jueves, 19 de diciembre de 2019

UNA DAMA DE LAS LETRAS

De ella decía Marañón: "Hace un bien casi físico al lector" y es cierto, era una persona suave, elegante y mesurada que también era capaz de imponer su autoridad y firmeza a los que - llegada la ocasión - podía dominar con unas maneras perfectas y con una dialéctica implacable (casi sin posible réplica). Su rapidez de respuesta, su lucidez y su agudeza eran pasmosas y, en la circunstancias más difícles, o más imprevistas, o más sorprendentes, siempre sabía  sacar a relucir una cualidad propia de los seres superiores y que en ella se daba de forma muy sutil: el sentido del humor. Era una mujer que poseía un verdadero atractivo espiritual, un magnetismo nada común...

En todos sus escritos afloraba una línea muy femenina y personal; estaban enriquecidos con su buen gusto, su delicadeza, su búsqueda permanente de lo estético, sin rehuir con valentía una verdad desnuda siempre que lo consideraba necesario. Tenía una inmensa fe en Dios y en sí misma, en su capacidad de trabajo y en su fuerte naturaleza femenina y guerrera, capaz de enfretarse al mundo entero si fuera necesario...

Con enorme entereza y serenidad, sientiéndose sola como nunca habría sido capaz de suponer, encajó los golpes que fueron forjando su vida con dificultades cada vez mayores, pero llevando ya para siempre en los ojos la pena y en la boca el sigilo.

"Que el espíritu se afine y la sensibilidad se depure, ese es mi deseo para la Humanidad y especialmente para nosotras, las mujeres con afán de superación, pues tenemos la fuerza y el poder suficientes para lograrlo e influír con amor y sabiduría en esa labor paciente y cotidiana de hacer renacer de nuevo a los héroes y heroínas que llevamos dentro".

Su unidad estilística y su idea personal de la narración, no describe, más parece que borda los paisajes con hilos finísimos de brillantes colores. Pero entreteje el alma en sus imágenes con tal maestría que sus cuadros se muestran vivos y palpitantes. En España ya no se reeditan sus obras, ni siquierta "La esfinge maragata", quizás la obra maestra de la literatura femenina en lengua castellana.


De nuevo hablo en mi blog de esta gran mujer, Concha Espina, tan injustamente olvidada y que tiene tanto que decir a la mujer del siglo XXI. Ella representa unos valores esencialmente femeninos que nos sirven de referente para no perder el rumbo en un momento en el que la falta de cortesía, de amabilidad, de delicadeza y de respeto no favorece en absoluto la evolución del ser humano. Es uno de mis referentes desde el punto de vista personal y literario que me encanta compartir con mis lectores.


 

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