Está de rigurosa moda "hacer punto con dos agujas" como terapia alternativa natural para eleminar el estrés y reducir la depresión. Reduce el cansancio físico y mental ya que se promueve el buen humor, el relax y la calma. La satisfacción de hacer algo con nuestras propias manos es un gran estímulo a todos los niveles.
El hacer punto en grupo es un pasatiempo ideal para socializarse con otras personas y compartir el tiempo libre haciendo algo que, además de bello, es útil. Uno se siente parte de un círculo social y refuerza su sentido de pertenencia, lo cual crea lazos estrechos entre los componentes del mismo.
Recordemos que el tejer es anterior a la invención de la rueda y que siempre ha sido esencial en la existencia del ser humano, pues además de crear una malla resistente la labor en sí misma lleva implícita capacidad de servicio. La adaptabilidad, ductibilidad y flexibilidad son las características de los materiales más apropiados para llevar a cabo una labor de punto.
Fue en París (1520) donde se creó el primer gremio de "calceteros" pues el hombre tejía y la mujer hilaba; sólo la que se quedaba viuda podía hacerlo, lo que se fue difundiendo por toda Europa.
Hombres o mujeres que vamos juntando puntos "seamos hilo noble capaz de tejer lazos de amor entre las personas y creemos una obra que refleje nuestra cálida vida con el aroma de nuestros pensamientos y la creatividad de nuestras palabras".
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