Decía Oscar Wilde que "en el arte como en el amor es la ternura lo que da fuerza" y Gandhi llamaba cobarde al que es incapaz de mostrar amor. Y es que la ternura, paradójicamente, no es blanda, sino fuerte, firme y audaz (se muestra sin barreras, sin miedo). No se trata sólo de un acto de coraje, sino de voluntad para mantener y reforzar el vínculo de una relación humana del tipo que sea. Ella hace fuerte al amor y enciende la chispa de la alegría en la adversidad. Gracias a ella las relaciones se vuelven más profundas y duraderas, pues expresa sutilmente el deseo de que el otro se sienta bien.
La ternura implica confianza y seguridad en uno mismo y sin ella no hay entrega. Lejos de ser ostentosa es elegante: escucha atenta, gesto amable, demostración de interés por el otro... sin contrapartidas. Además, cobra extraordinario valor en los momentos difíciles y es una clara manifestación de que en el amor nada es pequeño.
La ternura da belleza y sentido a la vida. Es la expresión más serena, bella y firme del amor. Es el respeto, el reconocimiento y el cariño expresado en la caricia, en el detalle sutil, en el regalo inesperado, en la mirada cómplice o en el abrazo entregado y sincero. Gracias a ella, las relaciones afectivas crean las raíces del vínculo, de la consideración y del verdadero amor y los niños obtienen de ella la fuerza emocional necesaria para su evolución. La ternura revela la excelencia del ser humano a través del cuidado y del respeto.
Es un verdadero drama que, en la sociedad actual, sea una palabra que ha perdido su auténtico significado y se la confunda con la sensiblería o la cursilería. A mucha gente le da miedo pronunciar esa palabra por temor a quedar como un blandito o un trasnochado y, sin embargo, yo pienso que hay que volverla a poner en valor y ejercitarla lo más posible; sólo así conseguiremos que las relaciones humanas se enriquezcan y se fortalezcan, que sean reales y duraderas gracias al cuidado, al tacto y a la delicadeza.
Mostrando entradas con la etiqueta TERNURA. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta TERNURA. Mostrar todas las entradas
lunes, 26 de marzo de 2018
lunes, 22 de diciembre de 2014
CHARLES DICKENS
En realidad era un novelista que plasmaba la vida popular inglesa y en sus obras denunciaba las injusticias, la miseria y la marginación de los más pobres debido al hacinamiento producido en las ciudades por la emigración masiva del campo a la ciudad. Pertenecía a "La Escuela Realista", una corriente intelectual que criticaba las enormes diferencias de clase. Él empatizaba más con los necesitados que con la burguesía emergente que se afanaba en alcanzar el poder y vivía rodeada de un confort y una afectación superficial y cursi que él caricaturizaba con una fina ironía no exenta de ternura.
Promovía el hábito de la lectura por entregas. Sus novelas se publicaban por capítulos y se distribuían en forma de folletines. Utilizaba la infalible receta de la novela victoriana (hazles reír, hazles llorar, hazles esperar) y escribía como un agudo reportero exhibiendo los problemas de su tiempo sin pena ni morbo, sino con una compasión infinita. Llegaba, como nadie, al alma del pueblo.
No hay que olvidar la gran tradición lectora del pueblo inglés y la novela por entregas se consolidó gracias a los capítulos a bajo precio o regalados junto a los periódicos, provocando una auténtica pasión en los lectores y convirtiendo a los escritores en sus ídolos.
Incorporó elementos, rompió con los moldes puritanos y transformó lo puramente religioso en algo más nuevo. Con su literatura convirtió la Navidad en una festividad universal con un claro mensaje de contenido social y humanista.
¿Lo que más me gusta de Dickens? Que supo despertar sentimientos de amor y bondad...
Etiquetas:
AMOR,
BONDAD,
CRÍTICA SOCIAL,
DICKENS,
DIFERENCIA DE CLASES,
ESCUELA REALISTA,
FOLLETINES,
NAVIDAD,
TERNURA
martes, 16 de diciembre de 2014
LA POESÍA
¿Por qué dejar "la poesía" a aquéllos que la escriben? Ser poeta es, en primer lugar, crear la poesía en nuestra propia vida esforzándonos por introducir en ella la pureza, el amor, la luz, el gozo... Es esta poesía la que tenemos necesidad de sentir, de respirar en las criaturas, algo que vivifica y armoniza.
La verdadera poesía es algo inseparable de la vida, por eso hay que procurar estar cada día más vivos. ¡Es tan agradable encontrar a personas en las que se siente que todo está vivo, cálido, luminoso! Amamos el árbol porque da frutos, amamos la fuente porque de ella brota el agua cristalina, amamos las flores por sus colores y perfumes... De la misma manera amamos a los seres humanos que se abren para dar algo claro, luminoso, perfumado, melodioso...
Creo que es importante aprender a cultivar dentro de nosotros mismos ese estado de resplandor. Es bueno adquirir el hábito de enviar desde nuestro corazón partículas vivas a todo lo que nos rodea y eso nos demostrará que, de verdad, sabemos vivir la poesía.
No se me ocurre nada mejor para ilustrar lo que acabo de expresar que este cuadro llamado "Momentos Especiales" cuya autora es una de las más respetadas pintoras americanas actuales. Se llama Diane Leonard , es autodidacta y uno de los 25 miembros de La Sociedad Americana de Impresionistas.
Su primera exposición indidual, con un éxito clamoroso, se llevó a cabo en Nagano (Japón) y, además de sus exposiciones fijas, su obra ha recorrido Estados Unidos y la mayor parte del mundo.
La ternura y la delicadeza del momento me parecen un verdadero soplo de aire fresco, una delicia para los sentidos y para la inteligencia. No se puede decir más con menos...
La verdadera poesía es algo inseparable de la vida, por eso hay que procurar estar cada día más vivos. ¡Es tan agradable encontrar a personas en las que se siente que todo está vivo, cálido, luminoso! Amamos el árbol porque da frutos, amamos la fuente porque de ella brota el agua cristalina, amamos las flores por sus colores y perfumes... De la misma manera amamos a los seres humanos que se abren para dar algo claro, luminoso, perfumado, melodioso...
Creo que es importante aprender a cultivar dentro de nosotros mismos ese estado de resplandor. Es bueno adquirir el hábito de enviar desde nuestro corazón partículas vivas a todo lo que nos rodea y eso nos demostrará que, de verdad, sabemos vivir la poesía.
No se me ocurre nada mejor para ilustrar lo que acabo de expresar que este cuadro llamado "Momentos Especiales" cuya autora es una de las más respetadas pintoras americanas actuales. Se llama Diane Leonard , es autodidacta y uno de los 25 miembros de La Sociedad Americana de Impresionistas.
Su primera exposición indidual, con un éxito clamoroso, se llevó a cabo en Nagano (Japón) y, además de sus exposiciones fijas, su obra ha recorrido Estados Unidos y la mayor parte del mundo.
La ternura y la delicadeza del momento me parecen un verdadero soplo de aire fresco, una delicia para los sentidos y para la inteligencia. No se puede decir más con menos...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)