jueves, 8 de febrero de 2024

COHERENCIA CARDÍACA

 

Nada como este pastel, pintado por la impresionista Mary Cassatt en 1880 y titulado "Madre e hijo", para ilustrar el tema de la coherencia cardíaca. Ese estado de paz que transmiten los protagonistas, esa clara sensación de estar a gusto cada uno con su papel, con el otro y con el ambiente que les rodea, es la mejor manifestación de que tanto la madre como el niño se hallan en perfecta armonía interna y externa.

Las diferentes ondas que sus corazones generan están sincronizadas, pues al seguir una determinada frecuencia, forma y amplitud, generan un patrón repetitivo, ordenado y predecible. Y es en esa alternancia armoniosa donde se produce la coherencia cardíaca.

La coherencia influye en el ritmo psicológico, ya que la respiración y la tensión arterial se sincronizan con el ritmo del corazón, igual que lo hacen el sistema endocrino y el nervioso (coherencia cruzada); cuando los principales sistemas del organismo están sincronizados y armonizados, éste se halla en un estado de coherencia psicofisiológica.

¿Por qué es beneficiosa esta coherencia? Porque aumenta la capacidad de atención y concentración, baja la producción de cortisol (generador de estrés y fatiga), pone fin al caos fisiológico y facilita la autorregulación emocional, debido a que el sistema parasimpático genera neurotransmisores que favorecen un estado de calma y sosiego.

Cuando la fisiología está en un estado de equilibrio óptimo, la mente se expande y la resiliencia crece; la calidad del sueño aumenta; el sistema inmunológico se fortalece con la aparición de inmunoglobulinas (defensas contra agentes infecciosos) y se segrega la llamada hormona de la juventud (DHEA), aumentando así el bienestar y la calidad de vida. 

¿Hay algo más natural y maravilloso que ver a un niño en los brazos amorosos de alguien que le profesa cariño, cuidado y potección de forma generosa e incondicional? Su pureza, su ternura y su vulnerabilidad provocan, en quienes lo van a mantener en su regazo, procurar estar en las mejores condiciones para que la experiencia se viva desde la profundidad y con la honesta intención de ofrecer lo mejor de sí mismos.

No podemos olvidar jamás que, desde el primer momento de la crianza de un bebé, el amor debe estar en todo lo que hacemos y en su entorno y que, para que éste sea lo más puro posible, debemos cuidar nuestros pensamientos, sentimientos, palabras y actos. Creo que es otro de los mejores regalos que le podemos brindar: nuestra propia coherencia cardíaca para facilitar y favorecer la suya.

 


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