domingo, 29 de enero de 2017

MONK´S HOUSE

Con sus verdes colinas, el condado de Sussex oriental es una de las zonas más bellas del sur de Inglaterra. En 1929, Virginia Woolf y su marido eligieron una casa, a las afueras de Rodmell, para descansar de su ajetreada vida en Londres y poder escribir y recibir a sus amigos con tranquilidad. Ya en 1940, se instalaron en ella definitivamente al mismo tiempo que huían de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial.
Allí fue dónde Virginia escribió la famosa frase (una de las bases del feminismo) que decía: "Todo lo que necesita una mujer, para ser independiente, es una habitación propia y algo de dinero".
La escritora no sólo luchó por la liberación de la mujer, sino por la implantación en su país de ideas que le hicieran evolucionar y que mejorasen la calidad de vida de los barrios más desfavorecidos (donde ella impartía clases y conferencias gratuitas para sensibilizar, educar y ayudar).
Pusieron a la casa el nombre de "Monk´s House" (la casa del monje) y, actualmente, se mantiene como si Virginia y sus amigos se acabasen de marchar a dar un largo paseo... Todo está impregnado de ellos. Pequeños objetos nos permiten rastrear su vida cotidiana, mínimos retazos de existencia que, habiendo podido ser plena, terminó de forma trágica.
Acudían con frecuencia a "Charleston House" (distrito de Lewes), centro de reunión del grupo de Bloomsbury.
Excelente en lo literario y en el plano social, se casó con un buen hombre que supo entender sus desquilibrios y que junto a ella vivió sus éxitos de ventas y las feroces críticas. A pesar de todo, Virginia decidió acabar con su vida tirándose a un río cercano...  Pero a todos nos ha dejado una lección muy clara: "El infierno y el Paraíso están dentro de cada uno". En contraposición, otro de sus amigos filósofos dijo: "Fuí feliz porque fuí capaz de llevar una vida plena".

Todo empezó cuando su hermana mayor, Vanessa, a la muerte de su padre (1904) decidió dejar la casa familiar cercana a Hyde Park Gate para trasladarse al barrio bohemio de Bloomsbury, lo que supuso un cambio de vida radical. En lugar del papel pintado estilo Morris, con sus elaborados y complicados diseños, decoraron sus muros con pintura blanca e hicieron muchas reformas para poder pintar, escribir, tomar café (en lugar de té) a las nueve de la noche y hacer reuniones. Todo era nuevo, pero pronto las discusiones de los hombres aburrieron a "Nessa" y empezó a recibir los viernes sólo a artistas.
Los miembros del grupo eran pacifistas y algunos objetores de conciencia, pero en Gran Bretaña quien se negaba a participar en la Guerra debía contribuir haciendo trabajos en otros campos, por eso, en 1916, Nessa, su compañero Duncan Grant y el amante de éste último (David Garnett) se exiliaron al campo y alquilaron una granja en Charleston (Sussex). Lo convirtieron en un refugio cuyos muros, puertas, ventanas, bordes de las chimeneas, utensilios de la casa... todo, lo decoraron con vivos y elegres colores, en realidad la casa parecía un cuadro. Por eso, cuando la propietaria la recobró en 1970, no tuvo más alternativa que ofrecérsela al Estado para que la convirtiese en un museo.

Debido a todo ello, "Charleston House" está abierta al público y también allí se puede respirar el espíritu de aquellos "chic-anticonvencionales", llenos de ingenio, transgresores hipersensibles que no soportaban el convencionalismo austero de la era victoriana, que no entendían el colonialismo, que defendían la libertad sexual y que crearon entre todos ellos unos lazos de amistad y de amor un poco complicados y muy bien relatados en el "Diario" de Virginia Woolf.
Una de las mejores formas de acercarnos a las personas, que nos han dejado su legado escrito, es a través de su vida cotidiana, y "eso" los ingleses lo bordan...

domingo, 22 de enero de 2017

PEMBROKE LODGE

Pembroke Lodge es una mansión georgiana que se halla en el interior de Richmond Park y que, en la actualidad, cuenta con un restaurante de cocina británcia y terrazas desde las que se puede contemplar el valle del Támesis. La forma más fácil de acceder a ella es por Richmond Gate, una de las cinco puertas del parque.
Fue  construída a mediados del siglo XVIII y pertenecía al conde de Pembroke, amigo del rey Jorge III. Amplió el "cottage" inicial y encabezó una larga lista de aristócratas ingleses que han ido disfrutando de la casa a través de los siglos. La reina Victoria se la concedió a Lord John Russell a mediados del siglo XIX y sirvió de cuartel general de un Regimiento durante la Segunda Guerra Mundial. A partir de ahí pasó a manos privadas, convirtiéndose primero en un museo y más tarde (como ahora) en un lugar especial para llevar a cabo eventos sociales. Su entrada está rodeada de maravillosos jardines llenos de color y el edificio discreto, en tonos blancos, tiene dos plantas y maravillosas vistas (a lo lejos se puede ver Saint Paul o el Castillo de Windsor).

Mientras nos tomamos un té por la mañana, en una de sus terrazas, podemos disfrutar de la belleza de esta reserva natural nacional que es el parque de Richmond, lleno de senderos, zonas verdes y una fauna muy variada cuyos protagonistas indiscutibles son sus permanentes moradores, los ciervos.

Richmond es una zona suburbana situada al sur oeste de la capital, pero muy popular y transitada. Es el único distrito (borough) asomado a las orillas del Támesis (Richmond upon Thames), el más verde, regio e histórico de todos y muy bien comunicado con el centro de la ciudad, a unos 20 minutos (en Metro, con la Distric Line; en cercanías, desde Waterloo o en barco desde Westminster).

Todo comenzó con un palacio del siglo XV que fue rehabilitado en el siglo XVI y que era conocido como Richmond Palace. El pueblo fue creciendo en torno al castillo y al río y siempre contó con una zona verde de grandes dimensiones destinada a la caza (el actual Richmond Park). Está configurado como un espacio residencial, con una calle principal (a modo de High Street) y sus edificios más relevantes son la Biblioteca Municipal y el Teatro. Es una delicia callejear por sus calles estrechas y peatronales y llegar hasta Heron Square, una placita en la que nos sábados está el mercado de los granjeros y el domingo el de los artesanos.

Antes de acceder al parque, nos encontramos con Richmond Bridge (el puente de Richmond), el más antiguo de Londres (1777), que cruza el Támesis a su paso por esta localidad; en el área del embarcadero nos encontramos la mayor autenticidad del pueblo. En ambas orillas del río (Richmond Riverside), podemos pasear o ir en bici y descubrir lugares en los que hacer un alto en el camino y tomar algo; en "White Cross" podemos probar el típico "sausage and mash" (salchicha con puré de patata espeso). Más adelante nos encontramos con talleres de artesanos que muestran su forma de trabajar y venden sus productos mientras conversan con los visitantes.
Nos dejamos muchas cosas interesantes para otros paseos, pues es preferible ver, sentir, saborear, descubrir... con cierta calma para que las vivencias se nos queden realmente grabadas, para que la experiencia sea realmente gratificante...




domingo, 15 de enero de 2017

PRIMROSE HILL

Entramos en Regent´s Park por la puerta de Saint Andrew´s y seguimos un sendero rodeado de flores mientras admiramos grandes espacios abiertos sobre cuyo verde exhuberante se derrama el sol. Dejamos a la derecha el Zoo y salimos del parque por Monkey´s Gate mientras contemplamos un enorme aviario junto al canal que rodea al parque. Empezamos a subir "Primrose Hill", una colina baja (78 metros de altura) desde cuya cima hay una fantástica vista de la ciudad. En el mirador, una inscripción que dice: "I have conversed with the spiritual sun. I saw him in Primrose Hill"  (He conversado con el sol espiritual. Lo he visto en Primrose Hill).

El autor de la frase es William Blake (1757-1827), grabador, pintor y poeta, arquetipo del artista integral, quien a pesar de ser considerado como uno de los iconos culturales del mundo de habla inglesa, sólo tuvo un relativo éxito al comienzo de su carrera. Su concepto del arte era revolucionario y atacó las convenciones neoclásicas con planteamientos que no se supeditaban a los dogmatismos sociales, políticos, religiosos o académicos. "El artista debe crear su propio sistema de creencias desde la imaginación" (se contraponía al racionalismo científico, como el de Newton). Afrontaba los debates morales y sociales como librepensador y creó un mundo mítico cargado de simbolismo en el que las fuerzas del bien y del mal estaban en permanente combate. Desarrolló la pintura al temple con la que podía expresar mejor la mitología celta y clásica y fue recuperado por los Prerrafaelitas y Simbolistas.

 Hasta el siglo XIX, no era más que un área de lana donde pastaban las ovejas y estaba llena de árboles, en la que los monarcas ingleses cazaban. Su nombre se debe a que florecían muchas "primroses" (prímulas) desde el siglo XVI (algo que no ocurre en la actualidad). En 1864, se plantó en la ladera de la colina un roble al que pusieron de nombre "Shakespeare´s tree", para celebrar el 300 aniversario de su nacimiento.

Bajamos la colina y nos vamos encontrando con casas donde viven y vivieron escritores famosos, como Engles (filósofo marxista) o la poetisa Sylvia Plath, cuya casa estaba en "Chalot Square", una plaza cuadrada, recoleta, con casas cuyas fachadas están pintadas en diferentes colores y en su centro hay un jardín privado (en el ambiente, una mezcla perfecta de viveza y paz que sobrecoge).

Más abajo, en Fitzroy Road, se abre un pasadizo que conduce a un pequeño patio rodeado de estudios (Primrose Studios), rincón muy acogedor y privilegiado elegido por los famosos para vivir, donde se puede tomar algo en un pub cercano llamado The Princess of Wales, mientras contemplamos una forma de vida completamente ajena al bullicio y el ajetreo de la ciudad y en el que podríamos recordar una frase de William Blake: "Aquel que se aferra a una alegría destruye la vida alada, pero el que besa la vida según vuela vive el amanecer de la Eternidad" o también se puede traducir como "Quien a sí encadenase una alegría, malogrará la vida alada. Pero quien la alegría besa en su aleteo vive en el alba de la Eternidad"


viernes, 13 de enero de 2017

WATCHING THE ENGLISH

El carácter nacional de los ingleses está impregnado tanto por la superpoblación de la isla (65 millones) como por estar expuesta a todas horas a un clima desapacible y cambiante.
Kate Fox, en su libro "Watching the English", se pregunta por qué los británicos son "tan suyos"; ¿los escoces o galeses son más europeos? ¡en absoluto!
Sólo el 15 % del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte se sienten europeos y el 64 %  estrictamente británicos. Siempre se han considerado "otra cosa" y la grieta se ha ido ensanchando en los últimos años.
A Europa la ven como vecina y ellos, como vecinos, mantienen distancias. Sólo uno de cada cinco ingleses conoce por su nombre a los vecinos y tres de cada cinco no se presentan a nadie cuando cambian de barrio.
"Eludir la intrusión y la imposición" es parte del carácter inglés.

¿Los ingleses son humanos? El humor es uno de los tres reflejos básicos, junto a la moderación y la hipocresía, con el que combaten su "enfermedad social congénita", que se trata de una combinación de autismo y agorafobia, un malestar y una incompetencia en las situaciones sociales, una vergüenza y una rareza, una escasez emocional y falta de habilidad (destreza) general para tener una relación directa y franca con otros seres humanos.
¿Contrapunto?: valores (juego limpio, cortesía, modestia) y actitudes (emprismo, pesimismo y conciencia de clase). Ellos intentan ser corteses (jamás antipáticos), pero han perfeccionado la cortesía negativa, pues juzgan a los demás desde su óptica, piensan que todo el mundo comparte su deseo patológico de privacidad, van a lo suyo y, cortésmente, ignoran a los demás.
"Vive y deja vivir" es la versión británcia de la tolerancia (tanto en el ámbito privado como en el internacional). Por eso les cuesta comprender la necesidad imperiosa que tenemos los latinos de estar con los nuestros, de ser espontáneos, gritones, poco corteses y un poco arrogantes...
Quizá sean esas marcadas diferencias las que nos hagan tan atractivo el intercambio cultural; no somos opuestos, somos complementarios y eso es muy bueno a la hora de relacionarnos.
La visión de la autora es muy subjetiva y habría mucho que matizar, pero como lectura "urgente y simpatica" no está mal. Todo a favor de la mixtura entre los pueblos...

SAMUEL RICHARDSON

Samuel Richardson (1689-1761) carecía de formación académica convencional, pues sólo fue a la escuela. Sin embargo era un gran aficionado a la lectura y a la narración y se ganó la simpatía de los jóvenes de su barrio a quienes leía novelas morales, les narraba cuentos o les escribía sus cartas de amor... Y fue así como se inició en el estilo epistolar, germen de sus futuras novelas con las que alcanzó un enorme éxito debido a que nadie como él logró escudriñar el alma femenina penetrando en ella con delicadeza y estilo.

Joven, reservado y pacífico, contó con un mentor de alto rango que le protegió y ayudó en su formación autodidacta. Supo explotar adecuadamente su carácter afable y se ganó a pulso la reputación de caballero ponderado. Dominó el negocio de las imprentas y llegó a tener una vida desahogada; compró varias casas de campo en las que reunía a jóvenes admiradoras y a un selecto círculo de escritores, pintores, actores, políticos... Publicaba algunas cosas de forma anónima y redactaba los prólogos de los libros que imprimía. Su vida, junto a su esposa e hijas, era plácida y feliz.

Cuando tenía 50 años, unos editores, que conocían y apreciaban su talento espistolar, le pidieron (en 1739) que escribiera cartas, sobre materias prácticas de la vida ordinaria, que sirviesen de modelo a los "country readers", lectores de escasa cultura como para escribir con precisión y eficacia.
En el volumen publicado, "Familiar letters on important occasions", intentaba inculcar la virtud y la benevolencia.
Fue entonces cuando se le ocurrió su novela epistolar "Pamela", publicada en 1740 con un éxito inmediato y que se tuvo que reimprimir cinco veces en menos de un año. Para evitar que otros se adelantaran a escribir una segunda parte, en 1741 publicó otros dos volúmenes.
Su argumento se trataba de que, al fallecer una dama noble, Pamela Andrews, una doncella que estaba en la casa, se quedaba al cargo de su hijo, un joven lord que la intentaba seducir. La joven virtuosa, mediante sus modales delicados y su determinación de ser casta, rechazaba los lances amorosos.
Cuando Samuel comenzó a escribir la novela, la concibió como un tratado de buena conducta femenina, pero las críticas feroces que surgieron presentaban un problema: ¿ella rechazaba a su amo hasta que lograba "reformarlo" y lo convertía en un posible marido ideal o la protagonista era una fabuladora, intrigante y seductora que quería doblegar al pobre noble para ascender socialmente? Samuel respondió con artículos periodísticos y llevó a cabo varias reediciones en las que iba corrigiendo los puntos más débiles de su exposición. Sus jóvenes admiradoras le ayudaban acerca de los errores y virtudes de Pamela.

En la segunda parte del libro, se burlaba de sus lectores, pues una vez casada el léxico de Pamela (vocabulario y giros idiomáticos) cambiaba y lo convertía en un discurso articulado propio de la aristocracia.
En esta novela se planteaban dos cuestiones que atormentaban a la sociedad de la época: el acoso no estaba mál visto si no se accedía al amor de forma ilícita (por la fuerza) y la paciencia y resignación femeninas frente al hombre impulsivo.
Me encanta el realismo costumbrista de este autor y el que, aunque sus textos se enmarquen dentro de los límites de la moral puritana de la época, aporten penetrantes análisis psicológicos de sus personajes. Su influencia fue clara en Goethe y Rousseau.



miércoles, 4 de enero de 2017

PULGARCITA

Michel Serres (Agen 1930) es un pensador europeo del siglo XXI que ha escrito ensayos sobre la historia de la filosofía y de la ciencia. A sus 87 años tiene el coraje de afirmar que "la humanidad progresa adecuadamente" ya que vive en paz y en progreso; a pesar de las evidentes, numerosas y sangrantes excepciones y facturas por pagar, Uganda, Bostwana, Kenia o Etiopía tienen más esperanza y calidad de vida que hace 25 años, aunque siguen masacradas por las injusticias.

La investigación ya sabe cómo combatir enfermedades infecciosas que antes parecían fatales, aunque sigue muriendo gente.
No hay guerras salvajes/globales en el mundo a pesar de la carnicería de Siria o los atentados yihadistas. Pese al paisaje funesto, progresamos adecuadamente ¿o es que alguien lo puede debatir? Un reciente sondeo de Gallup revelaba que el 87% de Trump cree que el mundo va peor desde los últimos 50 años... (?)
Lo mismo que hubo tres maneras de entredegollarse (militar, religiosa y económica) lo que él llama "la edad dulce" se declina en tres maneras que tratan sobre la vida y el espíritu: médica, pacífica y digital.
El mundo ha cambiado tanto que los jóvenes tienen que reinventar la rueda. Para Michel Serres nace un nuevo ser humano que él bautiza como "Pulgarcita", sobre todo por su capacidad para enviar mensajes con el pulgar. Las sociedades occidentales han experimentado dos revoluciones: la transición de lo oral a lo escrito y el paso de escribir en una pizarra a escribir en libros (imprenta); ahora vivimos "la tercera revolución": la transición a las nuevas tecnologías. No hay progreso o desastre, ya sea bueno o malo, ésta es la realidad y hay que lidiar con ella.
La generación Pulgarcita tendrá que reinventar una nueva forma de vivir juntos, Instituciones y formas de ser y conocer.
Profesor de la Universidad de Stanford, Conferenciante de la Sorbona y miembro de la Academia Francesa, escribió en su momento "Temps des crises" (ampliamente aclamado por la prensa).

Me ha parecido muy oportuno empezar el Año hablando de uno de los pocos filósofos contemporáneos que, desde su juventud, afirma que es imprescindible la unión entre la ciencia y la cultura, que hay que superar la división entre "ciencias y letras" y lograr una síntesis superior: el humanismo del momento actual.
Su optimismo combativo es muy necesario para no dejarnos llevar por un catastrofismo paralizante...

lunes, 2 de enero de 2017

BONITA TRADICIÓN

En algunos países existe la tradición de que, el primer día del "Año Nuevo", los niños se levantan muy pronto y salen a la calle para llamar a las puertas de sus vecinos: cuando éstos abren la puerta, les formulan sus deseos y bendiciones, para que todo el año sea favorable a los habitantes de esa morada.

En la mano, llevan una pequeña rama de "cornejo" que, a veces, se adorna con cintas; con esa rama, los niños tocan a todas las personas de la casa mientras pronuncian buenos deseos. Como los niños son puros e inocentes, se piensa que sólo pueden aportar cosas buenas y así el Año Nuevo comienza bajo el sigo de la pureza y las bendiciones.

Esta "bonita tradición" es muy respetada y no hace falta que se lleve a cabo exteriormente, pues también en nuestro interior, cuando estamos estrenando el nuevo año, podemos pensar en que la primera visita que vamos a recibir y a acoger sea la de "la luz" para que todo nuestro año sea iluminado.
¡¡Feliz Año Nuevo 2017 a todos mis lectores!!