miércoles, 13 de febrero de 2019

SAKURA

Los pétalos de la flor del cerezo (sakura) flotan en el aire como copos de nieve. Es algo tan bello como sencillo, lo que me lleva a afirmar - una vez más - que menos es más. Se da demasiada importancia a la "felicidad" y sin embargo no se aprecian tantas y tantas sensaciones, percepciones, sentimientos y placeres que están ahí y debemos disfrutar si queremos enriquecer nuestra vida. No todo en la vida es felicidad. Hay que aprender a disfrutar de todo, de lo grande y de lo pequeño, de lo efímero y de lo real, de lo fácil y de lo adverso, del éxito y del fracaso.

Hacer cosas por el puro placer de hacerlas o el interés que comporta su ejecución produce un enorme bienestar, pues no siempre hay que ser productivo, también necesitamos pequeños momentos de calma que nos permitan apreciar lo más - aparentemente - insignificante, lo que para muchos pasa desapercibido. Con una actitud humilde y modesta podemos saborear mejor la vida.

La humildad nos permite crecer y esforzarnos en ser mejores y la modestia nos facilita ajustar nuestras aspiraciones y modularlas para desterrar las quimeras de lo real y lo posible de lo probable. Además, siendo humildes no somos susceptibles de manipulación por personas tóxicas que intentan hacernos creer que podríamos llegar a ser maravillosos, únicos y especiales si utilizamos determinadas marcas que nos garantizan el estrellato social.

A diario vivimos sensaciones muy gratificantes a las que apenas damos importancia y sin embargo son la base de nuestro verdadero bienestar: comprobar que lo que ayer era una adeversidad hoy ha dejado de serlo; la paz mental que proporciona cerrar un tema pendiente; ir consiguiendo poco a poco el equilibrio entre el desafío y la calma; concentrarnos por completo en una actividad que sea proporcional a nuestras capacidades... Todas ellas van formando la malla de nuestra propia vida, de la que nosotros vamos creando a nuestra manera sin prestar demasiada atención a las directrices que otros nos intentar marcar.

No tenemos la obligación de ser felices constantemente, somos humanos, vulnerables, imperfectos... tenemos todo el derecho a sentirnos tristes, deprimidos, débiles, meláncolicos... No podemos generarnos malestar por intentar llegar a un concepto que todavía nadie ha definido. ¿Lo mejor?: vivir con sencillez, ligeros de equipaje, sin grandes pretensiones y con naturalidad.



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