lunes, 11 de febrero de 2019

SLOW DOWN

Para vivir con calidad hay que disponer de tiempo. Estar pensando en el futuro sin disfrutar plenamente del presente no es bueno. La serenidad que todos necesitamos está dentro de nosotros, pero sólo podremos descubrirla sin conectamos con nuestro ser y nos alejamos del ruido y la distracción, si tenemos el valor de escucharnos a nosotros mismos y de escuchar lo que la vida nos quiere transmitir.

Por eso es bueno desacelerar, bajar el ritmo, "slow down", reflexionar sobre nuestra propia existencia y decidir libremente qué es lo que queremos hacer con ella. Buscando la paz, la calma y la tranquilidad de forma activa, somos nosotros mismos los que vamos trazando nuestra propia vida. Sabemos que todo cambia, que la realidad es terca (como dicen los ingleses), pero lo inteligente es no resistirse a ello sino acompasarnos a lo que ocurre en nuestro contexto y, además, disfrutar haciéndolo.

Ni la falta de certeza ni los cambios deben preocuparnos, sabemos que la vida es un ir y un venir, desde o hacia, un proceso, crecer nosotros y los que nos rodean... y todo eso requiere una actitud dinámica. Si somos capaces de tolerar lo incierto y lo inesperado podemos pensar que los cambios no tienen por qué ser malos, sino aprender a desarrollar la paciencia.

La "paciencia" es una cualidad esencial que nos permite no alterarlo todo por una necesidad o una noticia inesperada. La vida es puro cambio y es impredecible. No sabemos nunca lo que nos puede pasar, por eso lo ideal es intentar buscar un equilibrio entre lo que ya pasó, lo que está pasando y lo que pasará.

No nos precipitemos haciendo elucubraciones, pues cuando nos anticipamos nos equivocamos con mucha facilidad. Es mejor ir observando y analizando la vida viendo cómo evoluciona y acompasarse a su ritmo, detectando oportunidades y gestionando problemas y limitaciones.

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