Me llamo Amparo Ruiz Palazuelos y estoy encantada de recibir en mi recién estrenado blog a todos los que quieran visitarlo. Haré todo lo posible para que os sintáis cómodos en él y que los diferentes temas que os vaya presentando os interesen y diviertan. Vuestras opiniones y comentarios me ayudarán a pulirlo y depurarlo y seguro que, entre todos, lograremos hacer algo que merezca la pena...
La luz representa la inteligencia, la agudeza, la capacidad de discernimiento y cuando penetramos con ella la materia la convertimos en arte: ese es el significado de su nombre.
La idea se le ocurrió a un tío de mi padre, el tío Fernando Ruiz Luciarte. Aplicó la creatividad y el ingenio hasta en su propio apellido y lo convirtío en Luzyarte, concepto que explicaba mucho mejor sus múltiples quehaceres. Yo soy también bastante interdisciplinar y me cuadra divinamente dentro de las cosas que voy haciendo, pero he dado el paso evolutivo y lo he separado: Luz y Arte.
Os presento a la tía Marta, su mujer, una aristócrata noruega, mundana, cosmopolita y muy cultivada que estaba totalmente enamorada de él. Juntos hacían un buen equipo, pues ella tenía mucho más sentido de la realidad y de lo práctico que él... Tenían una casa en San Sebastián, cerca de Ondarreta, a la que nos encantaba ir pues parecía que nos trasladábamos a otra dimensión...
El "autopédal" era un pequeño cochecito con pedales y motor que se inventó el tío Fernando para poder ir por las ciudades sin problemas de tráfico.
Una cosa que repetía con mucha frecuencia y que se ma ha grabado para siempre era: "si quieres algo que no encuentras, hazteló tú mismo".
Viajaban tanto que nunca terminaban de contar cosas fantásticas de todo el mundo. Conocían a las personas más extravagantes y divertidas que nadie se puede imaginar y yo no me cansaba de escucharles y de verles.

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