pues yo no estoy ahí,
yo no duermo.
Soy un millar de vientos que soplan
el brillo de un diamante en la nieve
la luz del sol sobre el grano maduro
la suave lluvia de verano.
En el silencio delicado del amanecer
soy un ave rápida en vuelo.
No vayas a mi tumba y llores,
yo no estoy ahí,
yo no morí.
Este bello poema es de un indio americano anónimo...
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