Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, a pesar del tiempo, del lugar, a pesar de las circunstancias. El hilo puede tensarse o enredarse, pero nunca podrá romperse.
Esta preciosa leyenda china ha inspirado a la artista Beili Liu para expresarla de forma plástica haciendo uso de miles de bobinas de hilo rojo hechas a mano y colgadas desde el techo, creando así la metáfora visual de dicha leyenda.
De esta forma, cada bobina está perforada en el centro por una aguja de coser para que queden suspendidas a escasos centímetros del suelo. Los discos de un mismo hilo están conectados formando pareja.
Todas ellas, suspendidas en el espacio y a merced de las sutiles corrientes de aire, se balancean sigilosamente haciendo que los discos giren a la vez que van soltando lentamente parte del hilo hasta que lleguen al suelo y allí algunas se enreden.
Beili Liu, nacida en China y radicada en EEUU, refleja en su trabajo su propia experiencia migrante y la de miles de asiático-americanos. Sus instalaciones se valen de objetos cotidianos a los que la artista da un nuevo significado mediante complejas narraciones y performances que ella misma encarna. Los materiales que utiliza son transformados de modo artesanal, después de muchas horas de dedicación, casi como una ofrenda.
Lo que más me atrae de su arte es que sea tan simple en materiales, pero tan rico en metáforas. Es un claro ejemplo de algo que deberíamos tener siempre presente: "con poco se puede hacer mucho".
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