William Morris |
Antiguamente, en sus pastos, pacían cientos de ovejas, pero aquél negocio dejó de ser rentable a finales del siglo XVII y la comarca, con el tiempo, se transformó en el "país de los artesanos". Fue entonces cuando Morris y sus amigos "prerrafaelitas" impulsaron la recuperación de los edificios medievales y se instalaron en Bibury y sus alrededores dando alas a una forma de hacer y de vivir que aún perdura. Varias décadas después llegaría el turismo y florecería una próspera industria local que apuesta por la fabricación de productos artesanales y el cultivo de alimentos orgánicos, como los que vende Carlos de Inglaterra en su castillo de Tetbury.
A mediados del siglo XIX, al comienzo del reinado de la reina Victoria, la pintura estaba estancada en las convenciones académicas y la creatividad se encontraba en un callejón sin salida. Tres estudiantes de la Royal Academy (Hunt, Millais y Rossetti) reaccionaron y fundaron la Cofradía Prerrafaelista. Querían crear una nueva pintura refiriéndose al arte medieval (el anterior a Rafael, libre, auténtico) y siguieron los preceptos del teórico victoriano Ruskin.
La Cofradía se disolvió en seguida, pero sus ideas siguieron nutriendo la vanguardia inglesa durante unos 50 años. La segunda generación, dominada por E. Burne-Jones y William Morris, aplicó sus principios a la decoración, al mobiliario y a la ilustración de libros.
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