En esta preciosa miniatura (París 1771) se encuentran las palabras de Cicerón sobre la amistad, algo que, según Aristóteles es lo más necesario para la vida. Es una verdadera joya literaria de la Antigüedad en la que el autor se dirige al hombre de todas las épocas; una obra corta, pero extraordinaria, que nos dice que antepongamos la amistad a todas las cosas humanas.
¿Qué cosa más dulce que tener con quien te atrevas a hablar de todo igualmente que contigo?, ¿cómo disfrutarías tanto en las prosperidades si no tuvieras quien de ellas se alegrase igual que tú mismo? También comunicando las adversidades al amigo se hacen éstas más llevaderas.
Nunca se debe pretender de un amigo algo que no sea recto ni tampoco concederlo. Hay que servir y dar consejos al amigo y éste debe tener costumbres, placeres y voluntades parecidas a las nuestras. Entre las amistades, debemos elegir a las firmes, estables y constantes.
Primero hay que ser bueno, algo que se cultiva desde la infancia, y luego pretender la bondad del amigo. La amistad no debe ser compañera de vicios, sino auxiliadora de virtudes. El que "amonesta" que lo haga sinceramente, con libertad pero sin aspereza y el otro lo debe recibir con paciencia, no con disgusto. La falsa educación y la lisonja son propios de hombres falaces.
La amistad no se deriva ni proviene de la necesidad o utilidad, sino de la naturaleza. La virtud es la que concilia las amistades y las conserva y cuando se descubre su "luz" y se ve y se reconoce en otro, se recibe el resplandor que el otro posee, con lo cual se enciende el amor y la amistad, pues una y otra palabra son derivadas de amar: "tener dilección por aquel a quien ames sin buscar utilidad; la cual, sin embargo, florece de la amistad aunque tú no la hayas buscado".
"Veri amici non prava exempla, sed bona concilia dant" (Los buenos amigos no dan mal ejemplo, sino buenos consejos).
"Quae potest esse vita iucunditas, sublatis amicitiis?" (¿Qué hay de agradable en la vida si no hay amistades?).
"In amicitia nihil fictumest, nihil simultatum" (En la amistad, nada hay ficticio, nada simulado).
"Verus amicus est tamquam alter idem" (El verdadero amigo es como otro yo).
Una vez más Cicerón expresa lo más profundo del sentimiento humano y lo hace con tal sencillez, claridad y belleza que no se puede añadir nada más. Me doy cuenta de lo afortunada que soy contando con tantos y buenos amigos y a todos y cada uno de ellos les dedico esta pequeña reflexión...
Lo dicho,hija!!....que no tiene desperdicio!!!💟
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