martes, 28 de febrero de 2017

BIARRITZ

Si hay un lugar en el mundo que me gusta ese es Biarritz. No sólo porque esté en situado en un enclave privilegiado y tenga un clima muy agradable, sino por la cantidad de historias que allí se han desarrollado.
Sorolla nos dejó recuerdos inolvidables con su deliciosa forma de interpretar lo que percibía a través no sólo de la mirada sino de todos sus sentidos (la brisa del mar, el olor del salitre, las risas de los niños, las olas rompiendo en las rocas...).
Pero, indudablemente, su esplendor se lo debe a una mujer que siempre me ha fascinado: "Eugenia de Montijo".

Llegó al pequeño pueblo de pescadores, con su familia, cuando tenía nueve años y sus paisajes se grabaron en ella para siempre. En 1854, poco después de ser la emperatriz de Francia, convenció a su ilustre marido (Napoleón III) de hacer de Biarritz un lugar especial. La pareja imperial se instaló allí durante dos meses y compró un gran terreno para construir una residencia: "Villa Eugenia". Durante doce años pasaron allí los veranos y tuvieron la ocasión de recorrer el País Vasco. Muchos pueblecitos y lugares guardan todavía el recuerdo de su visita, pues la princesa era natural, abierta y muy simpática (conquistó el corazón de los habitantes de la región).

Ellos fueron los que pusieron en valor "Cambo-les-bains", con sus aguas termales y sus paseos relajantes en los días calurosos junto a las aguas del río Nive. Aventurera y exploradora, emprendió el ascenso a la montaña más famosa, "La Rhune", y pudo degustar por el camino un sabroso pique-nique vasco (deliciosas lonchas de xingarra (jamón), tortilla de pimientos dulces y el pastel vasco perfumado con almendras). Llegaron a la cima y pudieron contemplar una vista espectacular. Se dice que, para recordar el "endiablado fandango" que bailó con el hijo del alcalde de Bidassoa, erigieron un obelisco coronado por un águila.

Son los tres "coup de coeur" que más me gusta recordar de ella, pues creo que definen mejor su personalidad y carácter que la frívola y un poco cursi imagen que siempre se nos intenta ofrecer. Fue una mujer con una vida difícil, pero que supo mantener su temple y coraje hasta el final. Murió con 90 años y recién operada de cataratas, con la ilusión de que había podido volver a leer unas líneas del Quijote, en uno de los márgenes dejó escrito: "¡Viva España!"

martes, 21 de febrero de 2017

MUÑECOS REBORN

Llegan a mi vida los muñecos "reborn" (renacidos) a través de una amiga con la que comparto el maravilloso mundo de "lo pequeño".
Son hiperrealistas, parecen niños de verdad y están hechos de vinilo y silicona, por lo que el tacto no puede ser más agradable.
La idea surgió en Alemania (el país más juguetero del mundo) cuando, a raíz de la Segunda Guerra Mundial, ante la escasez de medios, las madres rehacían y redecoraban las muñecas de sus hijas para que parecieran nuevas.

Una vez más fue una española, la porcelanista Joyce Moreno, la que realizó en primer reborn, modificando una muñeca Berjusa (marca de Onil, Alicante) en los años 60; desarrolló asombrosamente su propia técnica hasta que logró dar con los pigmentos y materiales más adecuados. Pero fue en Estados Unidos donde se produjo el boom, en los años 90. En Europa todavía falta mucho recorrido para que estos muñecos encajen con la misma naturalidad con la que los aceptan los americanos.

 Se les ve con frecuencia en el cine, la televisión, las redes sociales, las ferias de muñecos... y cada vez existe más demanda. No sólo son aptos para los niños, sino también para los adultos. Las matronas, por ejemplo, los utilizan para sus prácticas en cuanto a clases de parto y cuidados del recién nacido. Son muy beneficiosos para personas que no se sienten cómodas con otras personas o los autistas, pues les motivan en su plano emocional. A los ancianos o afectados por el Alzheimer les crean un vínculo de responsabilidad, les desarrollan la afectividad, la memoria, la movilidad...
Como terapia son muy útiles, siempre que no se pierda la perspectiva de que no son seres vivos sino sólo muñecos.
Jamás podrán sustituir a un hijo que no se ha tenido o se ha perdido, pero sí son muy beneficiosos en una etapa psicológica concreta, con un objetivo preciso, usándolos de forma temporal hasta que se supere la experiencia afectiva traumática; no hay que dejar que vayan más allá de "reparar una herida psicológica".
Compartir el hobby de estos muñecos con otras personas puede fortalecer los vínculos emocionales reales.

Todo los instrumentos de los que nos podamos servir para alcanzar el bienestar holístico al que todos aspiramos son buenos en tanto en cuanto no perdamos el norte. El mundo de los muñecos y lo que les envuelve entra en el universo sentimental de la persona y desarrolla su ternura, su sensibilidad, su emotividad y afectividad y son un magnífico objeto para canalizarlos. Pero no nos pasemos al otro extremo y hagamos un "wishful thinking", pues entonces lo convertiríamos en algo nocivo. ¿Jugar? ¡Sí!, pero siendo plenamente conscientes de que estamos jugando... (que no es poco).


sábado, 18 de febrero de 2017

MI MOMENTO

Sentada en los bordes de la fuente enmascarada

de aguas tranquilas y remansadas,

entre los muros vegetales, protejo mi momento.

Oyendo voces en algarabía,

paseantes sedientos de belleza.

Las nubes grisáceas en el cielo

cubiertas de otras nubes más grises todavía.

Encuentro de mi encuentro deseado

buscando como el pez busca alimento.

Pajarillos que incansables vuelan.

Aquí en este ahora soy y de este modo siento.

Esther de Andrés

domingo, 12 de febrero de 2017

LONDRES

Saber leer y escribir bien equivale a comprender y expresarse con claridad, precioso fruto del aprendizaje (cada vez más excepcional).
La mejora de nuestra capacidad de entender y explicar el mundo que nos rodea no es grande, pues hay un problema social o global (más que educacional): con la acumulación excesiva de informaciones programadas en los mass media, todo parece menos comprensible, más inexplicable...
Por eso, alguien que entiende lo que le rodea y lo sabe expresar bien es algo que se puede "celebrar". Hay un autor, Eduardo Moga, que lo consigue en sus "Crónicas de Inglaterra".

En 2015, publicó la primera parte y acaba de aparecer la segunda. El autor abrió un blog (en 2013) con sus vivencias londinenses y su último volumen recoge las mejores entradas.
Nos ofrece su propia mirada sobre Londres que, a pesar de ser una de las ciudades más atractivas del mundo, es muy cara, no siempre una fiesta y se presenta como "supuesta sociedad de oportunidades".
Según Eduardo, no sólo es difícil para trabajar o vivir y hostil para sus pobladores, sino también una gran ciudad, cuna de una tradición literaria y artística de carácter universal.
Pasear por lugares donde vivieron algunos de sus más famosos autores, visitar museos dedicados a escritores o conocer instituciones que fomentan las artes y las letras es algo que hay que valorar en su justa medida.
Él nos habla de pequeños rincones donde saborear tranquilamente el arte, lejos de las hordas de turistas, como la Colección Wallace, el Museo Foundling o las Ferias dedicadas al libro de ocasión y los conciertos de jazz en criptas de iglesias... Nos descubre así un Londres menos conocido, más amable e interesante.
También nos hace una aproximación sociológica a los ingleses, aferrados a su aislacionismo y racismo para proclamar a los cuatro vientos su diferencia, su identidad (el brexit es una consecuencia de ello...).
Me encanta este autor que sabe leer la realidad y la explica de forma amena, con cierto distanciamiento y un fino sentido del humor. Con sus opiniones, me he podido acercar un poco más a una ciudad que siempre ha ejercido sobre mí una atracción y fascinación muy especiales...

martes, 7 de febrero de 2017

SHELBOURNE OLD CASTLE

Oh, tú, castillo de leyendas,
al ser constuído, piedra lisa,
espíritu joven,
damas con sombrero de dosel
y caballeros errantes
habitando tus entrañas,
¿cómo acabaste así,
cascada abandonada,
triste y desechado,
entre la hierba?
Oh, tú, que al ser abandonado
te convertiste en el elemento del paisaje,
donde damas de abombada falda
y caballeros de altos sombreros
se reunían,
para encontrar un halo de romanticismo,
que no fueron clementes contigo,
pues el tiempo nunca es testigo.

Beatriz Rodríguez Echevarría

lunes, 6 de febrero de 2017

EL CISNE ENLUTADO

El cisne solitario nada en el estanque, perdió a su compañera el pasado invierno.
Carpas gigantes acompañan sus idas y vueltas, sin percatarse de su luto.
Vestido de blanco, creo que espera su regreso
acicala sus plumas, ahueca sus alas.
Contempla tranquilo, se mece en el agua.
Estelas de estrellas de luces sonrientes
le brindan consuelo, le alumbran y sienten.

Esther de Andrés