jueves, 28 de septiembre de 2023

THE DOCTOR

 

A finales del siglo XIX, se desarrolló en pintura un subgénero del realismo social, llamado pintura hospitalaria, para atraer la atención sobre la enfermedad y miseria que sufría la clase trabajadora de la época industrial, sobre todo en la última etapa de la era victoriana (1880-1900).

En 1887, el adinerado benefactor y gran amante del arte, Henry Tate, mecenas de los prerrafaelitas y amigo personal del pintor Luke Fildes (los dos nacidos en Liverpool), le encargó un cuadro de tema libre para exponerlo en la Tate Britain de Londres, ofreciéndole tres mil libras.

Fildes aceptó e hizo un homenaje al Dr Murray, que había tratado a su hijo mayor cuando éste enfermó de tuberculosis. Tituló el cuadro The Doctor y jamás habría imaginado que su obra se llegaría a convertir en una de las mejores y más famosas representaciones de la relación entre el arte y la medicina.

La frase "curar a veces, aliviar a menudo, consolar siempre" es un antiguo aforismo, respecto a la actuación de un buen médico, que el pintor quiso reflejar plasmando el humanismo ideal de la relación médico-paciente: el interés y la atención del doctor, así como la confianza que los padres han depositado en él, son valores que transcienden a la pintura.

La luz del amanecer de la ventana, de acuerdo con el propio Fildes, anuncia el inicio de la recuperación de la niña. El rostro del doctor (autorretrato del artista) está pensativo, con su mirada atenta a la paciente, la mano sosteniendo su mentón y quizá dudando si se le habrá escapado algún detalle en el diagnóstico de la enfermedad...

La medicina es la más humana de las artes, la más artística de las ciencias, la más científica de las humanidades, sin embargo, a pesar de que se ha avanzado mucho en la ciencia, ha habido un detrimento en el arte de curar, debido a lo cual la opinión sobre los médicos y la medicina no es demasiado favorable en la actualidad.

Y esto se debe a que la vigilancia de los pacientes a través de sensores, monitores y equipos muy complejos no podrán suplir jamás la empatía, la comunicación y el interés genuino del doctor con su paciente. Sin desdeñar ninguno de los medios más avanzados que la ciencia le ofrezca, él jamás podrá prescindir de intentar sanar con inteligencia y sensibilidad, con sabiduría...




No hay comentarios:

Publicar un comentario