Mostrando entradas con la etiqueta ESCRITORA. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta ESCRITORA. Mostrar todas las entradas

viernes, 17 de abril de 2020

CAMINO DE PERFECCIÓN

Camino de Perfección forma parte de una trilogía mística junto con El Libro de la Vida y Las Moradas y se sitúa - cronológicamente - en el centro de ambas. Fue escrito por Teresa de Jesús en plena madurez espiritual, después de diez años de intensa vida interior, y evidencia el dominio de la herramienta lingüística y de los recursos literarios de la escritora. Surgió porque las doce hermanas que convivían con ella en el conventico de San José (Ávila) le pedían que les ayudase a comprender una espiritualidad más exigente y refinada y ella, por responsabilidad y magisterio espiritual, accedió a escribirlo.

"Más ¡qué de cosas se ofrecen en comenzando a tratar este camino! ¡Ojalá pudiera yo escribir con muchas manos, para que unas por otras no se olvidaran!". Comenzó una redacción frenética, con pausas no muy dilatadas, sin una estructura prefijada, ni articulada, ni sistematizada (algo que revelaba facetas de su propia personalidad). En la concentración que le permitía el convento acabó El Camino a los pocos meses de su inicio (1566), aunque el censor García de Toledo tachó párrafos polémicos, incisivos e irónicos, como la apología de las mujeres...

Su sometimiento a la censura fue radical, pues transcribió un nuevo manuscrito, por lo que llevó a cabo dos redacciones. La primera fue tenida en cuenta para la edición de sus obras preparada por Fray Luis de León (1588) y reclamada por Felipe II para su Real Biblioteca de El Escorial (autógrafo conocido como Códice de El Escorial).

Teresa aceptó las correcciones y su obra pasó de ser un cuaderno íntimo a un libro mucho más abierto destinado a un público más amplio. Se atenuaba su espontaneidad, se velaban sus confidencias, se suavizaban las alusiones irónicas y el tono se adecuaba más a las pautas del magisterio esipiritual (más general y didáctico, pero menos intenso y expresivo). También hizo una caligrafía más clara y cuidada y articuló el texto (los 84 capítulos originales quedaron definitivamente condensados en 42). Se ampliaron y desarrollaron temas doctrinales como los conceptos de oración, de recogimiento y de quietud; la necesidad de la libertad de conciencia; el acceso a distintos confesores; la exigencia de una formación profunda; las pruebas para candidatas al ingreso de la Obra Reformada... etc.

El nuevo autógrafo (segunda redacción del Camino) fue concluído el mismo año que el primero y el manuscrito se conserva actualmente en el Monasterio de las Carmelitas Descalzas de Valladolid y es conocido como Códice de Valladolid.

El ideal de vida que ella encarnaba y transmitía a sus hijas era un ideal contemplativo. El Camino preparaba a las almas para la contemplación. La Perfección era la meta de ese itinerario espiritual y consistía en que cada alma se adaptase al nivel en que la hubiera dispuesto el Señor y cumpliera su cometido con total entrega. Reivindicaba la figura de Marta, prototipo de alma activa, al lado de la de María, símbolo del alma contemplativa (ambas debían ir hermanadas en los palomaricos teresianos).

Para conjuntar los des tipos de oración glosó el Paternóster en la segunda parte del Camino e hizo su interpretación personal con espontánea sinceridad y efusivo ardor, así como con el profundo anhelo de abandonar un mundo que no era sino escala breve para la patria definitiva. Y lo llevó a cabo con su fuerte personalidad espiritual y mística, lingüística y literaria, pero añadiendo en tono irónico: " y lo hago, a pesar de que no tenemos letras las mujeres".

sábado, 21 de diciembre de 2019

MAZCUERRAS

"Un día planté por mi mano una glicina, al pie de la solana familiar, en un pequeño pueblo, quieto a la sombra de un monte, encima de un río. Pasaron los años sobre la plantación y mi única propiedad inmueble, mi sola herencia y mi solo refugio solariego se convirtió en un árbol de flores, un ejemplar ya célebre en la comarca. La casona ha desaparecido, allí no hay más que un gigantesco árbol de flores, una maravillosa cortina de susurros y de cantares y también de sordas plegarias".

"Todo el júbilo de la primavera se asomó al cielo y se fundió en un azul profundo, nuevo y triunfante, que recortó en su intensidad milagrosa los montes gigantes, los bravos montes de Cantabria. Blanquearon en el valle todos los senderos tendidos sobre el verde lozano de mieses y praderas, y en todos los nidos se inició una armonía de gorjeos y en todas las hojas rezaron las brisas una plegaria henchida de misteriosas promesas, impregnadas en secretas caricias". (La niña de Luzmela).


Junto al río Pulero, uno de los afluentes del Saja, se halla Mazcuerras, nombrado "Pueblo de Cantabria" en 2008 por sus valores históricos, culturales y ambientales, a media hora de Santander. Conocido como el pueblo de las flores, debido al cultivo de las mismas como una de sus principales actividades económicas, y por cómo adornan sus casas de arquitectura típicamente cantábrica.

Junto a la bolera, en una casa rural del siglo XIX, vivió gran parte de su vida Concha Espina y la "gran glicina" fue plantada por ella el día de su boda en 1893. Allí escribió su primera novela, La niña de Luzmela (1909), de ahí que en 1948 se adoptara Luzmela como nombre co-oficial del pueblo.

Nació en Santander, en el barrio de Sotileza, pero a los trece años su familia se trasladó a la casa de su abuela paterna en Mazcuerras, donde la niña empezaría a escribir. Allí se casó con Ramón de la Serna y se trasladaron a Chile, regresando a España en 1898 con dos hijos (Ramón y Víctor). En 1900, nació en Mazcuerras otro niño que falleció pronto y en 1903 Josefina, su única hija; el más pequeño, Luis, cuatro años más tarde.

Su marido se fue a México y ella se instaló en Madrid con sus cuatro hijos, llegando pronto la separación entre ambos. Su obra como escritora alcanzó notoriedad y reconocimiento y en su casa de la calle Goya celebraba un salón literario todas las semanas, al que asistían personajes de la alta burguesía e intelectuales.

La Guerra del 36 la pilló en su casa de Mazcuerras, donde pasó miedo, frío y muchas calamidades, debido a lo cual terminó perdiendo la vista por completo. Falleció en Madrid, con 86 años, siendo muchas de sus obras adaptadas al cine y al teatro. Tres días antes de morir, el 19 de mayo de 1955, mandó un artículo a ABC con un tarjetón que decía: "Les agradezco que lo publiquen cuando buenamente puedan y tengan espacio".

 

viernes, 20 de diciembre de 2019

LA ENREDADERA

Este libro narra la historia de dos mujeres que viven en la misma casa, una hermosa villa de indiano en el norte de España, con un siglo de diferencia. La historia está contada en contrapunto y el paralelo entre  Clara, la sometida casada con un hombre mayor y rico que construye un palacio para su esposa, y la independiente Julia, que compra la casa cien años después para pasar vacaciones y breves períodos de huída de la gran ciudad, pone de manifiesto parecidas señales de identidad de las dos mujeres acosadas por las trampas inexorables de su sexo.

 El espacio narrativo, la casa y el parque, el paso del tiempo marcado por el cambio decisivo del paisaje a través de las cuatro estaciones, sugiere y provoca en ambas mujeres instantes de reflexión, de congoja o melancolía. La memoria, permanente aguijón, compañera inevitable, va reconstruyendo a lo largo de las páginas del libro la personalidad y la vida de los dos personajes femeninos.

La impecable matización sensorial, el intimismo lírico, el rigor, la sensibilidad y la precisión hacen de "La enredadera", la primera novela de Josefina Aldecoa, una obra excelente que incide de forma muy aguda en las claves de la condición femenina.

En el centro de Mazcuerras, frente a la plaza de Concha Espina, se encuentra el palacete de 1882 donde fue escrita la novela y que pertenecía a su autora. A los pocos días de cumplir 85 años, la maestra y novelista, felleció en "Las Magnolias" a la que se había retirado hacía tiempo.

jueves, 19 de diciembre de 2019

UNA DAMA DE LAS LETRAS

De ella decía Marañón: "Hace un bien casi físico al lector" y es cierto, era una persona suave, elegante y mesurada que también era capaz de imponer su autoridad y firmeza a los que - llegada la ocasión - podía dominar con unas maneras perfectas y con una dialéctica implacable (casi sin posible réplica). Su rapidez de respuesta, su lucidez y su agudeza eran pasmosas y, en la circunstancias más difícles, o más imprevistas, o más sorprendentes, siempre sabía  sacar a relucir una cualidad propia de los seres superiores y que en ella se daba de forma muy sutil: el sentido del humor. Era una mujer que poseía un verdadero atractivo espiritual, un magnetismo nada común...

En todos sus escritos afloraba una línea muy femenina y personal; estaban enriquecidos con su buen gusto, su delicadeza, su búsqueda permanente de lo estético, sin rehuir con valentía una verdad desnuda siempre que lo consideraba necesario. Tenía una inmensa fe en Dios y en sí misma, en su capacidad de trabajo y en su fuerte naturaleza femenina y guerrera, capaz de enfretarse al mundo entero si fuera necesario...

Con enorme entereza y serenidad, sientiéndose sola como nunca habría sido capaz de suponer, encajó los golpes que fueron forjando su vida con dificultades cada vez mayores, pero llevando ya para siempre en los ojos la pena y en la boca el sigilo.

"Que el espíritu se afine y la sensibilidad se depure, ese es mi deseo para la Humanidad y especialmente para nosotras, las mujeres con afán de superación, pues tenemos la fuerza y el poder suficientes para lograrlo e influír con amor y sabiduría en esa labor paciente y cotidiana de hacer renacer de nuevo a los héroes y heroínas que llevamos dentro".

Su unidad estilística y su idea personal de la narración, no describe, más parece que borda los paisajes con hilos finísimos de brillantes colores. Pero entreteje el alma en sus imágenes con tal maestría que sus cuadros se muestran vivos y palpitantes. En España ya no se reeditan sus obras, ni siquierta "La esfinge maragata", quizás la obra maestra de la literatura femenina en lengua castellana.


De nuevo hablo en mi blog de esta gran mujer, Concha Espina, tan injustamente olvidada y que tiene tanto que decir a la mujer del siglo XXI. Ella representa unos valores esencialmente femeninos que nos sirven de referente para no perder el rumbo en un momento en el que la falta de cortesía, de amabilidad, de delicadeza y de respeto no favorece en absoluto la evolución del ser humano. Es uno de mis referentes desde el punto de vista personal y literario que me encanta compartir con mis lectores.


 

miércoles, 20 de noviembre de 2019

LA PRUEBA DE MI VERDAD

Muy cerca de la Estación de Termini, en Roma, se alza la iglesia de Santa María de la Victoria, uno de los muchos templos barrocos de una sola nave, diseñados a imagen y semejanza del Gesú, de acuerdo con el espíritu de la Contrarreforma.

Por lo dicho hasta ahora, esta iglesia podría ser una más de tantas que pueblan la Ciudad Eterna. Sin embargo, Santa María de la Victoria oculta un gran sorpresa en su interior ya que alberga, en una de sus capillas laterales, una de las más insignes joyas escultóricas del arte barroco: El Éxtasis de Santa Teresa del gran maestro Bernini, célebre autor de la famosa columnata de San Pedro del Vaticano.

La obra, integrada dentro de la capilla Cornaro, ocupa la parte central de la misma, justo bajo una pequeña claraboya que actúa como fuente de luz natural. A ambos lados, aparecen esculpidos algunos miembros de la familia del Cardenal asomados a una especie de palco, contemplando el éxtasis de Santa Teresa como si fuera un auténtico espectáculo. La reciente canonización de Teresa fue, sin duda, el motivo que llevó a Bernini a elegirla como centro de esta singular composición.


Sin embargo, no deja de ser impactante que el gran maestro se fijara, como vehículo para su expresión artística, en una mujer de Ávila que, además de mujer, era monja - gracias a lo cual pudo ser libre - y escritora.

Y es aquí donde reside la gran maravilla de este acontecimiento: en la condición de escritora de Santa Teresa. Y es que el artista no está esculpiendo una santa al modo en que estamos acostumbrados; no traza la imagen de una mujer que posa sin más ante el visitante. Bernini - y he aquí la maravilla - esculpe a Teresa viviendo una experiencia personal que ella misma nos ha relatado en su biografía y que el artista, sin duda, leyó. ¡Bernini esculpe la transverberación de la santa y lo hace siendo absolutamente fiel al relato que ha leído en el libro que ella escribió!

Porque Santa Teresa es también una mujer de acción que escribe y es su escritura la que, precisamente, se convierte en tema para la expresión artísitca, la escritura en libertad de Teresa, ajena a todo molde y muy alejada de los convencionalismos que marcaban la literatura de su tiempo. Porque Teresa escribe para comunicarse; para dar fiel testimonio de su vida; escribe para servir con su pluma a los demás; para dejar huella de su paso por el mundo; y para seguir siendo útil tras su propia muerte.

 "Aquí está mi firmeza, aquí mi seguridad, la prueba de mi verdad, la muestra de mi firmeza".

     ¡Para conjurar los males de estos tiempos recios unámonos a Bernini y leamos a Santa Teresa!

Ana Concha

jueves, 4 de julio de 2019

EMILIA Y SOR ÁGREDA

La obra "Mística Ciudad de Dios" fue publicada post mortem en 1670 y es considerada como una de las obras cumbres de la literatura española de todos los tiempos. Sor María de Ágreda (1602-1665), su autora, fue la escritoria ascético-mística más importante del Barroco español, equiparable a Santa Teresa. Era muy conocida por sus éxtasis, sus visiones prodigiosas, sus virtudes y su don de bilocación. Fue asesora del rey Felipe IV y mantuvo con él una importante correspondencia.

Entró como clásica de la literatura española, en el siglo XVIII, a través del Diccionario de Autoridades por su maestría en el manejo del idioma. Nació en Ágreda (Soria) y allí vivió hasta su muerte; escribió dentro de los muros conventuales, sin embargo tenía conocimiento pleno de la realidad histórica y literaria de su tiempo y estaba al día de todo lo que pasaba en la corte gracias a las cartas que se escribían Francisco de Borja (capellán de las Descalzas Reales e hijo natural del virrey de Aragón, Fernando de Borja) y ella.


Sor María, en su Mística Ciudad de Dios, escribió la historia de la Virgen María revelada por la propia Virgen. A través de su ejemplo, la Virgen nos conduce a la luz, a la perfección y a la unión con Dios, y lo hace como madre (manantial de infinita misericordia), guiándonos y brindándonos su amparo. Nos da la confianza suficiente para que nos consideremos sus amados hijos y nos ofrece la oportunidad de que podamos imitarla en su vida de oración, humildad, fidelidad, sacrificio y sencillez.

En 1899, Emilia Pardo Bazán, atraída por esta teología escrita y protagonizada por mujeres, publicó "Vida de la Virgen María" según la Venerable Sor María de Jesús de Ágreda. Emilia eliminó lo superflúo y barroco para un lector del siglo XIX, resaltando la belleza de la narración y la maestría de Sor María en el arte de escribir. Una escritura que - según Emilia - unos momentos parece pintura y otros momentos parece música. En el prólogo, la califica como teóloga, pues por primera vez la mujer deja de ser objeto en manos de intérpretes, por primera vez la mujer es leída por sí misma, por sus propios atributos como escritora, más allá de cualquier interés creado.

 ¿Por qué escribió Sor María todo lo que escribió? Para eleborar un modelo femenino, un referente, en el que poder reflejar su propio concepto de fe y divinidad. Transforma a la Virgen en el centro de su fe, haciendo de ella la reina de la sabiduría; además, nos hace ver que acepta transformarse en madre de Dios por su propia voluntad y que, como reina de los cielos, dialoga de igual a igual con El Señor. Cree firmemente en el poder de la palabra y que ha sido elegida para mostrar el ascenso hacia la perfección. Sólo cuando se alcanza ese estado de gracia, al que se ha llegado a través de la virtud, nos hallamos en el jardín espiritual donde florece el alma.

Kekaritomene, plena de gracia, decoro, hermosura, amabilidad, belleza honda y patente. Se trata de una hermosura que rebosa, que irradia, y se halla envuelta y envuelve en una atmósfera de amor. 



sábado, 22 de junio de 2019

EMILIA: SALONNIÈRE Y CORRESPONSAL

De ideas conservadoras pero feminista, Emilia Pardo Bazán planteó la inquietante pregunta de si se puede ser tradicional y progresista a la vez. La trayectoria vital de esta mujer del siglo XIX nos muestra que fue una extraordinaria transgresora muy valiente, pero difícil de entender. Llena de contradicciones estéticas, emocionales y políticas se sintió a la vez cosmopolita, europea e intensamente nacionalista española; reaccionaria y progresista; excéntrica y subversiva, pero amante del orden. Una mujer modernísima en la línea de Virginia Woolf y Simone de Beauvoir.

Aristócrata de talento y más tarde de título (en 1912 Alfonso XIII la nombró condesa), conocía bien el beau monde (el gran mundo), por eso - a través de la crónica social - prolongaba en la prensa la charla que tanto le gustaba en los salones y se convirtió en una magnífica "salonnière". Hacía colaboraciones esporádicas, ya que jamás se consideró una cronista de sociedad, sino una analista social que utilizaba la crónica para reflexionar sobre los usos y costumbres de una sociedad en pleno cambio así como para manifestar sus conocimientos históricos y literarios.

Viajó mucho por Europa, lo que le permitió leer a los autores de los diferentes países en su propio idioma y asistir a la Exposición Universal de Viena con todos los adelantos de la industria. Fue la primera "corresponsal" en España que mandaba sus crónicas para el diario La Época desde París o Roma. Su personalidad, creatividad, gracia, hondura y libertad la convirtieron en una gran periodista.

Todo lo hizo a pesar de ser mujer, sin dejar de ser mujer y reivindicando su condición de ser mujer. Fue un ejemplo de la igualdad de los sexos en libertad y, a pesar de sus múltiples retos y dificultades, no se lamentó jamás. Vivió cuanto quiso, como quiso y de lo que quiso y nos dejó una obra admirable que se leerá en el siglo XXI con  más gusto y reconocimiento que en el XX.

Nació en La Coruña (Marineda en sus novelas) el 16 de septiembre de 1851, heredando el liberalismo de su padre y el carácter abierto, emprendedor e independiente de su madre. Leyó con prisa, con fruición, con ferocidad y tanto como leyó quiso que la leyeran. Escribió mucho: artículos, cuentos, novelas, ensayos, reportajes... pero jamás dejó de defender las ideas en las que creía.

Pienso que, además de una excelente escritora, fue una mujer libre en todos los aspectos y defendió esa libertad para todas las mujeres, reconociendo siempre que lo hacía desde una posición de privilegio que ella utilizaba para comprometerse aún más por el bien común.


martes, 18 de junio de 2019

EL CUADRO DE EMILIA

Cuando el pintor coruñés Joaquín Vaamonde (1872-1900) regresó de un largo viaje por América, tenía 22 años y, convertido en un artista con estilo propio, se ofreció a hacer un retrato a la escritora Emilia Pardo Bazán, visitándola en su residencia del Pazo y Torres de Meirás. En un primer momento, ella no lo aceptó de buen grado, pero una vez acabado se quedó encantada con la vitalidad y elegancia que transmitía.
Emilia se llevó el cuadro a su casa de Madrid y lo exhibió ante sus amistades, motivo por el cual los encargos al artista fueron muy numerosos.

Sus retratos le proporcionaron a Joaquín fama y dinero, lo que le permitió viajar por Europa y visitar los grandes museos, pero empezó a despreciar su obra, que consideraba muy inferior a la de los grandes maestros. Quiso destruir sus propios cuadros, algo que la condesa de Pardo Bazán le impidió. A los 25 años, enfermó de tuberculosis y volvió a la Coruña.

Estando Emilia en Paris, en un homenaje a Balzac, recibió un telegrama que le anunciaba el fallecimiento de su protegido, en el Pazo de Meirás, el 18 de agosto de 1900. Cuando volvió a España, no tardó en escribir sobre "el retratista de las elegancias", citando alguna de sus piezas, como el retrato del violinista Pablo Sarasate. Más tarde, en su novela "La Quimera", le convertiría en la contrafigura.

A Emilia le gustaba su elegancia y la precisión con la que captaba los caracteres con el trazo suelto, ligero y vaporoso de sus barras de pastel. Magnífico colorista, penetraba en la psicología de sus modelos sin el menor compromiso de tener que halagar a nadie. A lo largo de quince años, desarrolló una obra extensa compartiendo la pintura con sus viajes y con la asistencia impuesta a actos sociales, pero siendo muy joven se vió obligado a un largo reposo por su enfermedad pulmonar. Todos estos detalles fueron introducidos en la novela que Emilia hizo de la vida del pintor...

domingo, 24 de septiembre de 2017

EL JARDÍN DE LAS LETRAS

¿Cómo podría imaginar que, callejeando por otro de los pueblos que están junto al río Dordoña, iba a descubrir un jardín tropical? La Roque-Gageac, en Aquitania, goza de un microclima que llevó al científico y director de Medio Ambiente - Gérard Dorin - a plantar en su pueblo un jardín exótico (en 1970) junto a la antigua iglesia. Me llamó la atención el "papirus", de cuyo tallo se obtenía una lámina para escribir en ella.

Un cartel casi imperceptible anunciaba "Le Jardin des Lettres" y me sentí magnetizada en el acto. Estaba convencida de que algo maravilloso me esperaba y no me confundí lo más mínimo: la propietaria, Nicole,  una librera-escritora de mediana edad, con una sonrisa encantadora y un francés suave típico de la zona, me contó muchas cosas de su pueblo - uno de los más bonitos de Francia - mientras yo compraba algún regalo, un par de libros y un juego de cartas y sobres de papel, bien sûr!

Tenía un dibujo sin enmarcar, junto a un jarrón de flores frescas, que me gustó mucho; no era ella ni nadie que conociera, lo había sacado de internet y lo había guardado, c´est tout! Una naturalidad y sencillez que me invitaban a seguir averiguando la historia del lugar...
Jean Tarde (1561) en sus Crónicas relataba su historia medieval y llevó a cabo un detallado mapa de la región, que sirve de fuente de estudios. La gran casa de su familia siempre ha dominado el corazón del pueblo y me dijo que no dejara de verla. En su interior, con un telescopio traído de Roma, Tale afirmó - como Galileo - que los astros giran alrededor del sol, algo que no gustó a la Inquisición.

Al despedirnos, Nicole me mostró el balcón de su casa (encima de su negocio) y me invitó a que volviera con  más calma para poder enseñarme a fondo toda la zona. Ella era la viva imagen de que el ocio es negocio, una de las máximas de mi propia vida.
Me dirigí hacia el lugar indicado mientras disfrutaba enormemente de las casas, de las vistas, del ambiente y del lujo de poder transitar por un sitio que fue reconstruído después de que, en 1957, un bloque de piedra caliza se desplomara aplastando edificios y personas.

A principios del siglo XIV, era la segunda residencia del Obispo de Sarlat, lo que garantizaba su seguridad. Nobles y burgueses llegaron para establecerse atrayendo, a su vez, a ricos letrados y grandes sabios.
La Guerra de los Cien Años no dañó a la villa y en el Renacimiento - de vuelta a la calma - el pueblo fue adornado con torres almenadas, tejados puntiguados y ventanas en lugar de troneras, adoptando el estilo de la época. No es extraño, por tanto, que el ambiente destile un refinamiento especial.

En el 849, llegaron los Vikingos con sus "drakkars" remontando el Dordoña y las fortalezas protegieron al pueblo. Más tarde, resistió los enfrentamientos entre los Capeto y Plantagenet (franceses e ingleses) ya que sólo las puertas dentro de los muros daban acceso a su interior.
Después de la Revolución Francesa, se convirtió en un importante puerto de pescadores y con sus "gabarras" (con el fondo plano) podían navegar a pesar de que había poca agua; en ellas transportaban madera, vino, pescado, sal o trufas), lo que dio lugar a que se desarrollaran muchos oficios.

Cuando ya me iba, no tenía la sensación de que era una despedida, sino que de alguna manera ese mágico lugar ya había formado parte de las cosas que yo concibo como ideales y que no era ni más ni menos que una manifestación real de otro de mis sueños...

jueves, 8 de diciembre de 2016

LADY MONTAGU

En 1762, un año después de su muerte, fueron publicadas las "Cartas desde Estambul" de Lady Mary Wortley Montagu y era el primer trabajo que llevaba su propio nombre (no un seudónimo).
Mary Montagu nació en Londres (1689) y era aristócrata, viajera y escritora. Su educación fue más bien autodidacta y leyó multitud de libros que iba encontrando en la nutrida biblioteca de su padre.
Siendo todavía muy joven, se atrevió a sacar a la luz ensayos y sátiras y asistía a las tertulias literarias que se organizaban en su casa. Fue muy amiga de Mary Astell, la primera feminista inglesa que luchó como ninguna por los Derechos de la Mujer.
Muy decidida y de fuerte personalidad, acompañó a su esposo a Turquía cuando fue nombrado Embajador en 1716. El fantástico viaje le abrió las puertas a una vida completamente desconocida y fue la primera mujer occidental que, gracias a su curiosidad y determinación, pudo acceder a los harenes otomanos.
Fue entonces cuando comenzó una apasionada correspondencia con amigos y familia contándoles lo que veía...

"Las mujeres turcas tienen más libertad que las inglesas y la religión musulmana no es muy distinta del cristianismo", les decía y en sus cartas les describía la vida que allí llevaba con todo lujo de detalles. Aprendió el idioma y adoptó la vestimenta turca, para identificarse con las mujeres de aquel país.
En 1718 volvió a Inglaterra y, aunque carecía de formación científica, llevó una cura contra la viruela a través de un método utilizado por los médicos árabes desde el siglo VI. Se inoculaba la viruela como profilaxis de esta enfermedad y ella misma hizo inocular a sus hijos enfrentándose a los prejuicios de los médicos conservadores y clérigos. En las tertulias literarias que seguía frecuentando pudo conocer a gente nueva y muy interesante, como al escritor francés Voltaire.

Pero el grado de libertad y autonomía que había llegado a conseguir le impidieron vivir encorsetada en un matrimonio axfisiante y decidió separarse en 1739. Viajó y residió en diferentes lugares de Europa y jamás dejó de escribir. Mayor y muy enferma, volvió a Londres y falleció en 1762.
Curiosamente, setenta años más tarde, en 1796, un doctor se interesó por sus trabajos y perfeccionó sus técnicas, pasando a la Historia como el descubridor de la viruela.
¿Nadie recordó la lucha de Mary?

martes, 1 de septiembre de 2015

84, CHARING CROSS ROAD

Helene Hanff, cuando tenía 33 años, aspiraba a ser escritora y vivía en un sencillo y caótico apartamento (calle 72 del barrio de Manhattan); escribía obras de teatro no muy destacadas y más tarde guiones para la televisión.

Además de la escritura le apasionaba la lectura pero tenía difícil acceso a las ediciones fieles y completas de los libros que más le interesaban por sus elevados precios, por eso se dirigió a una librería londinense especializada en libros de segunda mano que vió en un anuncio. Empezó así una relación con ellos (a través de cartas) que duraría 20 años (84, Charing Cross Road).

Poco se podía imaginar que, cuando presentó las cartas a una editorial, las convirtieran en libro. Aunque el éxito fue discreto, los lectores se lo fueron aconsejando unos a otros convirtiéndolo en un libro imprescindible que alcanzó fama internacional y le permitió a Helene subsistir hasta su muerte (con 81 años) gracias a los derechos de autor. Primero se adaptó al teatro, pero a finales del los 80 Mel Brooks adquirió los derechos del libro como regalo para su mujer en el 21 aniversario de su matrimonio.

Brooks encargó al británico David Jones la dirección de la película y al guionista Hugh Whitemore que adpatara la obra a la pantalla, respetando al máximo el texto original. Helene (Anne Bancroft) era vitalista, solitaria, culta, de fuerte carácter y un poco excéntrica. Frank P. Doel (Anthony Hopkins), el librero londinense con quien mantenía la correspondencia, más british, contenido y correcto no exento de ternura.

Aunque el libro es magnífico, un auténtico "libro de culto", la película es tan buena que lo enriquece enormemente (yo sugiero, primero leerlo y luego ver las imágenes), son totalmente complementarios y se retroalimentan.

La relación que mantienen no es sólo comercial y, a través de las cartas, podemos ver su vida cotidiana; Londres todavía sufría las consecuencias de la 2ª Guerra Mundial y Helene, desde América, intentaba suavizar sus carencias enviando paquetes de comida y artículos imposibles de adquirir en Inglaterra (como las codiciadas medias de nylon). Los lazos de hacían cada vez más fuertes, pero jamás se traspasaban los límites de la corrección.

En las imágenes de la película podemos captar mejor las expresiones de las cosas que iban ocurriendo, tanto positivas como negativas, pero sin grandes tragedias ni exacerbadas pasiones. El lector o espectador se puede idendificar perfectamente y eso es parte de su éxito.

Cuando, por fín, Helene llega a Londres, no puede conocer a Doel, que había fallecido. Sin embargo, los dos se habían llegado a comunicar con mucha más cercanía, a pesar de la separación física de todo un océano, que si se hubieran visto todos los días. Ahora tenemos internet, pero antes sólo existían las cartas...

Me encanta esta tierna historia de amistad en la que "el amor a la literatura" juega un papel tan importante. ¿Libro película o película libro? Primero que nuestra imaginación vuele y luego que nos ayuden el guionista y el director...

sábado, 18 de abril de 2015

JANE: RECORRIDO POR BATH

Tanto en La Abadía como en Persuasión, en la ciudad de Bath es donde se desarrollan sus capitulos más importantes.

Su balneario, tan antiguo como las ruinas romanas, sus bailes, sus obras de teatro, sus salones de té... un lugar de veranero en el que se reunía lo mejor de la sociedad inglesa de la época y en la que todo el mundo asistía para observar a los demás y dejarse ver.

Los padres de Jane se habían casado allí, por lo que la familia la había visitado en varias ocasiones. El traslado se produjo en 1801 y una de las cosas que pudo influír en la decisión del cambio de domicilio fue que las dos hermanas podrían encontrar allí marido con mayor facilidad... Permanecieron cinco años, hasta poco después de la muerte de su padre.

Al principio se alojaron en el nº 4 de Sideney Place,  una casa con fácil acceso al centro de la ciudad y a Sidney Gardens, muy populares por sus fiestas al atardecer, con música y fuegos artificiales. Pulteney Street era una de las calles más famosas y bonitas que tenían que cruzar junto a su puente sobre el río Avon. Tras el fallecimiento del padre, su madre y ellas se trasladaron a 25 Gay Street, donde vivieron unos seis meses (había menos dinero y tuvieron que cambiar su estilo de vida). Actualmente, en el número 40 de la misma calle está El Centro Jane Austen.

The Assembly Rooms (Los Salones de Reunión) era el lugar donde se reunían y se celebraban bailes, conciertos, juegos de cartas, salones de té... Actualmente está alojado allí El Museo de la Moda.

Pero, sin lugar a duda, era el Pump Room (La Sala de Bombas), lugar del que se extraían las aguas termales que hicieron tan famosa la ciudad, el salón de té más emblematíco (que aún perdura) y era considerado el corazón social pues había un registro donde se iban anotando todos los que llegaban a la ciudad...

The Crescent (The Royal Crescent) era el lugar favorito para pasear, tanto para Jane como para sus personajes. Su emplazamiento, sobre una pequeña colina, favorecía contemplar unas vistas maravillosas.

En la actualidad, todos los años a mediados de septiembre se lleva a cabo un Festival con personajes vestidos a la moda de la época, espectáculos, música y un divertido intento por recrear la ciudad de entonces. Todo ello contribuye a mantener vivo y actual el espíritu de esta increíble mujer que, a pesar de haber publicado sólo seis novelas, no ha hecho más que crecer y crecer.

Parece, al recorrer sus calles, que están impregnadas de su respeto hacia el otro, del prodigio de su delicada dialéctica, de la importancia que daba al amor humano en el contexto más cotidiano...






domingo, 8 de marzo de 2015

VIRGINIA WOOLF

El escritor Nigel Nicolson la definía como "mejoradora de vidas" pues pasar un rato con ella era como "tomar champán". Y es que esta mujer frágil y a la vez autoritaria fue el bastión del Grupo Bloomsbury que intentaba asociar la cultura británica a la modernidad. Se comprometió con su tiempo, fue editora y animó a escribir, a pensar, a amar el conocimiento y el arte. Siempre contó con el inestimable apoyo de su marido, Leonard Woolf, gracias al cual pudo llevar a cabo tareas lo que se dice titánicas. Yo la considero una de las escritoras más importantes del siglo XX.

Su libro "Una habitación propia" es un ensayo que tiene su raíz en dos conferencias que le solicitaron y pronunció en 1928 sobre el tema "La mujer y la novela".

El libro está dividido en seis capítulos y en el primero reflexiona en voz alta sobre las dudas a la hora de elegir el mejor enfoque para expresar sus propios sentimientos y pensamientos. Llega a la conclusión de que que "una mujer debe tener una habitación propia para poder escribir" y, a partir de ahí, insta a los lectores a que saquen sus propias conclusiones.

Hace un análisis profundo y valiente de la historia de las mujeres, de su relación con el mundo en general y con la literatura en particular. Es un verdadero ensayo cuyo anhelo es que la mujer (como el hombre) sea un ser humano íntegro, independiente y autónomo. Hace notar como las mujeres, a lo largo de la Historia, han sido invisibles en la esfera pública, pero siempre han estado muy presentes en la esfera privada.

Inventa a la protagonista, que es autora y narradora a la vez, y se dirige en primera persona, con un estilo directo, a un público que es a la vez oyente y lector. Su prosa fluye clara y brillante con un lenguaje sencillo pero irónico dejando entrever en cada párrafo inteligencia profunda y reflexiva. .

Su estilo narrativo es muy peculiar pues lo enriquece con metáforas e imágenes admirables, como la de la mujer como espejo que refleja al hombre al doble de su tamaño real o la imagen de la hermana ficticia de Shakespeare con la misma capacidad y deseos que él, pero sin ninguna de sus oportunidades...

La mujer, para dedicarse a la literatura, necesita una habitación propia, el símbolo de la libertad personal, de la independencia física (espacio) y económica (tiempo). De la paz y la libertad intelectual nacen las grandes obras literarias.

Termino con este consejo sabio que nos dio a todas las mujeres: "espero que encontréis bastante dinero para viajar y holgar, para contemplar el pasado y el futuro del mundo, para soñar leyendo libros y para rezagaros en las esquinas y, sobre todo, para hundir hondo la caña del pensamiento en la corriente".

Esta es la casa, en el barrio londinense de Bloomsbury, cercano al Museo Británico y a la Universidad, en la que esta magnífica persona y escritora contribuyó enormemente a la evolución del ser humano y no sólo de la mujer pues lo que más me gusta de ella es que dijo: "en el plano del alma, en el que hay dos poderes (masculino y femenino), el estado ideal para escribir sería la fusión de los dos donde ambos puedan vivir juntos en armonía".

jueves, 6 de noviembre de 2014

KATE O´BRIEN

En los últimos veinte años Kate O´Brien ha pasado de ser una gran desconocida a convertirse en una de las figuras claves de la lieteratura irlandesa contemporánea.

Su obra suscita un enorme interés por el tono franco y anticonvencional de los temas que trata, en especial su retrato de mujeres que hacen frente a las limitaciones de una sociedad extremadamente conservadora e intolerante.

Tuvo una intensa y prolongada relación con España, país que la sirvió de inspiración para dos de sus nueve novelas. Llegó a Bilbao en 1922 como institutríz y fue cautivada por un lugar y unas gentes que inmediatamente hizo suyas. Pasado un año volvió a Irlanda, pero regresaba todos los veranos a España. Ningún otro lugar del mundo había atrapado de tal forma su corazón. En ella encontró la tierra de la belleza mística y de la pasión combinada con la austeridad. La diversidad geográfica, sus contrastes humanos, la enorme fascinación que sintió por Castilla y su pasado histórico, la condujeron a ser una ferviente lectora de las obras de Santa Teresa, lo que la sirvió para introducir en su universo literario a personajes femeninos valientes, decididos, transgresores, que no encajaban con las expectativas sociales del momento ni con los roles que la sociedad tradicional les asignaba.

Se centró en el esplendor de la Castilla del siglo XVI e investigando sobre la Santa y leyendo sus cartas, apareció Ana de Mendoza (la princesa de Éboli), por la que se sintió magnetizada desde el primer momento. Ambas, cada una a su manera, fueron mujeres de acción, decididas, que lucharon por su autonomía personal sin el menor complejo ante el poder establecido.


Los libros que escribió sobre ellas, Teresa de Ávila (1951) y Esa Dama (1946), no son sesudos trabajos de investigación ni exhaustivos estudios biográficos, sino una forma amena de acercar al lector la inteligencia, humildad, tenacidad y plena determinación de cumplir con su destino que caracterizaba la personalidad de ambas.



Es maravilloso pensar que un pueblecito de la provincia de Ávila, Gotarrendura, haya dedicado una de sus calles a esta escritora irlandesa enamorada de España, de su paisaje y de su paisanaje. Me prometo a mí misma visitarlo lo antes posible...


Nada me gusta más que descubrir a autores que desconocía y que, sin embargo, desde el momento que su obra llega a las estanterías de mi biblioteca, forman parte de mi vida de una forma tan entrañable que parece que les conozco de toda la vida...

Y es eso lo que me ha ocurrido con Kate...












martes, 2 de septiembre de 2014

THE CUPCAKES

Fue en un libro de Eliza Leslie cuando apareció por primera vez, en Estados Unidos, el término "cupcake"; se titulaba Receipts (1828) y en él introducía la receta de este muffin (parecido a la magdalena, pero con menos levadura) en el que los ingredientes podían ser medidos en tazas (cups), lo cual fue algo totalmente revolucionario en la repostería de aquella época, pues ahorraba mucho tiempo en la exacta medición de las cantidades en cocinas muy complicadas. El poder tener una taza con la que medir la leche, el azúcar, el harina... facilitaba las cosas y hacía que la elaboración fuera mucho más rápida y estuviera al alcance de cualquiera.

Los cupcakes tienen los mismos ingredientes que los cakes (bizcochos) con la particularidad de que se introducen, para ser horneados, en recipientes pequeños (porciones individuales), aceptan añadir a su masa variedades como la miel, la canela, la vainilla... y por enima van cubiertos con "frostings" (azucar de diferentes colores) que permiten desarrollar la imaginación y creatividad hasta límites inosospechados y por eso están, ahora mismo, de rigurosa actualidad. En 1996 nacía en New York la tienda más famosa en el tema, "Magnolia Bakery", creada por dos amigas que reconvirtieron una fea y aburrida panadería de barrio en la cuna de uno de los mayores booms del momento. Tuvieron la enorme habilidad y el inmenso acierto de retomar la recetas de sus abuelas y llevarlas a cabo con toda la sabiduría y cariño de lo artesanal. La pena fue que, como ocurre en tantas ocasiones, al empezar a tener un gran éxito comercial se desbordaron y se perdío la esencia de la idea original. El tema llegó a tal punto que se abrieron 300 tiendas del mismo estilo en Estados Unidos y fue habitual ver cupcakes en las revistas de moda más prestigiosas...

Poco se podía imaginar Miss Leslie, como le llamaba las miles de seguidoras que seguían sus consejos, que su aportación iba a tener una repercusión tan grande y lejana en el tiempo.

Aunque había nacido en Filadelfia, pasó gran parte de su infancia en Londres, ciudad en la que su padre se dedicaba al comercio. Cuando regresaron a Estados Unidos, la economía de la familia no era muy boyante, por lo que Liza tuvo que posponer su vocación de escritora para aprender costura y cocina, que serían de más utilidad para ayudar en la economía familiar.

Sin embargo, ella no se dio por vencida y logró publicar cuentos para niños. Se le ocurrió compaginar la cocina con la escritura y fue un acierto rotundo pues escribió un libro que le dio enorme popularidad: "American Girl´s Book".

Descubrió, de esa forma, que la escritura podía ser un vehículo formidable para ayudar a las amas de casa en su amplísima gama de actividades y empezó a ordenar y publicar libros de gran utilidad y exquisita sensibilidad que la mayoría de las familias americanas guardan como verdaderos tesoros en sus bibliotecas.

No se limitó a recetas de cocina y repostería, sino que se preocupó también de temas tan importantes como la organización del hogar en su "The House Book" o en las buenas maneras en su famoso "Miss Leslie´s Behaviour Book".

Gracias a mujeres como ella, que no perdieron de vista su auténtica vocación (escritora), nos hemos beneficiado todos y es un claro ejemplo de cómo las situaciones, aparentemente contrarias, se pueden reconvertir en algo mucho mejor y que ni siquiera habíamos planeado.

Me temo que a Miss Leslie, si viera la situación actual, le entrarían unas ganas irrefrenables de escribir una enciclopedia enorme para recuperar el orden en la casa, la esencia de la repostería y, sobre todo, las "good manners" o "buena educación" de la que estamos tan escasos en los tiempos que corren...

martes, 26 de agosto de 2014

UNA VIAJERA VICTORIANA

Susan Hale fue una escritora anglosajona que escribió un relato de viajes novelado cuyo título era "A family flight through Spain" (1883). Este libro no suele aparecer en las antologías o estudios sobre viajeras, a pesar de que tanto la biografía de la autora como su obra son muy interesantes.

Plantea el concepto del viaje, de cómo y por qué se viaja. Se percibe una mezcla de ideas transgresoras y emancipadoras con otras convencionales y colonialistas propias del postcolonialismo. No es un puro relato de viajes, sino que alterna la realidad con la ficción.

En el siglo XIX hubo cambios sociales, económicos y políticos así como grandes avances tecnológicos, sobre todo en el transporte. Se hizo así posible que "el grand tour" (recorrer toda Europa) propio de los jóvenes de las clases altas, se hiciera accesible para las clases medias, lo que supuso un gran avance y se dio paso al viaje de ocio o de placer (y no al simplemente educativo o científico) marcando el comienzo del turismo moderno.

En aquél momento creció el interés por los libros de viajes, pues eran guías y ventanas al mundo. Para las mujeres fue muy importante la popularización del viaje y su literatura pues les permitió salir física o metafóricamente de la esfera estrictamente privada en la que estaban confinadas.

Además de las cartas y las novelas sentimentales, los libros de viajes eran considerados de género menor (apto para mujeres), pero ellas tuvieron la habilidad de introducir y expresar, a través de ellos , sus conocimientos científicos, etnográficos, históricos, artísticos o culturales

El viaje a España era un tema recurrente, pues en ella encontraban   un universo radicalmente distinto al suyo en el que lo cotidiano podía sorprender hallando en lo primitivo, la magia de lo árabe, la sobriedad de lo medieval cristiano y la leyenda de las catedrales góticas, un aliciente enorme.

Aunque cuando Susan vino a España ya había pasado el Romanticismo y se estaba más en el Costumbrismo realista, ella buscaba lo antiguo, lo mítico, lo pintoresco... Aprendió español para poder comunicarse directamente con la gente, comía los mismos platos y se trasladaba sin difcultad de unos lugares a otros, a pesar de sus incómodos y encorsetados vestidos y su abundante equipaje de maletas y baúles...

Independiente y autónoma, como el resto de su cultivada familia, además de viajar realizaba otro tipo de actividades intelectuales (literatura, teatro, pintura, conferenciante...) y deportivas (nadaba, montaba a caballo, hacía ejercicio en plena calle).

Pero lo que más me gusta de ella es que no era feminista sino que con su estilo de vida y peculiar forma de estar en el mundo, demostró a los demás (y a sí misma) que se podían hacer las cosas de otra manera y, además, de forma práctica pues en todos sus escritos no sólo aportaba información útil y divertida sino que impulsaba a sus lectores a llevar a cabo una vida más dinámica e interesante.







lunes, 30 de junio de 2014

CHRISTINE DE PISAN

Christine de Pisan (1364-1430) fue la primera mujer en  la historia que recibió dinero por sus escritos. En principio, lo hizo por necesidad, pues tuvo que hacerse cargo de su familia y sacarla adelante.

Docta, ilustrada y preparada, gracias a su padre, profesor de la Universidad de Bolonia, que fue llamado más tarde por Carlos V de Valois en calidad de médico y astrónomo.

Christine tuvo a su disposición, en la corte, tutores privados y se educó en un ambiente claramente humanista, rico en nuevas ideas y en un retorno al amor por el conocimiento.

Hablaba italiano (lengua materna), latín y francés, idioma elegido para escribir sus obras.

Además de enviudar a los diez años de casada, tuvo que afrontar pleitos en soledad y perder gran parte de su patrimonio, por lo que pensó que escribiendo se ganaría la vida y desarrollaría su verdadera vocación.

Sus primeros escritos fueron Baladas Amorosas, pues a los quince años se había casado, muy enamorada, de un joven noble que conoció en la corte francesa. Cuando tenía veinticinco años su marido falleció a causa de la peste y se centró en escritos que hablaban más del dolor y la soledad...

Más tarde, incluyó aspectos filosóficos, políticos, mitológicos, de amor cortés y, a partir de 1399 empezó a escribir sobre los derechos de las mujeres (obras que siguen sorprendiendo por su actualidad). En 1405 escribió  su obra más importante "La Ciudad de las Damas" en la que se enfrentaba al sistema misógino y se pronunciaba abiertamente a favor de los derechos de las mujeres.

Narra como, estando en su estudio, vienen a visitarla tres damas que le exhortan
a confiar en su propia experiencia y le ayudan a rebatir las acusaciones de corte patriarcal. Desde el punto de vista laico representan la razón, la rectitud y la justicia y, desde el punto de vista teológico, la fe, la esperanza y la caridad.

Su propósito es construir una ciudad-fortaleza que reuna a las mujeres más virtuosas de todos los tiempos para defenderse de las agresiones masculinas. Primero, hay que limpiar el terreno de los ataques misóginos y luego erigir los edificios y la fortaleza en el terreno más propicio: "el campo de las letras". Los cimientos serán los ejemplos de las mejores; la argamasa, la tinta y la azada, la inteligencia.

La tarea compete a todas las mujeres, pues es un trabajo colectivo nacido del compromiso. La razón es la que guiará la construcción y tendrán derecho a recibir la misma educación, que es la que facilita vivir en igualdad (tanto de sexos como de clases).

Impresiona, en pleno siglo XXI, la claridad de ideas y firmeza de argumentos de una mujer de la baja Edad Media que se atrevió a introducirse en el campo más y mejor reservado por los hombres, el de las letras.

Christine no sólo escribía y copiaba textos, sino que además los ilustraba ella misma con maravillosas miniaturas. Llevaba a cabo todo el proceso de creación y difusión y cuidaba y defendía su obra como un verdadero tesoro para las mujeres de todos los tiempos (su obra es atemporal).

"El Dechado de Juana de Arco" (coetánea) fue su última obra y aúnaba en la pucelle (doncella) todas las virtudes posibles.

Fallecía, a los 66 años, en el monasterio de Poissy y creo que su mejor legado es la necesidad del "espacio femenino".






.