jueves, 14 de junio de 2018

RECORDANDO A JANE

En el año 2013, se celebró el bicentenario de la publicación de la novela de Jane Austen "Orgullo y Prejuicio". En su corta vida, la famosa escritora inglesa residió en varias ciudades al sur de Inglaterra. Ella había nacido en Steventon pero Bath, Chawton y Winchester la vieron crecer, escribir y fallecer...
En Bath, sólo vivió de 1801 a 1805, sin embargo, esta ciudad del condado de Somerset tuvo una gran infuencia en ella.

En Bath, los edificios color miel se elevan entre las colinas. Su centro histórico es fácil de recorrer y fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1987. Sus termas romanas, halladas en 1775, son uno de los vestigios más importantes de la antigua Britania romana. El complejo termal fue erigido en los siglos I y V en la antigua colonia romana de Aquae Sulis, alrededor de una fuente natural de la que el agua mana a 46º. Al lado, el "Pump Room" es un clásico salón de té del siglo XVIII que se conserva en perfecto estado.

A la abadía del siglo XV y al elegante Royal Theatre se llega por calles llenas de establecimientos donde se degustan las especialidades locales (desde quesos y cervezas elaborados de forma artesanal hasta deliciosos "bunns" (bollitos) que se sirven en acogedores saloncitos de té, como el de Sally Lunn´s, que fue inaugurado en un edificio del siglo XV y era frecuentado por Jane. La céntrica y comercial Milsom Street conduce a Jane Austen Centre, que ocupa una de las casas en las que vivió la escritora y muestra sus objetos personales. En él se desarrollan diferentes actividades (talleres, conferencias, lecturas, bailes de época...).

Después de fallecer su padre se fue primero a Southampton y en 1809 se trasladó a Chawton (a unos 129 kms). Allí se instaló en un cottage sencillo con un pequeño jardín que hoy es un museo. En esa casita alcanzó su madurez literaria escribiendo sus obras más conocidas (Orgullo y Prejuicio; Sentido y Sensibilidad; Mansfield Park; Emma y Persuasión).
Enferma de tuberculosis fue trasladada a un sanatorio de Winchester, donde falleció a los 41 años. Fue enterrada en la catedral del siglo XI bajo una losa de piedra.

Conozco todos esos lugares, he estado en ellos y he tenido la impresión de que era recibida por una gran amiga. Su estilo impregna todas las casas en las que vivió y el entorno está igual que cuando ella escribía. Son espacios tranquilos y sosegados que le servían de inspiración, pero no dejaba de ser una sutil observadora de la realidad de su época y de hacer una crítica llena de fina ironía de las cosas que no la acababan de convencer... Jamás habría imaginado que las mujeres del siglo XXI la sigamos leyendo con tanto placer.

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