sábado, 30 de mayo de 2015

ALICE, EL ALMA DE INGLATERRA

Dentro del Story Museum de Oxford nos dirigimos hacia Wonderland... Hace 150 años que salió a la luz el cuento de Alice in Wonderland y vamos a intentar ver el lado más curioso de algunos de sus innumerables personajes, pues muchos de ellos estaban basados en personas reales que rodeaban su mundo.

El Conejo Blanco está basado en el Decano Liddlle (el padre de Alicia) que siempre llegaba tarde y gritaba por los pasillos con el reloj en la mano: ¡llego tarde, llego tarde!"... ("Ya se me hizo tarde. Me voy, me voy, me voy. ¿Lo ves?, ¿lo ves? Ya son más de las tres. Me voy, me voy, me voy").

Alicia, sus hermanas y el autor aparecen representados en la fiesta del té. Lewis es el Dodo, pues al tartamudear pronunciaba su apellido como "Dodo-Dogson"...

El Sombrero Loco se basa en que en el siglo XIX los sombrereros de los talleres inhalaban grandes cantidades de mercurio, lo que les hacía perder la cabeza (Y cuando termines de hablar, ¡te callas!").

El Gato inspirado en la gata que Alicia tanto quería ("Si de veras quieres saberlo, se fue ... por allí. ¿Quién? El Conejo Blanco. ¿De veras? ¿De veras qué? Que se fue. ¿Quien? El conejo. ¿Cuál conejo?").

Lewis Carroll juega con el lenguaje: juega con los sonidos, con los sinónimos y los atónimos, ramifica las palabras y sus significados sin perder de vista el sentido de la narración. Estaba en plena era victoriana, en la que la rigidez, el encorsetamiento y la represión emocional eran habituales. Su personaje, Alicia, surgió como una excusa para que los ingleses pudieran trasladarse y regodearse en otro mundo, un universo donde cabe la caricatura irónica, los cambios de humor, la emoción intensa, el seguir un impulso.

La vida de la Alicia real, la que añora bajo tierra, es el mundo convencional en el que se aburre y sin embargo Wonderland es una realidad onírica en la que nada es lo que parece. El lector inglés se reconoce en el cuento, pues la niña (hija del puritanismo) le permite ironizar magistralmente sobre todas las represiones irracionales que le toca vivir.

Al final, cuando se va a cenar y le cuenta todo a su hermana, ésta, sentada con los ojos cerrados, al escucharla casi creía encontrarse allí, en Wonderland, aunque sabiendo que, cuando los abriera todo recobraría su insulsa realidad.

Termino con un mensaje que ha hecho mis delicias desde mi más tierna infancia: "Hay 364 dias en los que deberías obtener regalos de no-cumpleaños y solo uno para regalos de cumpleaños, ¿sabes?".

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