Creo que la magia más poderosa es la del negro sobre el blanco: la lectura y la escritura.
La creación literaria fue el primer territorio en el que se permitió a la mujer codearse con el hombre y, hoy en día, hay más lectoras que lectores. Pienso que las mujeres leemos más y de forma diferente porque buscamos en los libros respuestas esenciales para nuestra vida.
Tuvo que pasar mucho tiempo antes de que las mujeres fueran libres de leer lo que quisieran, tanto para su educación como para su placer. Con la lectura, cambiaron la estrechez del mundo doméstico por el espacio ilimitado del pensamiento, la imaginación y el saber...
La mujer lectora es "peligrosa" en el sentido de que se cultiva, confía en su inteligencia y vive su vida cotidiana con cierta pasión. Se hace más vital y confiada y va rompiendo con la tendencia a la seguridad, a la comodidad, al control y al "no cambio". Porque ser lectora es una forma de estar en la vida que le ayuda a ser más arriesgada y más honesta consigo misma y con los demás. A medida que evoluciona, le importa menos lo que piensen los demás y sigue los dictados de su inteligencia y de su corazón. Se siente más segura y orgullosa de ser quién es y se hace más tolerante con todo(s). Vive en sintonía con la Existencia.
La lectura nos lleva a la reflexión, de la que estamos tan escasos. Todos necesitamos una actividad creativo-humanística, salir mentalmente del engranaje en el que estamos metidos y alcanzar una interacción social, una interrelación. Necesitamos una actividad menos matemática, menos tecnológica y mucho más intelectual. Ahora no se enseña a pensar, a "los poderes fácticos" no les interesa porque "los ciudadanos que piensan ponen en grave riesgo al Poder".
Vivimos en dos mundos distintos pero simultáneos e implicados: el mundo de las cosas y el mundo de las palabras. Las palabras forman el lenguaje y, a medida que le vamos dominando, comprendemos más y mejor todo lo que nos rodea.
Los gusstos y las aficiones están más unidos a lo afectivo que a lo racional y la mejor manera de llevar a alguien al mundo de la lectura es "el amor".
Se habla mucho del desencantamiento del mundo y creo que "encantarlo" de nuevo, a través de la magia de la lectura, puede ser un proyecto muy atractivo para todos. La tarea es grande y el resultado no está asegurado, pero debemos ser optimistas, no desalentarnos e intentarlo con todo nuestro empeño y pasión. No olvidemos que se trata de un acto de amor...
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