domingo, 19 de octubre de 2014

EMMA Y PETER

 La actriz Emma Thompson es una mujer increíble. Hace días ha inaugurado la sección Peter Rabbit en la biblioteca Gorton (Manchester). Esta nueva sección nace con la idea de formentar la lectura en los niños de una ciudad que cuenta con los mayores índices de pobreza infantil de todo el país. Y, ¿qué mejor que el famoso personaje creado por Beatrix Potter para lograrlo?

Recalcó la importancia que tiene inculcar el hábito de la lectura en la edad temprana, cuyos beneficios pueden verse a lo largo de toda la vida.

Este espacio ha sido posible gracias a Booktrust y a la editorial Frederick Warne, el editor original de Potter que ha donado libros por valor de 1000 libras. Gracias al apoyo de Emma el espacio ha conseguido visibilidad por lo que el éxito está asegurado.

 A sus 55 años Emma sólo quiere reír, está de vuelta de todo, pero hay algo sagrado para ella que son "los niños". Le encanta crear algo perfecto para su perfecta imperfección. Los niños son las personas a las que más quiere y respeta y por eso le gusta ponerse a su servicio tratando de hacer algo realmente puro, bueno y que contenga todo, incluída la oscuridad.

Está en la onda de Mary Poppins, la niñera que no consiente a los niños sensiblerías ni caprichos, sino que les prepara para la vida real, en la que se encontrarán una maldad que ella no les oculta. Los niños no son estúpidos, experimentan grandes emociones y no es adecuado negárselas, ya que para ellos la emoción es un océano en el que los sentimientos les zarandean. Nosotros, los adultos, debemos respetarlos y darle una literatura y un cine que los reflejen para que se vean identificados.

Por eso no se negó a la invitación de escribir, ella misma, cuentos basados en las historias de Beatrix Potter, justo un siglo después del original...

Una vez más una mujer toma el testigo y continúa con la obra de otra para que el eslabón evolutivo no se interrumpa. Una y otra son dos de mis "british favoritas"...

domingo, 12 de octubre de 2014

CON BUEN PIE

Los franceses dicen una frase muy significativa y que me encanta: "entrar con buen pie".

Si analizamos un poco lo que intentan decir es que la calidad del trabajo que llevamos a cabo y los éxitos que obtenemos dependen de cómo demos el primer paso en lo que nos disponemos a acometer.

El estado en el que nos encontremos o la intención con que lo hagamos influyen poderosamente en los resultados. Yo he comprobado, a lo largo de los años, que de un mínimo detalle puede depender todo un desencadenamiento de circunstancias (favorables o adversas), por eso hay que estar vigilantes y en estado de alerta continuo para que no se nos escape nada.

La agitación, el nerviosismo, desencadenan fuerzas caóticas, por eso jamás hay que emprender nada en semajante estado. Debemos estar calmados, serenos y plenos pues sólo así, en ese estado de espíritu (producto de un trabajo y depuración interna) estaremos convenientemente preparados para ponernos en marcha y avanzar.

Si tenemos el arte de sabernos rodear de personas que nos vuelven más lúcidos, que despiertan en nosotros la generosidad y la bondad y que, además, nos estimulan en el desarrollo de nuestras cualidades, el éxito en lo que emprendamos está prácticamente asegurado. Hay que huir de quienes nos confunden y tratan de disminuir nuestra ilusión y entusiasmo pues provocan una toxicidad nociva que nos puede afectar.

Conscientes de todo esto deberíamos saber discernir entre lo que nos beneficia o perjudica, abriéndonos a lo primero y rechazando de plano lo segundo. Partiendo de la base de que todo lo que vemos u oímos afecta a nuestro sistema nervioso, deberíamos huír (como de la quema) de todo aquéllo que proceda del desorden o de la torpeza. Para ello hay que elegir los libros que leemos, la música que escuchamos, las imágenes que contemplamos, la gente con la que tratamos...

Dado que todo lo que pensamos, sentimos o hacemos deja huellas, ¿no sería estupendo dejar huellas de bondad, luz y paz? Pero, para ello, debemos cuidar nuestros pensamientos y sentimientos, mejorándolos y purificándolos, ya que son nuestras armas más poderosas... son las únicas que, de verdad, nos hacen "imbatibles".

miércoles, 8 de octubre de 2014

XINGÚ

Xingú es el título de un relato corto,  bellísimo, de gran calidad, que editado por "Contraseña Editorial" ganó en 2010 el premio a la mejor obra editada.

La elegante narración de Edith Wharton pone en tela de juicio las vanidades de nuestra cultura y está editada de forma tan preciosista que será pieza de coleción en pocos años, con toda seguridad...

  Como Henry James, la autora hace esa mezcla (que tanto me gusta) entre lo norteamericano y lo europeo, con la que pretenden aportar claridad buscando la manera más sencilla de contar las cosas o de describir a las personas.

Su ilustradora, Sara Morante, nos hace ver el ambiente del libro con tal precisión que su aportación resulta casi imprescindible para hacernos una idea del ambiente que tanto cuidaba la escritora, amante de la moda, la decoración y de los más mínimos detalles.

Aunque la obra fue escrita en 1916, encuentro que está de rigurosa actualidad. Ha pasado casi un siglo y conserva toda su frescura. Sus tres capítulos (presentación de personajes, clímax y conclusión) nos muestran una historia tejida con diálogos perfectos e hilarantes, que no dejan títere con cabeza y echan por tierra la falsa "culturalidad" de nuestra sociedad. Es un claro alegato, en tono de humor, contra los farsantes de las bellas artes. En mi opinión sería perfecta para hacer una representación teatral de tres actos (creo que funcionaría muy bien).

Os pongo el comienzo para que os hagáis una idea del estilo y el tono del relato: "La Señora Ballinger pertenece a esa categoría de damas que persigue la cultura en cuadrillas, como si fuera peligroso encontrársela a solas".

En una lujosa casa de la ciudad de Hillbridge se reúne un grupo de señoras de la alta sociedad para comentar obras de literatura y hablar de eventos culturales. Un día, reciben a la famosa escritora Osric Dane, autora de "Las Alas de la Muerte" y la nueva socia, la Señora Roby, que no lo ha leído (ni lo piensa leer) es la piedra de toque que dislocará el perfecto engranaje en el que se ha movido este grupo de féminas dedicadas a la lectura y a la intelectualidad.

La lectura del libro es una delicia, con el valor añadido de poner de manifiesto (con ternura y humor) lo ridículo y cursi que resulta lo que no es auténtico, lo falso, "las apariencias"...

Sigo insistiendo en la importancia del libro de papel "cuidado" hasta el extremo como objeto de colección y placer. Hay que buscar la forma de aportar todas las técnicas que tenemos a nuestro alcance para que logremos obras con la personalidad del siglo XXI, pues los que vengan detrás de nosotros nos lo agradecerán.







lunes, 6 de octubre de 2014

BOLDINI

En la Belle Époque se daba culto a un forma de vivir que fue duramente criticada, como les ocurrió al Barroco o al Rococó. Sin embargo, creo que era necesario en momentos tan excesivamente racionalistas y transcendentales del pensamiento, darle un giro al arte y aportar glamour y elegancia.

Señoras espléndidamente vestidas y caballeros elegantes en los salones de sus mansiones, como salidos de las novelas de Proust, Tolstoi, Hery James o Edith Warthon... nos hacen pasar a un mundo ideal al que nos gustaría acceder, precisamente por ser inalcanzable. Demuestra que el ser humano tiende hacia algo que jamás poseerá, pero por lo que se siente irremediablemente atraído y fascinado.

No creo que sea nada malo, todo lo contrario. La belleza, cuando es real, nos eleva, nos hace vibrar más alto y nos proporciona un inmenso bienestar. Es verdad que la pintura de la que hablo era naturalista, retrógada y conservadora, pero también es cierto que fue la edad de oro del retrato europeo: Boldini (Italia), Sargent (Inglaterra), Sorolla (España), Serov (Rusia)... fueron buena muestra de ello.

De todos, destaco a Boldini que, partiendo de una base academicista y purista (fascinado por el Quattrocento italiano) creó su propio estilo deslumbrante y favorecedor para plasmar "il bel mondo" con su brillante e intenso colorido, su nitidez, su sensualidad y su vanguardia. La elegancia y la sofisticación le hicieron independizarse de los parámetros generales y ser único, él mismo...

Empezar la semana con buen arte, con la sonrisa en los labios, con la posibilidad de elevarnos hacia mundos ideales que nos hacen soñar y evolucionar, me parece que es un soplo de aire fresco. Estamos en pleno cambio de Estación, nos enfrentamos a nuevos planteamientos y tenemos la oportunidad de ampliar nuestro campo de conciencia abriéndonos a otras dimensiones. Me temo que, en la actualidad, el ser humano está dejando de lado la "contemplación", actividad tan importante como el razonamiento y la respiración... 

Recordemos la frase de Fiodor Dostoïesvski: "L´art sauvera le monde" (el arte salvará al mundo).


miércoles, 1 de octubre de 2014

LA AUTOESTIMA

Empieza el curso, para niños y mayores, es como si iniciáramos una escalada hacia una nueva cima. Estoy muy en contacto con los niños, por los que siento auténtica debilidad, y me producen una ternura infinita. Me doy cuenta,estando junto a ellos, de la importancia de "la autoestima".

Qué importante es que les aceptemos como son, con sus peculiaridades, sin necesidad de someterles a esos "patrones de perfección" que la sociedad exige. Está más que demostrado que la verdadera "belleza", tanto física como mental, no se deja meter en un corsé pues su esencia misma la hace variable, extensa, diversa y manifestar el brillo interior. Lo bello de las personas es lo que son y no lo que parecen, hay que volver a la esencia.

La autoestima es un sentimiento de amor y aceptación hacia uno mismo que debe inculcarse desde la más tierna infancia. Es el motor de la persona pues genera en ella confianza y entusiasmo; contribuye a su autorrealización, su bienestar y su éxito. El niño (o persona mayor) que se siente aceptado y querido por sí mismo, sin necesidad de hacer un papel que no es el suyo, está libre de ataduras, nieblas y barreras que le impiden dar lo mejor que lleva dentro. Se quiere y se respeta y, como consecuencia, lo hace con los demás de forma natural y sencilla. Se libera de los penosos sentimientos de culpa por no llegar a lo que se espera de él y puede desarrollar "sus" capacidades (que nada ni nadie deben dictar).

Cuando alguien se siente a gusto consigo mismo se encuentra bien y eso activa sus células de defensa natural, produce nuevas células inmunes y reduce el cansancio, sintiéndose vital, sano y fuerte. El buen humor es contagioso y el estar rodeado de gente contenta estimula la actividad  del lado izquierdo del cerebro, asociado con el entusiasmo y las emociones positivas.

Sugiero que más que dedicarnos a ver un sinfín de "actividades extraescolares" para que nuestros hijos se conviertan en "super-men/women" , estemos con ellos a la hora de la merienda, les contemos cuentos, les estimulemos en sus quehaceres y les dejemos tranquilos. El mejor relago para ellos y para toda la colectividad es educar niños seguros, sanos y alegres.

¿Puede alguien comprender y compartir el desahogo de un niño que vuelve del cole sin que las cosas hayan salido bien del todo? Sí, "¡mamá!".