martes, 1 de septiembre de 2015

LA JOVEN DE LA PERLA

El título original de este retrato del holandés Johannes Vermeer (1632-1675) era "Un retrato al estilo turco", luego se llamó "Joven con turbante" y también "Cabeza de joven", pero en 1995 un catálogo lo denominó "Joven de la perla" y así continúa.

Vermeer no era un profesional de la pintura, sino que se dedicaba a llevar el hostal heredado de su padre y a ser marchante de arte. Se casó con una joven católica de familia acomodada que le dio once hijos, por lo que su economía no era en absoluto holgada. Pintaba por el placer de pintar, sobre todo escenas de la vida cotidiana, con pinceladas densas y pastosas y con una iluminación que realzaba el efecto de intimidad rodeando a la escena de cierto halo de misterio. Pasó su vida en Delft (su ciudad natal) y perteneció al gremio de pintores, dirigiéndolo en dos ocasiones. Pintó "Vista de Delft", que llegó a considerarse el mejor paisaje pintado de su época. En su tiempo no fue famoso, aunque ahora se le considera la gran figura del XVII después de Rembrandt.


 Se llamaba "tronte" (rostro) a un género propio del barroco flamenco holandés que servía para que el pintor mostrara su habilidad. La identidad del personaje era lo de menos, lo que contaba era el objeto. Las modelos pudientes posaban llenas de joyas para subrayar su status y las perlas sí eran auténticas.

Sin embargo, la "perla" (de La Joven de la Perla) no era tal sino más bien una lámina de plata pulida o cristal veneciano cubierto con barníz. Una perla natural no suele tener ese tamaño y las capas deberían ser perladas (en el cuadro las zonas oscuras producen un efecto de espejo).

El cuadro (pintado en 1665) fue comprado en una subasta (1881) por dos florines debido a su pésimo estado. Fue la restauración llevada a cabo en 1994 la que realzó el fondo oscuro y los colores vivos del turbante y la gema, convirtiéndolo en el mejor reclamo de la sala del museo de La Haya, el Mauritshuis, en la que se halla habitualmente expuesto.

Pero, como suele ocurrir, fue una novela la que le catapultó a la fama: "La Joven de la Perla", escrita por la estadounidense Tracy Chevalier en 1999. Finalmente, en el 2003 Peter Webber la llevó al cine y, entre todos, el pendiente se convirtió en un auténtico icono.
Pero a mí, lo que me queda del cuadro es "ella y su mirada"...

1 comentario:

  1. Uno de mis libros preferidos. Me quedo con su mirada también. Y con las sábanas blancas tendidas al sol, con el mimo con que limpiaba el estudio y las mezclas de colores...Ana

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