy convencida de que nos brindará una obra impregnada por el pensamiento del genial arquitecto.
. lugar: Ronda de Barcelona (espacio cultural)
c/ Consell de Cent, 382
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domingo, 18 de septiembre de 2016
ELLEN KEY
La escritora sueca Ellen Key (1849-1926) pasó su tranquila vejez en una casita blanca que se hizo construir a orillas del lago Watern, un mar interior al que llegaban las olas del océano, pero no el eco de las discusiones que provocaban sus libros. Allí sólo tenían entrada viejos y fieles amigos que encontraban a una señora de rostro cansado, dulce y expresivo, enmarcado en una plateada cabellera.
Las duras batallas de juventud estaban lejanas. En su hogar reinaba una paz plena de seguridad y orgullo. Ellen esperaba su fin con la alegría del que ve que sus ideas se van abriendo camino y que cada día que pasa se hacen más vivas y fuertes.
Había tenido un gran y misterioso amor, muy desdichado, que fue la fuente de la que bebía su razón y lo que le dio fuerza para difundir y sustentar sus teorías. Era aguda y profunda en el estudio de la psicología amorosa y en sus libros no sólo había literatura, sino "vida".
Se decía que su obra era confusa, contradictoria y llena de repeticiones; un lector lógico se desorientaba con ellas. Sus ideas se manifestaban en el desorden y la improvisación de la vida cotidiana.
Los que la valoraban decían que era como un río, de corriente violenta, que a pesar de torcerse y de las dificultades del terreno, llevaba al mar unas aguas más frescas, puras y limpias.
Y es que, la más célebre y combativa feminista moderna reaccionó con un folleto antifeminista.
Frente a la feroz lucha por conseguir la igualdad entre el hombre y la mujer denunciaba que ésta había llegado a considerar como baja e impura la función del amor, llegando a menospreciarla. En su brutal competencia profesional con el varón estaba olvidando su esencia femenina.
Recordó que el amor y la maternidad no estaban reñidas con las conquistas intelectuales, morales y políticas conseguidas por la mujer, sino que enriquecían y dignificaban el papel de madre (física o espiritual).
El amor es el terreno más fecundo para la evolución. Si se brinda a los niños un hogar pacífico y armonioso ellos podrán desarrollar todas sus potencialidades dentro del cariño y el cuidado sin excluir la firmeza.
La mujer levanta, con mano muy delicada, el velo que oculta los más íntimos movimientos del corazón y demuestra que en ella el deseo no viene sólo de los sentidos, sino que vive la forma más ideal y elevada del amor; su amor purifica y eleva el del hombre, que es más sensual (Ellen Key).
Me ha parecido oportuno recordar a esta gran desconocida porque su pensamiento está de rigurosa actualidad: no podemos matar el alma de los niños, pues si no les brindamos la posibilidad de que desarrollen la reflexión y la imaginación su autodesarrollo será imposible. No se trata de que lleguen a ser "alguien", sino de que se conviertan en "ellos mismos"
Dejad que la naturaleza, callada y lentamente, se ayude a sí misma procurando que las condiciones circundantes le ayuden en esa labor. Ésto es "educación" (1900).
Las duras batallas de juventud estaban lejanas. En su hogar reinaba una paz plena de seguridad y orgullo. Ellen esperaba su fin con la alegría del que ve que sus ideas se van abriendo camino y que cada día que pasa se hacen más vivas y fuertes.
Había tenido un gran y misterioso amor, muy desdichado, que fue la fuente de la que bebía su razón y lo que le dio fuerza para difundir y sustentar sus teorías. Era aguda y profunda en el estudio de la psicología amorosa y en sus libros no sólo había literatura, sino "vida".
Se decía que su obra era confusa, contradictoria y llena de repeticiones; un lector lógico se desorientaba con ellas. Sus ideas se manifestaban en el desorden y la improvisación de la vida cotidiana.
Los que la valoraban decían que era como un río, de corriente violenta, que a pesar de torcerse y de las dificultades del terreno, llevaba al mar unas aguas más frescas, puras y limpias.
Y es que, la más célebre y combativa feminista moderna reaccionó con un folleto antifeminista.
Frente a la feroz lucha por conseguir la igualdad entre el hombre y la mujer denunciaba que ésta había llegado a considerar como baja e impura la función del amor, llegando a menospreciarla. En su brutal competencia profesional con el varón estaba olvidando su esencia femenina.
Recordó que el amor y la maternidad no estaban reñidas con las conquistas intelectuales, morales y políticas conseguidas por la mujer, sino que enriquecían y dignificaban el papel de madre (física o espiritual).
El amor es el terreno más fecundo para la evolución. Si se brinda a los niños un hogar pacífico y armonioso ellos podrán desarrollar todas sus potencialidades dentro del cariño y el cuidado sin excluir la firmeza.
La mujer levanta, con mano muy delicada, el velo que oculta los más íntimos movimientos del corazón y demuestra que en ella el deseo no viene sólo de los sentidos, sino que vive la forma más ideal y elevada del amor; su amor purifica y eleva el del hombre, que es más sensual (Ellen Key).
Me ha parecido oportuno recordar a esta gran desconocida porque su pensamiento está de rigurosa actualidad: no podemos matar el alma de los niños, pues si no les brindamos la posibilidad de que desarrollen la reflexión y la imaginación su autodesarrollo será imposible. No se trata de que lleguen a ser "alguien", sino de que se conviertan en "ellos mismos"
Dejad que la naturaleza, callada y lentamente, se ayude a sí misma procurando que las condiciones circundantes le ayuden en esa labor. Ésto es "educación" (1900).
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sábado, 17 de septiembre de 2016
VIDA SENCILLA
Mirando a través de la ventana, ahora que se va acercando el otoño, contemplo y reflexiono acerca de por qué me gusta llevar una vida sencilla:
. mi proposito en la vida es "ser yo misma"
. la experiencia del mundo es mi mejor maestro
. cubro mis necesidades básicas
. vigilo los excesos y falsas necesidades
. medito a diario
. vivo de forma natural
. ando, como sano y con horarios
. contemplo y me maravillo de la unidad subyacente en todo
La ilustración es de mi gran amigo el pintor Borja Echevarría, el que me impulsó a escribir mi primer libro y a quien estoy infinitamente agradecida. Siempre hay alguien que te empuja a dar "el saltito" cuando estás dudando a la hora de pasar a la otra orilla...
Gracias, Borja.
. mi proposito en la vida es "ser yo misma"
. la experiencia del mundo es mi mejor maestro
. cubro mis necesidades básicas
. vigilo los excesos y falsas necesidades
. medito a diario
. vivo de forma natural
. ando, como sano y con horarios
. contemplo y me maravillo de la unidad subyacente en todo
La ilustración es de mi gran amigo el pintor Borja Echevarría, el que me impulsó a escribir mi primer libro y a quien estoy infinitamente agradecida. Siempre hay alguien que te empuja a dar "el saltito" cuando estás dudando a la hora de pasar a la otra orilla...
Gracias, Borja.
viernes, 16 de septiembre de 2016
LIBRO DE JUEGOS
No está muy claro si el mundo infantil que refejó Kate Greenway era de su tiempo o se lo inventó consiguiendo que la realidad llegara a parecerse a su fantasía.
La popularidad de esta autora en su época (1846-1901) fue enorme y sus magníficas ilustraciones merecieron los elogios de los más famosos críticos de arte, como John Ruskin, por ejemplo. Tanto su prosa como su dibujo optaron por la línea clara y es un placer la combinación de ambos.
Y esos increíbles niños y niñas, que rara vez prescindían de sus sombreros o capotas, parecían flotar por prados y salones como personajes de Puvis de Chavannes (pintor del simbolismo francés).
Los Trompos, los Aros... y otros juegos son una delicia, pero a mí me encanta el de "Formación de Palabras": se da a todos los jugadores papel y lápiz. Entonces eligen una palabra larga, por ejemplo Mediterráneo, y cada jugador la escribe en su papel. Cuando lo han hecho, toman la letra M y tratan de hacer tantas palabras como puedan que empiecen por esa letra. Se les da dos minutos, y luego van leyendo las palabras que han formado. Si alguno tiene una en la que ninguno de los otros ha pensado, se apunta un tanto. Luego, se apunta la siguiente letra, e, y el juego sigue hasta que se acaba la palabra. El que tiene más puntos gana.
Otro de los juegos que me gustan es: "Quiero a mi Amor con A": uno de los jugadores dice: quiero a mi amor con a porque es amable; la odio con a porque es aborrecible; se llama Alicia; vive en América y le regalo un albaricoque.
El jugador siguiente dice: quiero a mi amor con B porque es bonita; la odio con b porque es boba; se llama Berta; vive en Birmingham y le regalo un brazalete.
El jugador siguiente empieza con la C; el siguiente con la D; y así sucesivamente hasta que se acaban las letras del alfabeto.
Éstos niños felices, queridos y cuidados idealizaban el sentido de la inocencia y ése era su principal atractivo.
Tengo un trato muy directo con los niños y cuando les muestro libros de esta autora se quedan ensimismados. No es verdad que las famosas maquinitas y la tecnología punta sofoquen sus auténticas inclinaciones. En todas las épocas y en el mundo entero hay un denominador común propio de la infancia: aprender jugando y jugar aprendiendo, pero de una forma fácil, tranquila y atractiva. No podemos permitir que su mayor tesoro, la imaginación y la fantasía, no se desarrollen al máximo pues les estaremos privando de una riqueza inconmensurable para su formación y su bienestar en el futuro.
Lo digo con frecuencia y no me canso de repetirlo: el mejor regalo que se puede hacer a los más pequeños son buenos libros ilustrados de gran calidad, pues no sólo se les estimula la lectura, sino la sensibilidad y el ir formando su propia biblioteca.
¿Quién no se emociona con los libros de su infancia en las manos?
La popularidad de esta autora en su época (1846-1901) fue enorme y sus magníficas ilustraciones merecieron los elogios de los más famosos críticos de arte, como John Ruskin, por ejemplo. Tanto su prosa como su dibujo optaron por la línea clara y es un placer la combinación de ambos.
Y esos increíbles niños y niñas, que rara vez prescindían de sus sombreros o capotas, parecían flotar por prados y salones como personajes de Puvis de Chavannes (pintor del simbolismo francés).
Los Trompos, los Aros... y otros juegos son una delicia, pero a mí me encanta el de "Formación de Palabras": se da a todos los jugadores papel y lápiz. Entonces eligen una palabra larga, por ejemplo Mediterráneo, y cada jugador la escribe en su papel. Cuando lo han hecho, toman la letra M y tratan de hacer tantas palabras como puedan que empiecen por esa letra. Se les da dos minutos, y luego van leyendo las palabras que han formado. Si alguno tiene una en la que ninguno de los otros ha pensado, se apunta un tanto. Luego, se apunta la siguiente letra, e, y el juego sigue hasta que se acaba la palabra. El que tiene más puntos gana.
Otro de los juegos que me gustan es: "Quiero a mi Amor con A": uno de los jugadores dice: quiero a mi amor con a porque es amable; la odio con a porque es aborrecible; se llama Alicia; vive en América y le regalo un albaricoque.
El jugador siguiente dice: quiero a mi amor con B porque es bonita; la odio con b porque es boba; se llama Berta; vive en Birmingham y le regalo un brazalete.
El jugador siguiente empieza con la C; el siguiente con la D; y así sucesivamente hasta que se acaban las letras del alfabeto.
Éstos niños felices, queridos y cuidados idealizaban el sentido de la inocencia y ése era su principal atractivo.
Tengo un trato muy directo con los niños y cuando les muestro libros de esta autora se quedan ensimismados. No es verdad que las famosas maquinitas y la tecnología punta sofoquen sus auténticas inclinaciones. En todas las épocas y en el mundo entero hay un denominador común propio de la infancia: aprender jugando y jugar aprendiendo, pero de una forma fácil, tranquila y atractiva. No podemos permitir que su mayor tesoro, la imaginación y la fantasía, no se desarrollen al máximo pues les estaremos privando de una riqueza inconmensurable para su formación y su bienestar en el futuro.
Lo digo con frecuencia y no me canso de repetirlo: el mejor regalo que se puede hacer a los más pequeños son buenos libros ilustrados de gran calidad, pues no sólo se les estimula la lectura, sino la sensibilidad y el ir formando su propia biblioteca.
¿Quién no se emociona con los libros de su infancia en las manos?
PALABRAS
"Como flores hermosas, con color, pero sin aroma, son las dulces palabras para el que no obra de acuerdo con ellas" (Buda).
Dada la importancia y el poder que la palabra tiene en nuestra vida cotidiana, recordemos algunas que nos proporcionan bienestar si las repetimos con frecuencia:
. Por favor: demuestra buena educación y favorece la conexión social, lo cual nos beneficia.
. Gracias: reconfortante (para quien las da y para quien las recibe) y provoca sonrisas.
. ¿En qué puedo ayudar?, ¿puedes ayudarme?: fomentar la generosidad eleva nuestra autoestima.
. No: evita estrés y ansiedad y nos ayuda a priorizar las cosas más importantes.
. Lo siento, perdón: disculpa sincera por algo que se es consciente de que no se ha hecho bien.
. Estoy agradecido: gratitud por las cosas (pequeñas y grandes) que la vida nos brinda.
. ¡Vamos!: es cuestión de atreverse, de no dejar para mañana lo que se puede hacer hoy.
. Bueno...: aceptar contrariedades, pequeñas frustraciones y reconvertirlas en algo positivo y útil.
. Tengo muchas cosas que hacer: es bueno que nos demos un respiro, no comprometernos con más de lo que podemos o con lo que no nos satisface.
. Respira: tomarse la vida con calma, de forma sosegada, sin precipitación (que nos empuja a cometer errores, a veces, irreparables).
No creo que sea bueno ni aconsejable el no cuidar nuestro día a día, la calidad e nuestros pensamientos, sentimientos, palabras y actos, pues de lo contrario se trastocará nuestra escala de valores y tendremos que malgastar tiempo precioso solucionando errores.
Sería bueno que viviéramos sin tanta prisa, quizá así evitaríamos grandes males individuales y sociales.
Hago esta pequeña reflexión ante la cantidad de enfermedades que están surgiendo en "la sociedad de bienestar" en la que se supone que vivimos. Mucho me temo que la mayoría de ellas se deben a la falta de calidad de vida real.
Dada la importancia y el poder que la palabra tiene en nuestra vida cotidiana, recordemos algunas que nos proporcionan bienestar si las repetimos con frecuencia:
. Por favor: demuestra buena educación y favorece la conexión social, lo cual nos beneficia.
. Gracias: reconfortante (para quien las da y para quien las recibe) y provoca sonrisas.
. ¿En qué puedo ayudar?, ¿puedes ayudarme?: fomentar la generosidad eleva nuestra autoestima.
. No: evita estrés y ansiedad y nos ayuda a priorizar las cosas más importantes.
. Lo siento, perdón: disculpa sincera por algo que se es consciente de que no se ha hecho bien.
. Estoy agradecido: gratitud por las cosas (pequeñas y grandes) que la vida nos brinda.
. ¡Vamos!: es cuestión de atreverse, de no dejar para mañana lo que se puede hacer hoy.
. Bueno...: aceptar contrariedades, pequeñas frustraciones y reconvertirlas en algo positivo y útil.
. Tengo muchas cosas que hacer: es bueno que nos demos un respiro, no comprometernos con más de lo que podemos o con lo que no nos satisface.
. Respira: tomarse la vida con calma, de forma sosegada, sin precipitación (que nos empuja a cometer errores, a veces, irreparables).
No creo que sea bueno ni aconsejable el no cuidar nuestro día a día, la calidad e nuestros pensamientos, sentimientos, palabras y actos, pues de lo contrario se trastocará nuestra escala de valores y tendremos que malgastar tiempo precioso solucionando errores.
Sería bueno que viviéramos sin tanta prisa, quizá así evitaríamos grandes males individuales y sociales.
Hago esta pequeña reflexión ante la cantidad de enfermedades que están surgiendo en "la sociedad de bienestar" en la que se supone que vivimos. Mucho me temo que la mayoría de ellas se deben a la falta de calidad de vida real.
domingo, 11 de septiembre de 2016
ARTESANÍA DE CALIDAD
¿Quién puede hacer algo tan delicado, primoroso, diminuto y perfecto? Ésto sólo es un detalle de una de las cunitas de la magnífica artesana Pilar Royo, perteneciente a la empresa familiar "Artesanos Felipe Royo".
Forman un buen equipo en el que cada miembro tiene una formación profesional diferente y está especializado en lo suyo; entre todos se complementan muy bien.
Ana, una de las hijas, montó un taller de miniaturas en casa y fue embarcando a los demás. Su madre, Pilar, se especializó en la lencería; Elena es pintora y hace la policromía; Antonio Felipe (el padre), los muebles; Fernando e Inma ayudan y, ocasionalmente, Julián. Son de Aragón y reinventan escenas de su tierra a escala 1:12 desde 1999.
El trabajo que realizan es totalmente creativo y artesanal. Los torneados de los muebles (de maderas nobles) se hacen a mano y se llevan a cabo después de una minuciosa investigación y de ver piezas antiguas, pues a los coleccionistas lo que más les sigue atrayendo es la época victoriana.
Todo está pintado con pincel y las pequeñas diferencias (aunque sea un mismo modelo) dan autenticidad, belleza y valor a cada una de sus piezas, son únicas.
Los abuelos regalaron a las niñas una casita de muñecas hecha por ellos mismos y esa fue la semilla de que Ana diera con la solución a la hora de conciliar lo laboral con lo familiar. Ninguna decisión en su vida ha podido ser más acertada.
Teniendo en cuenta que los utensilios y objetos son mínimos, Pilar tiene que ayudarse de una lupa (o dos) para poder ver lo que tiene entre manos (los botones, que le hace Elena, son de milímetro y medio, por ejemplo).
Su labor se hace individualmente, cada uno cuando mejor le viene y en sus lugares favoritos; a veces se reúnen todos, pero no es fácil. Una de las cosas mejores que tiene España es la lencería de niños y hogar; ningún otro país del mundo nos supera en gusto y exquisitez y nos admiran por ello.
Creo que esto sí que forma parte del proyecto de dar fuerza y calidad a la "Marca España". Se está retomando el buen hacer de las cosas hechas con las manos contando con todos los avances del siglo XXI y que son genuinamente nuestras. Valores como la familia, el hogar, los niños, las empresas familiares, el cumplir con la palabra dada, respetar los plazos de entrega, la exclusividad en el diseño... son lo más vanguardista a la hora de reinventarnos. Creo firmemente en ello y tengo grandes esperanzas en los nuevos empresarios que se atreven a ser realmente "modernos" respetando y mejorando la tradiición.
Forman un buen equipo en el que cada miembro tiene una formación profesional diferente y está especializado en lo suyo; entre todos se complementan muy bien.
Ana, una de las hijas, montó un taller de miniaturas en casa y fue embarcando a los demás. Su madre, Pilar, se especializó en la lencería; Elena es pintora y hace la policromía; Antonio Felipe (el padre), los muebles; Fernando e Inma ayudan y, ocasionalmente, Julián. Son de Aragón y reinventan escenas de su tierra a escala 1:12 desde 1999.
El trabajo que realizan es totalmente creativo y artesanal. Los torneados de los muebles (de maderas nobles) se hacen a mano y se llevan a cabo después de una minuciosa investigación y de ver piezas antiguas, pues a los coleccionistas lo que más les sigue atrayendo es la época victoriana.
Todo está pintado con pincel y las pequeñas diferencias (aunque sea un mismo modelo) dan autenticidad, belleza y valor a cada una de sus piezas, son únicas.
Los abuelos regalaron a las niñas una casita de muñecas hecha por ellos mismos y esa fue la semilla de que Ana diera con la solución a la hora de conciliar lo laboral con lo familiar. Ninguna decisión en su vida ha podido ser más acertada.
Teniendo en cuenta que los utensilios y objetos son mínimos, Pilar tiene que ayudarse de una lupa (o dos) para poder ver lo que tiene entre manos (los botones, que le hace Elena, son de milímetro y medio, por ejemplo).
Su labor se hace individualmente, cada uno cuando mejor le viene y en sus lugares favoritos; a veces se reúnen todos, pero no es fácil. Una de las cosas mejores que tiene España es la lencería de niños y hogar; ningún otro país del mundo nos supera en gusto y exquisitez y nos admiran por ello.
Creo que esto sí que forma parte del proyecto de dar fuerza y calidad a la "Marca España". Se está retomando el buen hacer de las cosas hechas con las manos contando con todos los avances del siglo XXI y que son genuinamente nuestras. Valores como la familia, el hogar, los niños, las empresas familiares, el cumplir con la palabra dada, respetar los plazos de entrega, la exclusividad en el diseño... son lo más vanguardista a la hora de reinventarnos. Creo firmemente en ello y tengo grandes esperanzas en los nuevos empresarios que se atreven a ser realmente "modernos" respetando y mejorando la tradiición.
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sábado, 10 de septiembre de 2016
LE MARAIS
Le Marais (la marisma) es el distrito cuarto de París y uno de los más antiguos, pues fue el barrio residencial de la nobleza antes de la Revolución Francesa (1789). En el centro, se halla la "Place des Vosges", de perfecta simetría y uno de los más hermosos reductos de la ciudad. Allí se encuentran el Museo Sully o la casa de Víctor Hugo, así como el Pabellón del Rey y sus cuatro fuentes. Tiene mezcla de lo antiguo con la funcionalidad de lo moderno en pleno centro de la ciudad.
El conjunto arquitectónico fue creado en 1605 por Enrique IV; está enmarcado por pabellones de ladrillo con tejados de pizarra. Son preciosos los jardines del palacio gótico-renacentista (de Sens) donde actualmente se encuentra la Biblioteca de Arte Forney.
Calles de adoquines serpentean la vertiginosa maraña de patios escondidos, provocativas galerías de arte y coloreadas panaderías. La cuidadosa estética del barrio, con ventanas pintadas y antiguas reliquias, no es fruto del azar, sino la consecuencia de la población judía que lo ha habitado durante mucho tiempo.
No en vano fue el primer lugar donde se instalaron los comerciantes y artesanos después de que la nobleza tuviera que huír de allí...
Los domingos, los parisinos van al Marais para retomar la vida lenta que añoran y poder paladear el dulce deambular. Se pueden tomar un buen desayuno, pasear por sus rincones, perderse en sus tiendecitas y disfrutar de una gran belleza. Es recordar París en todo su esplendor, y los franceses se caracterizan por conocer, profundizar y amar su Historia.
El barrio es bohemio, artístico, cosmopolita y, al mismo tiempo, un pequeño reducto de vida provinciana. La gente que vive allí se conoce y tienen sus charlas de vecindario (algo que lo convierte en un lugar humano y ameno).
Fue en los años 60 cuando se produjo su verdadera restauración y se llenó de museos, cafés, restaurantes, galerías de arte, cabarets... Allí está el Beaubourg (Centro Pompidou) de corte radicalmente moderno y vanguardista.
La Rue des Rosiers es una de las más antiguas de París y en ella la mezcla y los constrastes son muy interesantes.
En el Museo Carnavalet podemos contemplar toda la historia de la ciudad.
Las galerías de arte ocupan la mayor parte de los bajos junto a tiendas de ropa vintage.
Por muy sorprendente que parezca, todavía hay gente que lleva a arreglar su paraguas o sombrilla a uno de los mejores artesanos del tema.
La vida lenta, el andar parsimonioso, "la joie de vivre", la sensación de haber viajado en el tiempo... todas esas cosas son los ingredientes que dan como resultado un lugar que merece ser visitado y vivido.
El conjunto arquitectónico fue creado en 1605 por Enrique IV; está enmarcado por pabellones de ladrillo con tejados de pizarra. Son preciosos los jardines del palacio gótico-renacentista (de Sens) donde actualmente se encuentra la Biblioteca de Arte Forney.
Calles de adoquines serpentean la vertiginosa maraña de patios escondidos, provocativas galerías de arte y coloreadas panaderías. La cuidadosa estética del barrio, con ventanas pintadas y antiguas reliquias, no es fruto del azar, sino la consecuencia de la población judía que lo ha habitado durante mucho tiempo.
No en vano fue el primer lugar donde se instalaron los comerciantes y artesanos después de que la nobleza tuviera que huír de allí...
Los domingos, los parisinos van al Marais para retomar la vida lenta que añoran y poder paladear el dulce deambular. Se pueden tomar un buen desayuno, pasear por sus rincones, perderse en sus tiendecitas y disfrutar de una gran belleza. Es recordar París en todo su esplendor, y los franceses se caracterizan por conocer, profundizar y amar su Historia.
El barrio es bohemio, artístico, cosmopolita y, al mismo tiempo, un pequeño reducto de vida provinciana. La gente que vive allí se conoce y tienen sus charlas de vecindario (algo que lo convierte en un lugar humano y ameno).
Fue en los años 60 cuando se produjo su verdadera restauración y se llenó de museos, cafés, restaurantes, galerías de arte, cabarets... Allí está el Beaubourg (Centro Pompidou) de corte radicalmente moderno y vanguardista.
La Rue des Rosiers es una de las más antiguas de París y en ella la mezcla y los constrastes son muy interesantes.
En el Museo Carnavalet podemos contemplar toda la historia de la ciudad.
Las galerías de arte ocupan la mayor parte de los bajos junto a tiendas de ropa vintage.
Por muy sorprendente que parezca, todavía hay gente que lleva a arreglar su paraguas o sombrilla a uno de los mejores artesanos del tema.
La vida lenta, el andar parsimonioso, "la joie de vivre", la sensación de haber viajado en el tiempo... todas esas cosas son los ingredientes que dan como resultado un lugar que merece ser visitado y vivido.
viernes, 9 de septiembre de 2016
LAS MERCERÍAS
Como artesana, hay dos momentos mágicos cuando llevo a cabo una labor: el empezar, por la ilusión que me produce el poder realizarla y demostar que soy capaz de ello y el acabar, por la satisfacción de haber llegado a la meta y saber que con mis manos he creado algo bello y útil; es entonces cuando siento un enorme deseo de comenzar otra nueva...
La artesanía (artis-manus) es un término medio entre el diseño y el arte y la continuación de los oficios de tradicionales.
Para mí, ir a una buena mercería es como para un pintor encontrarse ante una paleta con una infinita gama de colores y los pinceles en la mano.
Cosas menudas, cajas con primorosos encajes, armarios de cajones infinitos llenos de hilos, botones, agujas, lazos, dedales, tijeras... provocan que mi imaginación se estimule al máximo. Además, la charla con la vendedora y otras artesanas crea un ambiente realmente delicioso. Aunque las cosas están cambiando un poco, sólo el 2% de sus clientes son hombres...
Según M. Stanley: "quien teje un jersey, inconscientemente siente que es capaz de vestir a los suyos", es, casi, como seguir un mandato genético.
En los siglos XVI y XVII, había gremios de artesanos que proveían a sus clientes de toda clase de accesorios para la confección de su indumentaria. En el XIX, ya vendían tejidos. Se formó "el Gremio de la Mercería" (comercio de cosas "menudas" y de poca entidad).
Aunque las damas más distinguidas hacían labores exquisitas, los tejedores, calceteros y tapiceros eran varones.
Con 130 años de historia, los "Encajeros de Bilbao" llegan a Madrid recuperando la esencia de la mítica tienda fundada en 1880. Nació como almacén de las tiendas más sofisticadas importadas de Irlanda, Londres, Suiza, Italia... y en 1920 ya era el proveedor de las casas más emblemáticas de la ciudad. Al haber escasez de modistas, se decidieron a realizar ellos mismos una cofección artesanal con los mejores tejidos y sus propios diseños (ropa de casa, lencería y ropa de niñas hasta los ocho años). Son dos bisnietas del fundador, la cuarta generación, las que han tomado las riendas y lo hacen muy bien...
En París hay una preciosa Mercerie (en le Marais), en un pequeño callejón muy recogido; es un lugar cálido y entrañable en el que el orden y la pulcritud favorecen la elección de las cosas que allí ofrecen. Recuerdo un regalo que me hicieron (un kit para bordar un mantelito de color lavanda con todos los hilos necesarios y sus dibujos trazados) que jamás olvidaré.
Era la primera vez que me atrevía a hacer algo así, pero me lo facilitaron tanto que me encantó aceptar el reto. Y es que yo no lo puedo remediar, cuando se me ofrece un producto de calidad, exclusivo, con estilo y la posibilidad de llevar a cabo un acabado perfecto, me lanzo de lleno.
Porque creo que son los pequeños detalles los que desarrollan el arte de vivir, el más importante...
La artesanía (artis-manus) es un término medio entre el diseño y el arte y la continuación de los oficios de tradicionales.
Para mí, ir a una buena mercería es como para un pintor encontrarse ante una paleta con una infinita gama de colores y los pinceles en la mano.
Cosas menudas, cajas con primorosos encajes, armarios de cajones infinitos llenos de hilos, botones, agujas, lazos, dedales, tijeras... provocan que mi imaginación se estimule al máximo. Además, la charla con la vendedora y otras artesanas crea un ambiente realmente delicioso. Aunque las cosas están cambiando un poco, sólo el 2% de sus clientes son hombres...
Según M. Stanley: "quien teje un jersey, inconscientemente siente que es capaz de vestir a los suyos", es, casi, como seguir un mandato genético.
En los siglos XVI y XVII, había gremios de artesanos que proveían a sus clientes de toda clase de accesorios para la confección de su indumentaria. En el XIX, ya vendían tejidos. Se formó "el Gremio de la Mercería" (comercio de cosas "menudas" y de poca entidad).
Aunque las damas más distinguidas hacían labores exquisitas, los tejedores, calceteros y tapiceros eran varones.
Con 130 años de historia, los "Encajeros de Bilbao" llegan a Madrid recuperando la esencia de la mítica tienda fundada en 1880. Nació como almacén de las tiendas más sofisticadas importadas de Irlanda, Londres, Suiza, Italia... y en 1920 ya era el proveedor de las casas más emblemáticas de la ciudad. Al haber escasez de modistas, se decidieron a realizar ellos mismos una cofección artesanal con los mejores tejidos y sus propios diseños (ropa de casa, lencería y ropa de niñas hasta los ocho años). Son dos bisnietas del fundador, la cuarta generación, las que han tomado las riendas y lo hacen muy bien...
En París hay una preciosa Mercerie (en le Marais), en un pequeño callejón muy recogido; es un lugar cálido y entrañable en el que el orden y la pulcritud favorecen la elección de las cosas que allí ofrecen. Recuerdo un regalo que me hicieron (un kit para bordar un mantelito de color lavanda con todos los hilos necesarios y sus dibujos trazados) que jamás olvidaré.
Era la primera vez que me atrevía a hacer algo así, pero me lo facilitaron tanto que me encantó aceptar el reto. Y es que yo no lo puedo remediar, cuando se me ofrece un producto de calidad, exclusivo, con estilo y la posibilidad de llevar a cabo un acabado perfecto, me lanzo de lleno.
Porque creo que son los pequeños detalles los que desarrollan el arte de vivir, el más importante...
martes, 6 de septiembre de 2016
LA PERLA DE LA CORONA
La Perla de la Corona es mi cuarto libro de la colección El Escorial: luz y arte. Trata de que, en la corte de Felipe IV, un retratista del rey, que también ocupaba cargos palatinos, contemplando junto a Rubens los frescos de la Real Biblioteca del Monasterio de El Escorial, reflexionó acerca de lo que en ellos se representaba y decidió dar un giro a su vida, comenzando un viaje que le llevaría del conocimiento humano al divino, pero para ello tendría que dominar las Artes Liberales. Lo consiguió, alcanzó su meta personal y profesional, y su obra maestra llegó a ser "la Teología de la Pintura".
En éste tomo me acerco al pintor, a su obra maestra y a la protagonista indiscutible de la misma. Es una obra magna considerada como la cumbre del arte universal y punto y aparte en la historia de la Pintura. Con ella, el autor demostró que la Pintura es un "Arte Liberal y Noble" y, por su dignidad e importancia, los pintores tenían que ser considerados como artistas y no como artesanos.
Es un placer para mí invitar a todos mis lectores el miércoles 14, a las 7 de la tarde, en la Casa de Cultura de San Lorenzo de El Escorial (Madrid).
En éste tomo me acerco al pintor, a su obra maestra y a la protagonista indiscutible de la misma. Es una obra magna considerada como la cumbre del arte universal y punto y aparte en la historia de la Pintura. Con ella, el autor demostró que la Pintura es un "Arte Liberal y Noble" y, por su dignidad e importancia, los pintores tenían que ser considerados como artistas y no como artesanos.
Es un placer para mí invitar a todos mis lectores el miércoles 14, a las 7 de la tarde, en la Casa de Cultura de San Lorenzo de El Escorial (Madrid).
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lunes, 5 de septiembre de 2016
CASA NICOLASA
Nicolasa Pradera fue cocinera y empresaria de pro. Su fama le llegó por su libro "La Cocina de Nicolasa", un best-seller gastronómico que, desde que se publicó en 1933, ha sido reeditado en infinidad de ocasiones, convirtiendo a esta vasca de Markina-Xemein (Bizkaia) en una especie de Simone Ortega.
Aprendió a cocinar muy joven como ayudante de cocina en casa de la familia Gaytán de Ayala, en el palacio de Patrokua; allí permaneció veinte años.
Ya en San Sebastián se casó con uno de los mejores carniceros y juntos abrieron un restaurante al que llamaron "Casa Nicolasa" en 1912.
Donosti vivía la Belle Époque, con sus casinos y teatros, a los que acudían todo tipo de personalidades internacionales de la alta sociedad.
A principios de los años veinte los baños de verano atraían a la realeza y aristrocracia que llevaban a sus cocineros (la mayoría europeos) a sus grandes casas. Pinches y aprendizas aldeanas aprendieron en sus fogones a mezclar lo popular con lo más refinado, y una de ellas fue Nicolasa. Ya con mucha experiencia, se vio capaz de ofrecer su forma de cocinar en el número 4 de la calle Adamar, frente al mercado de la Bretxa. Allí, su clientela fija (lo más granado de la sociedad) se deleitaba con sus sopas de pesacado o ajo, sus croquetas, sus alubias, sus kokotxas y su bacalao ("a la Nicolasa") así como con el consomé royal, foie-gras, lenguado a la normanda o solomillo rossini.
Entre la flor y nata de sus asiduos (ministros, Presidentes de Gobierno, el rey Alfonso XIII, Zuloaga, Pío Baroja...) se encontraba Gregorio Marañón, doctor y gourmet que prologó su libro después de tomar un delicioso "arroz con leche" y desgustar "leche frita".
Estuvo veinte años al frente de su negocio y en 1933 lo vendió para abrir uno nuevo, "Andía", en pleno Paseo de la Concha. Pero la Guerra del 36 rompió el buen ritmo (de la familia y el negocio) y se fueron a vivir a Madrid, donde impartió clases de cocina y no tardó en abrir el mítico "La Nicolasa".
Dio un giro a la cocina vasca tradicional y actualmente es admirada por muchos cocineros.
Marañón la describía en su prólogo como "sacerdotisa de la cocina vasca" y calificó su restaurante como "un verdadero templo culinario".
Siempre que voy a San Sebastián (algo que hago con frecuencia) paso por su casa (ahora convertida en Pensión Nicolasa), pues mantiene toda su esencia. Debajo, sigue la misma tienda de delicatessen de siempre (modernizada) donde poder reponer fuerzas.
Y es que, en el paisaje urbano que tanto me gusta contemplar, quedan impregnadas para la eternidad las personas que fueron creando, con su buen hacer, la personalidad de una ciudad, sus sellos de identidad, su clase y su "savoir faire" elegante y natural.
Esta foto (que saqué mientras paseaba) es mi pequeño recuerdo a esta gran mujer.
Aprendió a cocinar muy joven como ayudante de cocina en casa de la familia Gaytán de Ayala, en el palacio de Patrokua; allí permaneció veinte años.
Ya en San Sebastián se casó con uno de los mejores carniceros y juntos abrieron un restaurante al que llamaron "Casa Nicolasa" en 1912.
Donosti vivía la Belle Époque, con sus casinos y teatros, a los que acudían todo tipo de personalidades internacionales de la alta sociedad.
A principios de los años veinte los baños de verano atraían a la realeza y aristrocracia que llevaban a sus cocineros (la mayoría europeos) a sus grandes casas. Pinches y aprendizas aldeanas aprendieron en sus fogones a mezclar lo popular con lo más refinado, y una de ellas fue Nicolasa. Ya con mucha experiencia, se vio capaz de ofrecer su forma de cocinar en el número 4 de la calle Adamar, frente al mercado de la Bretxa. Allí, su clientela fija (lo más granado de la sociedad) se deleitaba con sus sopas de pesacado o ajo, sus croquetas, sus alubias, sus kokotxas y su bacalao ("a la Nicolasa") así como con el consomé royal, foie-gras, lenguado a la normanda o solomillo rossini.
Entre la flor y nata de sus asiduos (ministros, Presidentes de Gobierno, el rey Alfonso XIII, Zuloaga, Pío Baroja...) se encontraba Gregorio Marañón, doctor y gourmet que prologó su libro después de tomar un delicioso "arroz con leche" y desgustar "leche frita".
Estuvo veinte años al frente de su negocio y en 1933 lo vendió para abrir uno nuevo, "Andía", en pleno Paseo de la Concha. Pero la Guerra del 36 rompió el buen ritmo (de la familia y el negocio) y se fueron a vivir a Madrid, donde impartió clases de cocina y no tardó en abrir el mítico "La Nicolasa".
Dio un giro a la cocina vasca tradicional y actualmente es admirada por muchos cocineros.
Marañón la describía en su prólogo como "sacerdotisa de la cocina vasca" y calificó su restaurante como "un verdadero templo culinario".
Siempre que voy a San Sebastián (algo que hago con frecuencia) paso por su casa (ahora convertida en Pensión Nicolasa), pues mantiene toda su esencia. Debajo, sigue la misma tienda de delicatessen de siempre (modernizada) donde poder reponer fuerzas.
Y es que, en el paisaje urbano que tanto me gusta contemplar, quedan impregnadas para la eternidad las personas que fueron creando, con su buen hacer, la personalidad de una ciudad, sus sellos de identidad, su clase y su "savoir faire" elegante y natural.
Esta foto (que saqué mientras paseaba) es mi pequeño recuerdo a esta gran mujer.
sábado, 3 de septiembre de 2016
¿LEER EL QUIJOTE? (II)
"El azul crepuscular había inundado todo el paisaje. Las voces de los pájaros yacían dormidas en sus menudas gargantas. Al alejarme de las aguas que corrían, entré en una zona de absoluto silencio y mi corazón salió entonces del fondo de las cosas, como un actor se adelanta en el fondo de la escena para decir las últimas palabras dramáticas. Paf... paf... comenzó el rítmico martilleo y por él se filtró en mi ánimo una emoción telúrica. En lo alto, un lucero latía al mismo compás, como si fuera un corazón sideral, hermano gemelo del mío, y como el mío, lleno de asombro y de ternura por lo maravilloso que es el mundo".
Previamente a esta Meditación Preliminar de sus Meditaciones del Quijote (1914) había escrito unas palabras al lector: "Mi salida natural hacia el universo se abre por los puertos de Guadarrama o el Campo de Ontígola. Este sector de realidad circunstante forma la otra mitad de mi persona: sólo a través de él puedo integrarme y ser plenamente yo mismo.
"Yo soy yo y mi circunstancia" y si no la salvo a ella, no me salvo yo. Benefac loco illi quo natus est (haz bien a aquel lugar en que has nacido)".
El último párrafo (1), y más en concreto la última frase sobre "yo soy yo y mi circunstancia" son mal entendidos, a pesar de que se citan permanentemente se recogen aquí bajo tres tipos de letras diferentes para que el lector observe diferenciadamente también el triple mensaje. De estas cosas hablan Las Meditaciones del Quijote de Ortega y Gasset, con un enclave tan escurialense y tan universal. Quizá la belleza y profundidad de estas palabras sean un buen estímulo para leer el Quijote y trabajar por salvar el lugar donde nos abrimos al universo en este año de centenarios.
(1) puede verse el párrafo completo en una placa colgada en una pared de la calle Floridablanca, de San Lorenzo de El Escorial, donde escribía Ortega.
José Sierra Pérez
¿LEER EL QUIJOTE? (I)
Cuando José Ortega y Gasset estaba en la treintena y era Catedrático de Metafísica escribió su primer libro: "Meditaciones del Quijote". Mi gran amigo José Sierra López ha destacado su Meditación Preliminar en la que Ortega dice: "El Monasterio de San Lorenzo de El Escorial se levanta sobre un collado. La ladera meridional de este collado desciende bajo la cobertura de un boscaje, que es a un tiempo robledo y fresneda. El sitio se llama "La Herrería". La cárdena mole ejemplar del edificio modifica, según la estación, su carácter merced a este mano de espersura tendido a sus plantas, que es en invierno cobrizo, áureo en otoño y de un verde oscuro en estío. La primavera pasa por aquí rauda, instantánea y excesiva, como una imagen erótica por el alma de un cenobiarca. Los árboles se cubren rápidamente con frondas opulentas de un verde claro y nuevo; el suelo desaparece bajo un color esmeralda que, a su vez, se viste un día con el amarillo de las margaritas, otro con el morado de los cantuesos.
Hay lugares de excelente silencio, el cual nunca es silencio absoluto. Cuando callan por completo las cosas en torno, el vacío de rumor que dejan exige ser ocupado por algo, y entonces oímos el martilleo de nuestro corazón, los latigazos de la sangre de nuestras sienes, el hervor del aire que invade nuestros pulmones y que luego huye afanoso. Todo esto es inquietante, porque tiene una significación demasiado concreta. Cada latido de nuestro corazón parece que va a ser el último. El nuevo latido salvador que llega parece siempre una casualidad y no garantiza el subsecuente. Por esto es preferible un silencio donde suenen sones puramente decorativos de referencias inconcretas. Así, en este lugar hay aguas claras corrientes que van rumoreando a lo largo, y hay dentro de lo verde avecillas que cantan, verderones, jilgueros, oropéndolas y algún sublime ruiseñor.
Una de estas tardes de la fugar primavera, salieron a mi encuentro en "La Herrería" estos pensamientos".
Aquí termina la primera parte del apunte de José Sierra y la segunda irá en el siguiente post.
Hay lugares de excelente silencio, el cual nunca es silencio absoluto. Cuando callan por completo las cosas en torno, el vacío de rumor que dejan exige ser ocupado por algo, y entonces oímos el martilleo de nuestro corazón, los latigazos de la sangre de nuestras sienes, el hervor del aire que invade nuestros pulmones y que luego huye afanoso. Todo esto es inquietante, porque tiene una significación demasiado concreta. Cada latido de nuestro corazón parece que va a ser el último. El nuevo latido salvador que llega parece siempre una casualidad y no garantiza el subsecuente. Por esto es preferible un silencio donde suenen sones puramente decorativos de referencias inconcretas. Así, en este lugar hay aguas claras corrientes que van rumoreando a lo largo, y hay dentro de lo verde avecillas que cantan, verderones, jilgueros, oropéndolas y algún sublime ruiseñor.
Una de estas tardes de la fugar primavera, salieron a mi encuentro en "La Herrería" estos pensamientos".
Aquí termina la primera parte del apunte de José Sierra y la segunda irá en el siguiente post.
SAN ANTONIO Y EL BOSCO
Este cuadro es de El Bosco y su protagonista es San Antonio (siglos III y IV de nuestra era), pionero de la vida eremita (éremos: solitario). Dejó el mundo para buscar a Dios y servía al mundo al nivel de sus necesidades más profundas. A partir de él se desarrolló el monaquismo. En los siglos X y XI surgieron muchas vocaciones en Europa (hombres y mujeres) y después de la 2ª Guerra Mundial hubo gran anhelo de soledad.
La carencia o falta de estimulación de los sentidos produce alucinaciones y éstas tienen que ver con formas de animales (como ocurre en los delirios de base orgánica como el delirium tremens). San Anotonio y el cerdito es una imagen que habla de la relación entre el místico y sus alucinaciones de animales y entidades infrahumanas y que ha quedado eternizada por el Bosco.
El santo es acuciado por alucinaciones tenebrosas y amenazadoras que representan el lado oscuro del mal y de ahí su carácter de tentación (sexo, poder, riqueza... los anzuelos de Lucifer para engañar al héroe e impedirle que cumpla con su ideal de perfección). El mal es necesario y existe para ser superado por el bien.
Los eremitas se especializaron en una enfermedad llamada "el fuego de San Antonio" que aparecía por la ingestión de cereales contaminados por un hongo llamado cornezuelo de centeno; provocaba un cuadro mortal que empezaba con alucinaciones y episodios psicóticos así como una vasoconstricción generalizada que terminaba con necrosis periféricas, úlceras y toda clase de lesiones, hasta el fallecimiento.
Aislarse y no consumir el hongo fue el origen de la peregrinación para alejarse de los cereales contaminados.
En los desplazamientos, los eremitas asistían a los peregrinos, como ayuda complementaria, atendiéndoles cuando alucinaban y dando sentido a aquellas visiones en clave de salvación ("curar a otro es posible si el que cura, a su vez, ha logrado curarse de la dualidad").
El mal ha de ser asumido pues es necesario para alcanzar un bien común de nivel más elevado: "es preciso que el placer tenga sus penas y el dolor sus placeres". El bien y el mal mantienen relaciones como opuestos complementarios y es necesaria la oscilación entre los dos.
Es fácil negar o blanquear el mal, pero eso es la causa de una sociedad en la que lo deseable, lo ideal y sus simulacros la han dejado en un estado de inmunosupresión donde el mal siempre está en el otro.
El santo, el héroe, se enfrenta a su sombra, a su parte oculta y a sus visiones (atemorizantes y aterradoras) y de esa forma no es un adorador teórico del bien.
Cuando alguien es capaz de integrar la maldad intrínseca y se enfrenta a ella cara a cara, se transforma, crece, evoluciona.
Y eso es precisamente lo que, según mi opinión, nos transmite este magnífico pintor en pleno siglo XXI: nos hace reflexionar y recordar que todos tenemos nuestras luces y nuestras sombras, somos ángeles y demonios, pero eso no nos debe asustar, sino que nos debe llevar a doblegar al dragón en el momento que aparezca (venga de donde venga) para lo que tenemos que estar despiertos, alerta.
"Yo, vuestro hermano mayor, os doy aquello que la experiencia me ha enseñado" (apotegma o breve ocurrencia de San Antonio).
La carencia o falta de estimulación de los sentidos produce alucinaciones y éstas tienen que ver con formas de animales (como ocurre en los delirios de base orgánica como el delirium tremens). San Anotonio y el cerdito es una imagen que habla de la relación entre el místico y sus alucinaciones de animales y entidades infrahumanas y que ha quedado eternizada por el Bosco.
El santo es acuciado por alucinaciones tenebrosas y amenazadoras que representan el lado oscuro del mal y de ahí su carácter de tentación (sexo, poder, riqueza... los anzuelos de Lucifer para engañar al héroe e impedirle que cumpla con su ideal de perfección). El mal es necesario y existe para ser superado por el bien.
Los eremitas se especializaron en una enfermedad llamada "el fuego de San Antonio" que aparecía por la ingestión de cereales contaminados por un hongo llamado cornezuelo de centeno; provocaba un cuadro mortal que empezaba con alucinaciones y episodios psicóticos así como una vasoconstricción generalizada que terminaba con necrosis periféricas, úlceras y toda clase de lesiones, hasta el fallecimiento.
Aislarse y no consumir el hongo fue el origen de la peregrinación para alejarse de los cereales contaminados.
En los desplazamientos, los eremitas asistían a los peregrinos, como ayuda complementaria, atendiéndoles cuando alucinaban y dando sentido a aquellas visiones en clave de salvación ("curar a otro es posible si el que cura, a su vez, ha logrado curarse de la dualidad").
El mal ha de ser asumido pues es necesario para alcanzar un bien común de nivel más elevado: "es preciso que el placer tenga sus penas y el dolor sus placeres". El bien y el mal mantienen relaciones como opuestos complementarios y es necesaria la oscilación entre los dos.
Es fácil negar o blanquear el mal, pero eso es la causa de una sociedad en la que lo deseable, lo ideal y sus simulacros la han dejado en un estado de inmunosupresión donde el mal siempre está en el otro.
El santo, el héroe, se enfrenta a su sombra, a su parte oculta y a sus visiones (atemorizantes y aterradoras) y de esa forma no es un adorador teórico del bien.
Cuando alguien es capaz de integrar la maldad intrínseca y se enfrenta a ella cara a cara, se transforma, crece, evoluciona.
Y eso es precisamente lo que, según mi opinión, nos transmite este magnífico pintor en pleno siglo XXI: nos hace reflexionar y recordar que todos tenemos nuestras luces y nuestras sombras, somos ángeles y demonios, pero eso no nos debe asustar, sino que nos debe llevar a doblegar al dragón en el momento que aparezca (venga de donde venga) para lo que tenemos que estar despiertos, alerta.
"Yo, vuestro hermano mayor, os doy aquello que la experiencia me ha enseñado" (apotegma o breve ocurrencia de San Antonio).
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