jueves, 8 de diciembre de 2016

LA VIAJERA

Me gusta mucho este cuadro llamado "La Viajera" y pintado por Camilo Mori. Me proporciona serenidad y me evoca la maravillosa sensación de ir sentada en un vagón de tren con la posibilidad de cerrar el libro y contemplar la vida pasar a través de la ventanilla... La soledad, el silencio, la contemplación, la calma, son cosas muy importantes en la vida de una persona a la hora de poder afrontar y asimilar lo que, a veces, la vida nos exige.
Me da la impresión de que, en pleno siglo XXI, no somos del todo conscientes del daño que nos hace el ir demasiado rápido. Es cierto que la velocidad es divertida, sexy, una descarga de adrenalina; es como una droga si somos adictos a ella. El mundo actual parece un "buffet libre" gigante de cosas por hacer, consumir, experimentar; es algo que crea la necesidad imperiosa de apresurarnos para poder abarcarlo todo.
Me temo que no es la actitud más adecuada, ni para el bienestar general de la persona, ni para afrontar o resolver dificultades con éxito.

Está claro que no todo se puede hacer a la misma velocidad, sino que cada acción tiene su tiempo justo. Frenar, favorece vivir el presente y ser consciente de él, lo que nos ayuda a disfrutar plenamente de los minutos en vez de contarlos.
Con prisas, es imposible poder valorar a los que nos rodean y cuidar las relaciones que mantenemos con ellos. Tampoco la creatividad se desarrolla en un ambiente apresurado y las oportunidades que se nos brindan, muchas veces, pasan desapercibidas porque no las hemos prestado la atención requerida.
Es bueno que nos definamos a nosotros mismos cuáles son nuestras prioridades más importantes y les dediquemos tiempo y talento, pues es bastante absurdo involucrarnos en cosas que no vamos a poder llevar a cabo y nos van a quitar una energía muy valiosa.
La paciencia, hasta con uno mismo, es el signo más elevado de la verdadera cortesía, la que indica una buena educación de fondo, la que da márgenes de confianza a las personas y a las situaciones para que se puedan desarrollar a su manera.
La reflexión también requiere sosiego, no se puede actuar por impulsos, sino después de discernir y elegir.

La vida es un viaje cuya duración desconocemos, por eso hay que disfrutar del trayecto antes de llegar al destino. No sería bueno "irnos" con cosas pendientes, por eso vale más ir tranquilamente y recordar la frase de Krishnamurti: "hollar el camino con voluntad de acero templado".

No hay comentarios:

Publicar un comentario