miércoles, 11 de octubre de 2017

LA CORTESÍA

La vida, por breve que sea, nos deja siempre tiempo para la cortesía, o como dijo Emerson: "Life is not so short but that there is always time for courtesy".
Huye de la gente que te dice: "yo no tengo tiempo para gastarlo en etiquetas". Su trato te rebajaría. Esa gente está más cerca de la animalidad que las otras. ¡Qué digo! La animalidad se ofendería... El perro jamás te dejará entrar en tu casa sin hacerse fiestas con ese movimiento de cola "tan honrado", como decía Shopenhauer. El gato, mimoso y elástico, va junto a tí en cuanto te ve y el pájaro al oír la inflexión de tu voz conocida, cantará.

Dante, en "La Vida Nueva", llamaba a Dios Señor de la Cortesía.
La cortesía es el más exquisito perfume de la vida, y tiene tal nobleza y generosidad que todos la podemos dar; hasta a aquellos que nada poseen en el mundo, el Señor de la Cortesía les concede el gracioso privilegio de otorgarla.
El hombre feliz que no tenía camisa, sí tuvo cortesía para recibir a los emisarios del Sultán enfermo.
¿En qué abismo de pobreza, de desnudez, no puede caber la amable divinidad de una sonrisa, de una palabra suave, de un apretón de manos?
La caridad - opulenta o humilde - lleva siempre el ropaje de la cortesía, y la santidad más alta no podemos ni imaginárnosla sino infinitamente cortés.

Amado Nervo (fragmento de su libro "Plenitud").

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