¿Por qué escribo y escribo sin parar? Porque, al hacerlo, activo mi capacidad de sentir y pensar. Promuevo en mí el asombro y la búsqueda (la indagación activa) y deambulo, merodeo y permanezco entre palabras que busco y que me buscan...
Como todo ejercicio del espíritu requiere una disciplina libre y creativa, una disposición del cuerpo y del ánimo, un verme a mí misma y a mi voluntad... Lo paradójico es que, siendo un acto liberador, requiere un esfuerzo exigente, una atención mantenida, tener despierta la inteligencia y la sensibilidad y estar en permanente estado de aprendizaje. El ir adquiriendo "oficio" es desarrollar un don minuciosamente en cada línea, en cada palabra, en cada ocasión. Es una labor cuidada, pormenorizada y en ella se convoca la imaginación, el deseo, el sueño, el análisis, la descripción, la explicación...
La escritura forma parte de mi vida hasta tal punto que me permite respirar a fondo y vivir la aventura del encuentro con el lector, lo que me hace vislumbrar lo que jamás podría atisbar. Es una acción sencilla y necesaria en mi día a día...
Muy bien expresado. La escritura es una terapia para el alma y es necesaria, absolutamente. Me identifico plenamente con este post. Ana
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