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jueves, 6 de octubre de 2016

KNIT KIT

Me planteo, ahora que todavía estamos programando los "quehaceres" de nuestros niños, si no sería bueno organizarnos el tiempo para poderles brindar más presencia y disponibilidad y nutrirles emocionalmente. Estar en casa con ellos es algo que les encanta y hay que ir preparando, para la salida del cole, la merienda y el rato de juegos y de labores. ¿Por qué no enseñarles a hacer punto con dos agujas?

Está demostrado que el pensamiento equilibrado y el buen juicio de un adulto depende más de si de niño se le enseñó a usar sus manos y dedos de forma correcta que el aprender más tarde el pensamiento lógico.
Al hacer punto o al coser se establece una conexión entre la movilidad de los dedos y los pensamientos flexibles que favorece crear nuevas ideas.
Mantener las agujas en ambas manos, asignando a cada una de ellas su respectiva actividad, hace que se establezca de inmediato la lateralidad y el control del ojo sobre la mano, logrando desde el primer momento controlar la voluntad.
La mano derecha debe introducir una aguja en el lazo del hilo que está en la aguja izquierda logrando en el proceso atar un nudo. Sólo un constante control de la mano puede lograr tal hazaña, por lo que el poder de atención y concentración se desarrolla enormemente.
Se ha demostrado que entre los 7 y 8 años no hay ninguna otra actividad que logre evocar tal poder de atención.

Mediante el uso de varios colores y de diferentes cantidades de filas, se le fomenta, a través del tejido, la atención de los números y la creatividad para que puedan realizar sus propios diseños.
El componente lúdico debe ir acompañado de que también sea práctico (una bufanda para mamá).
El simple acto de tejer les hace pensar de forma calmada y ordenada y les va capacitando (sin darse cuenta) para resolver problemas numéricos y de su vida cotidiana.

Las últimas investigaciones neurológicas afirman que la movilidad y destreza en la "motricidad fina", sobre todo en la mano, puede estimular el desarrollo celular del cerebro y reforzar la base física de pensar. El aprender a tejer antes que a leer, a escribir o a manipular números ha demostrado ser de una gran eficacia, pues la capacidad de programar un acto motor muestra una estrecha relación con la lectura (ya sea de palabras o números).


Ha llegado la hora en la que, de verdad, nos atrevamos a ser modernos, a estar en la vanguardia y a seguir las pautas de los países más evolucionados que están comprendiendo lo necesitados que están nuestros niños de cariño y atención. La falta de "concentración" es un grave problema que hay que atajar ¡ya!
Creo que sería un buen regalo un "knit kit" como muestra de cariño...

sábado, 13 de septiembre de 2014

LA PALABRA

"Una palabra vale más que mil imagenes", esta es la conclusión en la que me voy a centrar hoy. No me gustan nada las rutinas impulsivo-compulsivas que nos alejan de la verdadera lectura. Ir de pantalla en pantalla con fugaces referencias o flashes que nos cuesta identificar es como surfear por la red pero con la imposibilidad de centrarnos en nada concreto.

La lectura como experiencia es muy beneficiosa para el ser humano que desarrolla sus cualidades y habilidades pues nos exige atención y concentración, ambas cosas imprescindibles para entender y aprender. Insistiendo en la palabra y en la comprensión de la misma, hacemos trabajar la mente y que funcione la memoria.

El libro de papel es un instrumento que aisla y jerarquiza los elementos de la realidad, es como una especie de mapa intelectual a las puertas de esa ciudad sin murallas que es internet pues el superávit de imágenes que la red nos proporciona nos acabará aislando en un vertiginoso holograma en el que nos resultará imposible concentrarnos y discenir.

Reivindico aquí y ahora el prestigio de la palabra escrita y los valores del papel pues "lo digital iguala lo desigual y el libro especifica lo diverso".

Imágenes aceleradas, relampagueantes, no pueden competir jamás con  la palabra escrita. Aquéllas van contra el orden, simplifican demasiado y proporcionan un exceso de datos que nada tiene que ver con el auténtico y genuino conocimiento pues "conocer no es almacenar datos sino saber interpretarlos, ubicarlos, valorarlos; penetrar en las realidades, superar la apariencia". 

Para terminar, sólo decir que estoy convencida de la palabra es indispensable para la reserva genética de nuestra cultura.
 

martes, 24 de junio de 2014

HACER PUNTO

Os he hablado de la región de la lana y de los artesanos que basan su filosofía en el arte de hacer las cosas bien, para explicaros un poco una de mis aficciones: hacer punto con dos agujas. No recuerdo cuándo empecé, pero desde luego debía de ser muy pequeña; lo veía en casa y para mi fue tan natural como aprender a leer o a escribir. Mi madre era primorosa y exquisita y hacía verdaderas obras de arte con todo lo que llegaba a sus delicadas manos. Era como si no lo tocara, como si lo acariciara, como si la produjera una mezcla de ternura y respeto... pero todo lo que hacía era una preciosidad. Con ese ejemplo, no es raro que yo haya intentado desarrollar esas cualidades y, además, no interrumpir el eslabón evolutivo. Ella me dejó un gran legado que yo he conservado y enseño para que no se pierda esta bella y práctica tradición.

Me gusta mucho el término que se ha puesto de moda últimamente: "lanaterapia". Es compeltamente cierto que si se hace punto por placer y con una actitud relajada, los beneficios para la salud son tan buenos como practicar un deporte con asiduidad, es decir, que la lana puede mejorar tu calidad de vida porque:
1. disminuye tu ansiedad y estrés
2. te ayuda a relajarte y a ponerte de buen humor
3. desarrollas la capacidad de concentración y ejercitas tu destreza
4. mejorando tu técnica, aumentas tu autoestima
5. combates la depresión
6. te ayuda a superar problemas de motricidad
7. estimula tu imaginación y creatividad
8. fortalece los lazos sociales si lo practicas en grupo

 Además, la lana tiene un tacto suave que nos proporciona una constante sensación de placidez. Tejer es una actividad agradable por la calidez y flexibilidad del tejido que vamos manipulando. Lo mismo que disfruto uniendo palabras lo hago tejiendo puntos con las agujas y la lana, es otra de las formas para poder desmoldar lo que llevo dentro...