viernes, 15 de enero de 2016

EL SECRETO DE LA AUTOESTIMA


Para aprender en la vida hay que sacar conclusiones positivas de nuestro sufrimiento. Existe ahora mismo una dictadura "psicoestética" que nos afecta a todos, fundamentalmente a las mujeres y que nos obliga a tener unos parámetros de belleza inalcanzables. No creo que los regímenes feroces ni el quirófano sean el mejor remedio, sino que hay que emprender el camino de la aceptación, es decir, de aceptarnos como somos y no como alguien (no se sabe quién) dice-exige que deberíamos ser...

Si no te sientes querida o querible crees que no tienes valores y te autodevalúas, por eso es mejor desarrollar un buen autoconcepto: lo que yo pienso de mí es lo que voy a transmitir a los demás y, desde luego, me interesa más que me consideren inteligente y simpática que alta, rubia, esquelética y con los ojos azules, pero insustancial...

Por otra parte, la bondad de un ser adulto es fuente de gratificación y autoafirmación, pero, paradójicamente esa congruencia interna puede llevar consigo una desventaja social en los tiempos que corren. ¿Por qué? Pues porque lo que prima es el éxito competitivo y ahí la ética brilla por su ausencia.

El buenismo no se puede confundir con la bondad. Lo mejor es que tu forma de actuar pueda ser un referente para el comportamiento universal, siendo flexible en lo intranscendente y firme en lo fundamental. Será la única forma de no caer en la nuerosis social que vivimos.

La comunicación empática consiste en entender al otro desde su punto de vista y comprender que nadie es superior pues todos somos personas y dignos de respeto y aceptación incondicional. Cuando aceptamos a alguien desde nuestro yo adulto, el que tiene la autoestima baja se libera de sus mecanismos de defensa y así se establece entre ambos una relación realmente constructiva.

¿Cómo puedo mejorar? : rectificando actuaciones, superando dificultades, complejos y carencias. Si yo "me pongo en valor" los demás me valorarán con toda seguridad. 

"El secreto de la autoestima" es un libro de Antoni Bolinches, uno de los introductores de la psicología humanista en España.

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