martes, 6 de enero de 2015

LAMB HOUSE

Una de las muchísimas cosas que me gustan y admiro del Reino Unido es la cantidad y calidad de casas de escritores que han conservado y restaurado para poderlas mostrar a los que, amantes de la literatura, quieren conocer la intimidad y el hogar de sus ecritores favoritos. Lamb House es una de ellas.

Ahora pertenece al National Trust (el equivalente a nuestro Patrimonio Nacional) y es un lugar el que acuden multitud de lectores para conocer un poco mejor la forma de vida y costumbres del escritor estadonunidense (que confesó haber preferido ser británico en muchas ocasiones) Henry James. Actualmente está alquilada por una joven pareja y se puede visitar los martes y sábados de dos a seis de la tarde.

En Rye, en la campiña inglesa, se encuentra Lamb House, un edificio georgiano bonito y luminoso que en 1772 albergó al Rey Jorge I .

Henry James la alquiló en 1897 y a los dos años la compró, permaneciendo en ella hasta que falleció en 1916.

Está en una zona de Inglaterra muy afrancesada que atrae a escritores, poetas, pintores y todo tipo de artistas. Su costa mira a Francia y cuando hace sol está bañada por la atractiva luz de levante. Las playas son de arena fina y las colinas sirven de refugio para pintorescos pueblecitos.


Conoció el que sería su hogar y asiento en Inglaterra a través de una acuarela que le hizo su gran amigo el arquitecto E. Warren y le gustó tanto que quiso verla en seguida. Le fascinó su sala-jardín (que desapareció con la guerra), su luminosidad, amplitud y gran jardín lleno de paz. En el centro está una gran morera (su árbol preferido) y las lápidas de sus perros.

Resguardada del viento, su situación le hace ser muy acogedora. Se encuentra en un rincón de una calle muy soleada y desde sus ventanas frontales se puede ver la fachada posterior de la iglesia cuyas campanadas escuchaba el escritor con gran deleite...

En cartas que escribía a su hermana se puede apreciar lo mucho que le gustaba la casa y el lugar y lo acertado que estuvo a la hora de decidir su traslado a la misma.

Al fallecer se la dejó como herencia a un sobrino que se la cedió al Natrional Trust.

No es de extrañar que la casa se alquile (a un elevado precio) por personas con una mentalidad lo suficientemente abierta como para consentir que se visite viviendo los inquilinos en ella. Hay una persona encargada de mostrarla mientras ellos permanecen en segundo plano (todo muy británico y práctico).

¿Será éste uno de los muchos ejemplos a seguir para mantener el pasado y el presente sin rupturas?


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