domingo, 11 de diciembre de 2016

EL REENCUENTRO

Esta noche, lejanas vivencias vuelven a mi mente y las siento como si fuera la primera vez. Acabo de experimentar un reencuentro con una amiga y ha sido muy reconfortante. Es una persona a la que quiero mucho y que ha dejado en mi vida una huella que, aunque parecía borrarse por momentos, hoy ha emergido con más fuerza.
Me he dado cuenta de que la amistad no caduca, de que los amigos de verdad están siempre en nuestro corazón y nosotros en el suyo. No importa el tiempo que pase, por dónde nos lleve la vida, lo cierto es que el reencuentro siempre nos produce una gran alegría.
He aprendido a valorar que un amigo cuida, respeta, no juzga, observa y cuando nos caemos nos da su mano para volvernos a levantar. Siempre está disponible para escuchar, para aconsejar o para consolar y eso es algo que no se puede olvidar...
 He experimentado que quien no te busca, no te extraña y quien no te extraña, no te quiere. Que la vida decide quién entra en tu vida, pero tú decides quién se queda. Que la verdad duele sólo una vez y la mentira siempre. Por eso valoro a quien me valora y jamás trato como prioridad a quién me valora como una opción.
Este reencuentro ha sido una sorpresa y por eso tiene un valor añadido. Como decía Ortega, jamás debemos perder la capacidad de asombrarnos, de sorprendernos, ante lo que la vida nos brinda...

No hay comentarios:

Publicar un comentario