Y es que la elegancia es más una filosofía de vida, de comportamientos, de modos y actitudes que el seguir la moda o someterse a los dictámenes de lo vulgar. Se sustenta en la buena educación, la delicadeza y la cultura y así como un buen libro aromatiza el alma del elegante, su colonia favorita lo hace con su cuerpo, pero ambos son su fragancia...
Hago esta pequeña reflexión para poner en orden mis pensamientos y sentimientos ante una sociedad que no sólo no valora la verdadera elegancia, sino que la ridiculiza. Como todo lo que merece la pena en la vida, es algo que se puede desarrollar o adquirir y que, a medida que pasa el tiempo (como los buenos vinos) gana. Las personas verdaderamente elegantes están protegidas de las influencias, críticas o maldades porque su vida es tan rica e interesante que no dan importancia a las pequeñeces con las que intentan ensuciar o dañar su imagen.
Estoy convencida de que un grupo de "elegantes con coraje" arrastraría con su "savoir faire" a los que no lo son y la sociedad experimentaría un gran avance evolutivo...
Tan bueno y acertado que se lo he enviado a mi hijo para subir su ánimo.
ResponderEliminarCreo que esto que dices él lo lleva dentro.
Siempre gracias por aportar cosas tan bellas.