viernes, 13 de enero de 2017

SAMUEL RICHARDSON

Samuel Richardson (1689-1761) carecía de formación académica convencional, pues sólo fue a la escuela. Sin embargo era un gran aficionado a la lectura y a la narración y se ganó la simpatía de los jóvenes de su barrio a quienes leía novelas morales, les narraba cuentos o les escribía sus cartas de amor... Y fue así como se inició en el estilo epistolar, germen de sus futuras novelas con las que alcanzó un enorme éxito debido a que nadie como él logró escudriñar el alma femenina penetrando en ella con delicadeza y estilo.

Joven, reservado y pacífico, contó con un mentor de alto rango que le protegió y ayudó en su formación autodidacta. Supo explotar adecuadamente su carácter afable y se ganó a pulso la reputación de caballero ponderado. Dominó el negocio de las imprentas y llegó a tener una vida desahogada; compró varias casas de campo en las que reunía a jóvenes admiradoras y a un selecto círculo de escritores, pintores, actores, políticos... Publicaba algunas cosas de forma anónima y redactaba los prólogos de los libros que imprimía. Su vida, junto a su esposa e hijas, era plácida y feliz.

Cuando tenía 50 años, unos editores, que conocían y apreciaban su talento espistolar, le pidieron (en 1739) que escribiera cartas, sobre materias prácticas de la vida ordinaria, que sirviesen de modelo a los "country readers", lectores de escasa cultura como para escribir con precisión y eficacia.
En el volumen publicado, "Familiar letters on important occasions", intentaba inculcar la virtud y la benevolencia.
Fue entonces cuando se le ocurrió su novela epistolar "Pamela", publicada en 1740 con un éxito inmediato y que se tuvo que reimprimir cinco veces en menos de un año. Para evitar que otros se adelantaran a escribir una segunda parte, en 1741 publicó otros dos volúmenes.
Su argumento se trataba de que, al fallecer una dama noble, Pamela Andrews, una doncella que estaba en la casa, se quedaba al cargo de su hijo, un joven lord que la intentaba seducir. La joven virtuosa, mediante sus modales delicados y su determinación de ser casta, rechazaba los lances amorosos.
Cuando Samuel comenzó a escribir la novela, la concibió como un tratado de buena conducta femenina, pero las críticas feroces que surgieron presentaban un problema: ¿ella rechazaba a su amo hasta que lograba "reformarlo" y lo convertía en un posible marido ideal o la protagonista era una fabuladora, intrigante y seductora que quería doblegar al pobre noble para ascender socialmente? Samuel respondió con artículos periodísticos y llevó a cabo varias reediciones en las que iba corrigiendo los puntos más débiles de su exposición. Sus jóvenes admiradoras le ayudaban acerca de los errores y virtudes de Pamela.

En la segunda parte del libro, se burlaba de sus lectores, pues una vez casada el léxico de Pamela (vocabulario y giros idiomáticos) cambiaba y lo convertía en un discurso articulado propio de la aristocracia.
En esta novela se planteaban dos cuestiones que atormentaban a la sociedad de la época: el acoso no estaba mál visto si no se accedía al amor de forma ilícita (por la fuerza) y la paciencia y resignación femeninas frente al hombre impulsivo.
Me encanta el realismo costumbrista de este autor y el que, aunque sus textos se enmarquen dentro de los límites de la moral puritana de la época, aporten penetrantes análisis psicológicos de sus personajes. Su influencia fue clara en Goethe y Rousseau.



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