Decía Tchan Yen Yuan:
"Quien se sumerge en su obra y agita su pincel con voluntad de realizar un cuadro, está condenado al fracaso.
Quien ejercita su espíritu y mueve su pincel sin tener conciencia de que pinta, llega al secreto de la pintura.
Su mano no se volverá rígida, su corazón no se paralizará, y su obra se realizará por sí misma, sin que se sepa como fue hecha".
Esta flor simboliza la belleza, lo frágil y efímera que es la existencia y ayuda a comprender que conseguir grandes recompensas habitualmente implica asumir grandes riesgos. En los jardines imperiales chinos se la conoce como "sho-yu" (la más bella); también, con su dibujo, se adornan sus vestimentas, pues representa lo divino y poderoso.
"Cada cosa tiene su belleza, pero no todos pueden verla".
"Cuando el objetivo te parezca difícil, no cambies de objetivo, busca un nuevo camino para llegar a él".
"Cometer un error y no corregirlo es cometer otro error".
"No importa la lentitud con la que avances, siempre y cuando no te detengas".
"Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día en tu vida".
"Dímelo y lo olvidaré, muestrameló y lo recordaré, involucramé y aprenderé".
"Si hay música en tu alma, se escuchará en todo el universo".
"Sé firme en tus actos, pero tranquilo en tu corazón. Sé estricto contigo mismo, pero gentil con tu prójimo".
"Un camino de miles de pasos empieza siempre con uno solo".
"En lugar de estar preocupado porque te conozcan, preocupaté de que valga la pena conocerte".
"Aquel que procura asegurar el bienestar ajeno, ya tiene asegurado el suyo propio".
"Nada se va hasta que nos haya enseñado lo que necesitábamos saber".
Estamos en pleno verano, tenemos mucho más tiempo para cultivarnos y para deleitarnos con la palabra, la pintura, la música, la contemplación... Creo que sería bueno hacer un poco de caso a Confucio, nos ayudará en nuestra vida cotidiana y desarrollaremos nuestra sensibilidad (de la que hay tanta demanda y tan poca oferta...).
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