"Sin tiempo para recuperar la visión de la belleza y observar sus pies, ver como danzan.
Sin tiempo para esperar a que su boca pueda
enriquecer la sonrisa que sus ojos comenzaron.
Pobre vida esta, llena de ansiedad,
que no nos deja tiempo para detenernos y mirar".
Me encanta este poeta y novelista inglés, William Henry Davies, que abandonó Inglaterra y durante algunos años estuvo de trotamundos por Estados Unidos y Canadá.
Volvió a su país natal y se estableció en Londres donde empezó a escribir poesía. Gracias al apoyo de Bernard Shaw en 1905 publicó su primera colección de poemas, "Soul´s destroyer and other poems", con la que obtuvo un éxito notable.
Formaba parte del Movimiento Georgian Poets, que se contraponía a la artifiosidad estética de la literatura inglesa de finales del siglo XIX y reclamaba la necesidad del retorno a la naturaleza y a la sencillez de la vida campestre.
La lírica de este autor es simple y sugestiva. Describe la naturaleza y logra plasmar, sin afectación, de una forma sincera y espontánea, las emociones que despiertan un paisaje, un niño, un pájaro, el arco iris...
Aunque sus temas son escasos, la autenticidad de su inspiración y la sencilla musicalidad del lenguaje es, precisamente, lo que confiere a su poesía una fuerza y vitalidad especiales.
Su prosa sobre Londres retrata, con la misma eficacia, la vida urbana y pinta con pocos trazos pequeños cuadros repletos de cosas, de personajes, de sentimientos...
Pero a mí me gustan más sus poemas, me calan hasta lo más profundo y os aconsejo oírlos con su propia voz (en you tube), es una delicia.
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